Isabel II cumplió hasta el final, nombrando a Liz Truss, dos días antes de su muerte

Si Isabel II hubiese fallecido antes de poder dar el visto bueno al nombramiento de Liz Truss como primera ministra del Reino Unido, tras la dimisión de Boris Johnson, se hubiese tenido que demorar su renuncia para dar prioridad a la proclamación del rey Carlos III