Plan de paz de Trump deleita a Israel y enfurece palestinos

WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Donald Trump presentó el martes su tan esperado plan para la paz en Medio Oriente, obteniendo un elogio inmediato por parte del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, pero un rápido rechazo de los palestinos, quienes lo describieron como “disparate”.

El plan de Trump insta a la eventual creación de un Estado palestino, pero no cumple con las mínimas exigencias de los palestinos y dejaría grandes porciones de Cisjordania en manos de israelíes.

Netanyahu señaló que pediría a su gabinete aprobar los planes para la anexión de territorio de Cisjordania el domingo, una maniobra que seguramente se encontrará con una dura reacción internacional.

Trump dijo que su plan era “beneficioso para todos”, tanto para los israelíes como para los palestinos, mientras que Netanyahu comentó que era “un gran plan para Israel”.

Durante un discurso en Cisjordania, el presidente palestino Mahmud Abás describió el plan como uno “disparate”.

“Le decimos 1.000 veces no al Acuerdo del Siglo”, aseveró Abás, utilizando el término con que se describió la propuesta.

“No nos arrodillaremos y no nos rendiremos”, comentó, y añadió que los palestinos se resistirían el plan a través de “medios pacíficos y populares”.

Con Netanyahu acompañándolo, Trump presentó el plan en una ceremonia realizada en la Casa Blanca a la que asistieron otros funcionarios y aliados israelíes, incluidos líderes cristianos evangélicos y donadores republicanos, pero ningún representante palestino.

La ceremonia se produjo mientras se lleva a cabo un juicio político contra Trump y durante año electoral en Estados Unidos, y después de que Netanyahu fue encausado con cargos de fraude, abuso de confianza y corrupción en tres casos por separado. El líder israelí, que rechaza haber cometido alguna acción ilegal, también enfrenta unos comicios parlamentarios el 2 de marzo, que son los terceros en Israel en menos de un año.

Los palestinos quieren todo el territorio de Cisjordania y Jerusalén Oriental _áreas capturadas por Israel en la guerra de Medio Oriente de 1967_ para formar un Estado independiente y que se retiren más de 700.000 habitantes israelíes de esas zonas.

Pero a medida que se daban a conocer los detalles, quedó claro que el plan se alinea en gran medida con la visión nacionalista de línea dura de Netanyahu para la región y se desvía de muchas de las principales exigencias de los palestinos.

Bajo los términos de la “visión de paz” que el cuñado y principal asesor de Trump, Jared Kushner, ha trabajado por casi tres años, todos los pobladores se quedarían en sus sitios, e Israel conservaría su soberanía sobre todos los asentamientos, así como sobre el estratégico Valle del Jordán.

El propuesto Estado palestino incluiría más de una decena de “enclaves” israelíes, cuyas fronteras estarían monitoreadas por Israel. Además, las zonas de Jerusalén Oriental ofrecidas a los palestinos consisten en vecindarios pobres y superpoblados ubicados detrás de una enorme barrera de separación de hormigón.

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Los periodistas de The Associated Press Josef Federman en Jerusalén y Deb Riechmann en Washington contribuyeron a este despacho.