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Jóvenes, "generación del confinamiento"

Inder Bugarin, corresponsal

BRUSELAS, Bélgica, mayo 28 (EL UNIVERSAL).- Los efectos desproporcionados por la crisis sanitaria en los jóvenes podrían dar origen a la denominada "generación de confinamiento", un fenómeno que exacerbaría las desigualdades a escala nacional y entre países, advierte en un informe la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Estaría formado por el segmento joven de la población que no será capaz de superar las consecuencias adversas que hoy padece por las medidas de encierro decretadas para frenar la expansión del Covid-19, como la interrupción de sus programas educativos y de formación, así como la pérdida de empleo y de ingresos.

"Los jóvenes son los que más padecen las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, y corren el riesgo de tener que seguir haciendo frente a los efectos de la misma a lo largo de toda su vida laboral, y de pasar a constituir una generación de confinamiento", señala la máxima autoridad global en materia de empleo.

"La exclusión de los jóvenes del mercado laboral, habida cuenta de sus efectos a largo plazo, es uno de los mayores riesgos para la sociedad en la situación actual", dice.

Sostiene que a largo plazo, los efectos de la crisis en el plano educativo y profesional no sólo afectarán adversamente la calidad y el número disponibles de empleos, sino que exacerbarán las desigualdades existentes tanto entre países como a escala nacional.

"Se destaca la acuciante necesidad de adoptar medidas políticas que tengan en cuenta los efectos de la crisis en los jóvenes, para evitar que ello dé lugar a la pérdida de una generación y de toda su capacidad productiva", apunta.

"Es necesario prestar apoyo de forma inmediata a empresas y trabajadores de todo el mundo con arreglo a una escala que no tiene precedentes", enfatiza.

La alerta se desprende de la cuarta edición del informe El Covid-19 y el mundo del trabajo, elaborado por los expertos del Observatorio de la OIT.

El documento publicado este miércoles en Ginebra señala que antes de la emergencia sanitaria los jóvenes (de edad comprendida entre 15 a 24 años) ya tenían que afrontar dificultades asociadas al mercado laboral, pero ahora su situación se ha recrudecido de manera "más rápida e intensa".

Antes del estallido de la pandemia, la tasa de desempleo juvenil era más alta que cualquier otro grupo poblacional, afectaba a 67.7 millones, y uno de cada cinco a nivel mundial, 267 millones, no tenía trabajo ni participa en ninguna actividad educativa o formativa.

La proporción de mujeres jóvenes nini se estimó en más de 31%, frente a 13.9% en los hombres; el fenómeno afecta casi a 40% en los países de ingresos medio bajo.

El informe reconoce que aún no cuenta con datos oficiales para proyectar las repercusiones de la crisis en los jóvenes a escala mundial.

"No obstante, se prevé que el desempleo aumente a un ritmo muy rápido y que la calidad del empleo y el nivel de ingresos se vean aún más socavados", indica el documento del organismo.

Una encuesta elaborada en el marco de la Iniciativa Mundial sobre Empleo Decente para los Jóvenes arroja datos preocupantes: uno de cada seis jóvenes ha dejado de trabajar desde el comienzo de la pandemia, mientras que quienes siguen empleados han visto reducir sus horas de trabajo en 23%.

Al mismo tiempo, su nivel de ingreso ha resultado afectado: 43% de los encuestados dijo que había disminuido desde el comienzo del brote del virus.

"Esas consecuencias e incertidumbres podrían repercutir de forma muy adversa en el bienestar mental de los jóvenes", subraya.

"La crisis del Covid-19 está afectando a los jóvenes, en particular a las mujeres, con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo. Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas", afirma Guy Ryder, director General de la OIT.

Antes de que el misterioso virus apareciera en Wuhan, China, había 178 millones de jóvenes trabajadores en todo el mundo, y cuatro de cada 10 estaba empleado en los sectores más afectados por la crisis, como el inmobiliario, el comercio y la hotelería.