Jair Bolsonaro choca con la Justicia por la gestión de la crisis

RÍO DE JANEIRO.- Aislado y peleado con la verdad. La pandemia de coronavirus, en franca aceleración en Brasil, acorrala cada vez más al presidente Jair Bolsonaro. El fiscal general, Augusto Aras, aseguró ayer que irá a la Justicia en caso de que el presidente avance por decreto con un "aislamiento vertical" (restringido a grupos de riesgo), mientras ya se registran 201 muertos y 5717 enfermos en el país.

Brasil registró el mayor número de contagios, 1138 (un incremento de 25%), y de muertes, 42, en un día desde el comienzo del brote.

Cada vez más solitario dentro y fuera del país entre quienes impulsan relajar medidas de restricción, Bolsonaro reafirmó su posición contra el aislamiento. El derechista citó un discurso del director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, y tergiversó sus palabras para afirmar que, supuestamente alineado con él, la OMS pasó a defender la vuelta al trabajo.

"Si el presidente llegara a bajar un decreto contrariando la orientación de la horizontalidad [del aislamiento], todo eso es pasible de apreciación judicial. El propio Ministerio Público podrá recurrir a la vía judicial", advirtió Aras, en una entrevista publicada por el diario O Globo.

El fiscal general, nombrado en el cargo por Bolsonaro, había sido cuestionado en los últimos días debido al silencio frente a la actitud del derechista en la pandemia. Aras dijo que las manifestaciones de Bolsonaro están protegidas por la libertad de expresión, pero dejó claro que en caso de que decida avanzar con un decreto que no respete las recomendaciones de la OMS y de su propio Ministerio de Salud podrá presentar cargos en la Justicia.

En los últimos días, Bolsonaro propuso el aislamiento "parcial" o "vertical" como alternativa para moderar el impacto de la crisis en la economía, pese a que varios especialistas cuestionan la efectividad de esa medida, que ningún país puso en marcha.

El gobierno brasileño preparaba la semana pasada una campaña publicitaria llamada "Brasil no puede parar", impulsando ese plan para que el país "vuelva a la normalidad". Sin embargo, una jueza federal suspendió la publicidad y resaltó el riesgo de amplificar mensajes que no estén alineados con las recomendaciones consensuadas por las autoridades sanitarias y científicos.

En su cruzada por el fin de las cuarentenas y el aislamiento, Bolsonaro se valió de un nuevo recurso: tergiversó al director de la OMS para asegurar que la entidad defiende su posición de vuelta al trabajo.

Ghebreyesus pidió anteayer una acción enérgica de los gobiernos para asistir a las personas aisladas en lugares pobres del mundo que perdieron su fuente de ingreso por la pandemia, pero sin pedir el fin de cuarentenas. "Soy de África, sé que mucha gente tiene que trabajar cada día para ganar su pan. Y el gobierno debe tener en cuenta esa población. Si limitamos movimientos, cada país debe responder a esa cuestión", dijo el director de la OMS.

Bolsonaro, sin embargo, se valió de ese trecho del pronunciamiento para distorsionar el mensaje. "Yo soy un genocida por defender el derecho de que ustedes puedan llevar un plato de comida a su casa. Él [Ghebreyesus] dijo la verdad. Me pareció sensacional el discurso de él. Mis felicitaciones: la OMS se asocia a Jair Bolsonaro", ironizó el presidente.

"Si el virus mata, el hambre también mata", agregó el presidente.

El presidente se aprestaba anoche a sancionar una ayuda económica de 600 reales, unos 120 dólares mensuales, para trabajadores informales por tres meses, aprobada el lunes por el Senado.

"Esta ola (el virus) es de mayor gravedad. Sin embargo, el presidente da una alerta. Por encima vemos otra ola (económica) que puede ser enorme, desesperante para los más frágiles", dijo ayer el ministro de Economía, Paulo Guedes, que evaluó la ayuda como "la mayor red de protección social" del país.

El avance de la crisis del coronavirus y las diferencias por cómo lidiar con ella ya son inocultables dentro del gobierno. El ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, lo admitió el lunes cuando recalcó ayer que todas las decisiones del ministerio estarán guiadas por la "técnica" y la "ciencia", una forma de diferenciarse del presidente sin criticarlo.

Frente a la residencia oficial de la Alvorada, Bolsonaro fue ayer recibido por seguidores que le recordaron la fecha de ayer, el 31 de marzo, aniversario del golpe militar de 1964. "Hoy es el día de la libertad", celebró el líder ultraderechista.

El diálogo con la prensa se cortó abruptamente. Luego de que el presidente invitara a un simpatizante a hostilizar a la prensa, los periodistas abandonaron el corral y dejaron a Bolsonaro solo.