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Irregularidades, un “cáncer” en el Centro Oncológico de Tamaulipas

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Casos de negligencia médica, desorden administrativo, expedientes fantasma, medicamentos visiblemente alterados y sustracción de medicinas son parte de lo que trabajadores y pacientes denunciaron que sucede al interior del Centro Oncológico de Ciudad Victoria, y que forma parte de una carpeta de investigación ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT).

El centro está a cargo del doctor Francisco Alberto Velasco Canseco, quien fue nombrado director durante la administración 2016-2022, del exgobernador del PAN Francisco García Cabeza de Vaca, y ratificado en octubre pasado, en el gobierno del morenista Américo Villarreal.

A inicios de 2021, personal del área de mezclas que prepara y aplica quimioterapia documentó en videos y fotos los hallazgos de las presuntas alteraciones de los medicamentos y de expedientes de pacientes, así como la posible sustracción de medicinas para comercializarlas en el ámbito privado.

Una de las fuentes de este reportaje confirmó que presentó una denuncia formal ante la fiscalía estatal el 13 de diciembre, tras reunir pruebas en documentos, fotos y videos. 

Personal de enfermería de este centro mencionó que hacía llegar a sus superiores un reporte sobre las irregularidades detectadas; sin embargo, nunca obtuvo respuesta y la única acción que realizaron los directivos fue cambiar de área a todo aquel trabajador que reportara el mal estado de los fármacos.

Una trabajadora —cuya identidad no se revelará por seguridad— dijo: “A nosotros nos asignan áreas. De 2019-2021 rolábamos por el área de mezclas, ahí recibimos todos los tratamientos de quimioterapia, los cuales se van a preparar en sueros. Uno como profesional de salud y sobre todo que ya tiene años trabajando ahí, al momento de manipular las cajas, los frascos, empecé a observar detalles que a simple vista no se ven, pero uno como ya tiene años laborando sí nos llamaba la atención”.

“Los medicamentos tenían una coloración diferente, salían amarillos, otros salían adulterados. ¿Qué quiere decir? Que los sellos estaban violados. Al momento de nosotros manipularlos se observaba que estaban sueltos, el líquido en el interior estaba con pelusas, todo eso además de que en las cajas había una diferencia, unas eran color opaco y las originales eran de color brilloso. Los medicamentos etiquetados tenían variabilidad en los colores, la forma de las letras y en los instructivos que iban dentro de las cajas, todo completamente diferente”, detalló. 

El manual para la identificación de medicamentos falsificados de la Secretaría de Salud federal, elaborado por diversas áreas como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), establece que “la comercialización, distribución y venta de los insumos para la salud falsificados, son un problema de salud a nivel mundial y un acto criminal, lo que puede ocasionar daños al consumidor y, en algunas circunstancias, causar la muerte”.

Además de lo que indica este manual, las características identificadas en medicamentos presuntamente adulterados del Centro Oncológico de Ciudad Victoria también coinciden con alertas sanitarias emitidas por la Cofepris: “Sellos de seguridad opacos y rígidos, envases primarios con tapa desprendible gris oscura y/o blanca con tapón azul y líneas de identificación al frente del envase. Existen diferencias entre los lotes falsos, por lo que cada uno registra distintas anomalías”.

Medicamento que parecía clonado

Otro de los hallazgos de los trabajadores fue que trastuzumab, un medicamento que sirve para tratar el cáncer de seno, tenía visibles alteraciones en la coloración y el lote de las cajas no coincidía con el de los frascos. El precio de este fármaco en el mercado va desde los 39 mil hasta los 57 mil pesos

De acuerdo con el personal de enfermería que aplicaba quimioterapia, las reacciones secundarias de escalofríos y taquicardia comenzaron a ser más frecuentes en pacientes que recibían trastuzumab.

Bevacizumab, cuyo nombre comercial es avastin, tiene un costo en el mercado de 49 mil 288 pesos y es otro medicamento con reacciones secundarias como escalofríos e hipotensión. En este medicamento, el personal del centro afirmó que detectó alteraciones en el corcho que cubre el frasco y diferencias en la tipografía de la caja, leyendas y precios.

Personal de mezclas también documentó en video la vulnerabilidad en el sellado de los frascos y la contaminación de perjeta, un medicamento utilizado para el tratamiento de adultos con cáncer de mama, y el precio oscila entre los 79 mil a 89 mil pesos.

Pese a que el doctor Francisco Velasco Canseco aseguró que “el cáncer de mama ocupa la segunda causa de muerte en las mujeres más jóvenes, y esta es una preocupación para nuestro gobierno”, en una conferencia que dieron el gobierno del estado y el DIF Tamaulipas el 22 de octubre de 2021, actualmente se desconoce cuántos pacientes pudieron haber sido tratados con los medicamentos presuntamente alterados y el efecto que pudo causar en su salud.

El manual para la identificación de medicamentos falsificados menciona que las características comunes de medicamentos falsificados son: “Etiquetado inexistente, de mala calidad, sobrepuesto. Atributos físicos que no corresponden al producto original. Ostentan registro sanitario, clave alfanumérica, o número de lote inexistente o que no le corresponde. El producto se encuentra en estado de degradación o deterioro notorio. Presenta tachaduras, ralladuras o raspaduras en la información sanitaria”.

A través de solicitudes de información se requirió a la Secretaría de Salud estatal los lotes de todos los medicamentos oncológicos adquiridos de enero 2021 a diciembre de 2022; sin embargo, de todas las solicitudes realizadas para esta investigación, esta fue la única que no respondió la dependencia.

El artículo 464 de la Ley General de Salud indica: “A quien falsifique o adultere o permita la adulteración o falsificación de material para envase o empaque de medicamentos, etiquetado, sus leyendas, la información que contenga o sus números o claves de identificación, se le aplicará una pena de uno a nueve años de prisión y multa de 20 mil a 50 mil días de salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate”.

Medicamentos adulterados, un riesgo mortal

El especialista en oncología y radioterapia que trabaja en una clínica privada de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, Marco Antonio Corona Díaz, al ser cuestionado sobre cuál es el riesgo de aplicar medicamentos de quimioterapia adulterados o clonados a pacientes con cáncer, mencionó: “Que tenga sustancias extrañas (el medicamento) puede generar reacciones, insuficiencia linfática o insuficiencia renal, si el paciente estaba mal con un diagnóstico de cáncer, puedes generar hasta la muerte, dependiendo de las cosas que traiga. Le genera un daño renal o linfático y ya no le vas a poder dar aunque quisieras un medicamento, porque ya no lo va a tolerar y le quitas las posibilidades de una curación a esos pacientes”. 

Aunque el cáncer no se estuviera atacando, dijo que el mejor de los casos es que pudiera ser agua destilada o solución salina “como sucedió con los niños en Veracruz”, esto no genera efectos adversos en comparación con otro tipo de sustancias.

Sin embargo, en esos casos “el problema sería que uno puede estar pensado que el paciente se está tratando y realmente no le estamos haciendo nada a ese cáncer y la enfermedad puede estar progresando y obviamente, si es un paciente que tiene probabilidades de curación, se puede perder estas posibilidades por culpa de no dar un tratamiento completo o adecuado”.

“El oncólogo puede pensar que la enfermedad está siendo resistente a ese medicamento porque la enfermedad va a progresar, porque finalmente no la estás tratando, y si esto sucede el médico a veces se queda sin opciones de otro tratamiento o buscar segundas y terceras líneas de tratamiento con otros agentes de quimioterapia que generalmente son menos efectivos que la primera línea. Al paciente obviamente le echas a perder el plan de todo el tratamiento y los resultados en el control de la enfermedad van a ser importantes”, dijo el especialista.

Sustracción de medicamentos en el Oncológico, otro posible problema

Mientras el medicamento con probables alteraciones se aplicaba en el área de quimioterapias del Centro Oncológico, en la farmacia del mismo reportaron desabasto de algunos medicamentos.

Refugio, una sobreviviente de cáncer de mama, dijo que por más de 12 semanas continuas la farmacia del centro le reportó desabasto de anastrozol y tuvo que surtir de manera particular el medicamento que debe tomar diariamente. 

Anastrozol es un medicamento que se usa para tratar el cáncer de mama postcirugía y en casos de metástasis. 

Ante el desabasto de suministros, personal del área de Trabajo Social del centro proporciona a los pacientes una lista de farmacias particulares donde pueden comprar el medicamento, a pesar de que no existe un criterio para ser recomendadas y tampoco mantienen contratos con el gobierno.

A los familiares de Refugio les sugirieron comprar la medicina en dos farmacias, la que se localiza frente al Centro Oncológico y otra en avenida Hombres Ilustres.

Como parte de esta investigación, se acudió a realizar la compra en las dos farmacias utilizando la receta de Refugio. La caja con 28 tabletas de poscirol, nombre comercial que recibe anastrozol, costó mil 200 pesos el 17 de octubre de 2022.

Las cajas tenían evidencias visibles de que fueron adulteradas. Justo en la parte inferior del nombre del medicamento, se retiró el esmalte con brillo, como si se tratara de eliminar alguna leyenda escrita. Además, se cubrió con marcador negro el precio original del producto y se colocó un sticker verde con otro precio. La misma situación ocurrió en la otra farmacia, la diferencia es que ahí el medicamento costó 500 pesos.

Refugio vive en Nueva Ciudad Guerrero, Tamaulipas, a 422.6 kilómetros de Ciudad Victoria, donde se ubica el Centro Oncológico; debe realizar un viaje de más de cinco horas para acudir a consulta o surtir recetas. Ella se dedica a las labores del hogar, depende económicamente de su esposo, un adulto mayor de oficio albañil; Refugio debe realizar actividades como bingos y rifas para poder viajar a la capital a recibir tratamiento.

La empresa farmacéutica Servicios Profesionales de Enfermería y Ambulancias de Ciudad Victoria (SPEA) fue creada en abril de 2021, de acuerdo con el Registro Público del Comercio (RPC), e inscribe como propietarios a dos particulares y el apoderado legal es Ángel Alberto Alemán Gutiérrez, trabajador de la Secretaría de Salud de Tamaulipas, adscrito al Hospital General de Victoria como auxiliar de enfermería “A”. 

Ángeles es el nombre de la otra farmacia recomendada por trabajadores del Centro Oncológico, esta no aparece registrada en el RPC y en los tickets de compra únicamente aparece impreso “Ángeles”; las facturas de compra son emitidas por una persona física. 

Al mostrar este medicamento a enfermeras del Centro Oncológico, dijeron que, por el tamaño, espacio y lugar, la leyenda que se retiró podría ser “Propiedad del Sector Salud”. Dicha leyenda, de acuerdo con la NOM-072-SSA1 2012, debe incluirse en todo medicamento destinado a este sector, pudiendo optar por “Prohibida su venta” o por ambas. Sin importar cuál de las dos se encuentre impresa, es indicativo de haber sido adquirido por el gobierno para ser entregado sin costo para los pacientes. 

Esto ya lo habían detectado con anterioridad personal del centro y pacientes en otros medicamentos de las farmacias particulares; por ejemplo, filatil es el nombre comercial que recibe el filgrastim, un medicamento que se administra luego de las quimioterapias.

“Un paciente me dio a guardar un medicamento mientras pasaba a consulta; viendo la caja, noté unas ralladuras extrañas y me llamó la atención, empecé a checar en internet ese mismo medicamento y vi que tenía la leyenda ‘Propiedad del sector salud, queda prohibida su venta’, le pregunté dónde lo compró y me dijo que en la farmacia de enfrente”, mencionó un trabajador.

El manual antes mencionado indica que las actividades irregulares de presunta falsificación en la cadena de distribución son: “Alterar, borrar cualquier información que se encuentre impresa en los envases primarios, secundarios o colectivos. Colocar etiquetas que cubran las leyendas del empaque original del medicamento o su caducidad. No contar con las facturas o los comprobantes de compra de medicamentos, que amparen su legítima posesión incluyendo: fecha de emisión de la factura, cantidad, denominación genérica, presentación número de lote, fecha de caducidad”. 

En caso de la venta de muestras de medicamentos, el artículo 464 de la  Ley General de Salud establece: A quien venda, ofrezca en venta o comercie muestras médicas, le será impuesta una pena de uno a nueve años de prisión y multa equivalente de 20 mil a 50 mil días de salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate”.

Entre el 15 de septiembre de 2020 y el 13 de enero de 2022, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Administración del Estado celebraron 10 contratos para la compra de medicamento oncológico e insumos hasta por 197 millones 429 mil 253 pesos.

Los 11 contratos se repartieron entre seis proveedores, dos de ellos con vínculos consanguíneos se quedaron con cinco contratos. Otro proveedor identificado como Laura Elena Maldonado Martínez obtuvo tres contratos, todos por adjudicación directa; su domicilio fiscal es una casa habitación ubicada en un sector popular en Ciudad Victoria.

Expedientes que podrían ser fantasma

Mayela, radicada en Ciudad Mier, entrevistada vía telefónica, explicó que fue diagnosticada con cáncer de mama en febrero de 2020; en mayo del mismo año ingresó al Centro Oncológico, pero solo se atendió ahí hasta el 22 de mayo. La falta de medicamento la orilló a buscar atención médica en otro lugar.

El 20 de agosto de 2020, Mayela se afilió al IMSS y continuó su tratamiento en Monterrey, Nuevo León. Ahí se le practicó una mastectomía en 2021. 

Actualmente está en remisión y tiene indicada la toma de una tableta diaria de tamoxifeno durante cinco años.

Sin embargo, archivos financieros de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Tamaulipas al corte de febrero de 2022, a los cuales se tuvo acceso, documentan gastos en el tratamiento de Mayela desde el 25 de enero de 2016, es decir, cuatro años antes de ser diagnosticada con cáncer.

Los registros, que incluyen los datos personales de Mayela, indican que supuestamente se le suministraron mil 830 dosis de trastuzumab 440 mg, solución inyectable, del 25 de enero de 2016 al 29 de enero de 2020, lo que se traduce a un costo total de 57.9 millones de pesos conforme al precio unitario de 31 mil 644 pesos, costo en que llegó a adquirirlo la Secretaría de Salud de Tamaulipas.

Según el documento de la Secretaría de Finanzas, a esta paciente le suministraron 519 dosis en 2016, 440 dosis en 2017, 402 dosis en 2018, 450 dosis en 2019 y 19 dosis de enero al 5 de febrero de 2020.

Al ser cuestionado sobre el volumen de dosis que supuestamente se le suministraron a Mayela, el especialista Marco Antonio Corona Díaz mencionó: “Desconozco todo el caso de la paciente, pero el trastuzumab se puede dar habitualmente de manera posterior a la cirugía como manejo adyuvante, normalmente es por un año y se aplica cada 21 días”.

Tomando eso en cuenta, un paciente estándar requiere en promedio entre 17 y 18 frascos por año.

—¿Se puede aplicar por más tiempo? —se le cuestionó. 

—Sí, en los casos en que los pacientes tienen enfermedad metastásica que expresan este receptor y que se está conteniendo el cáncer por este medicamento y tienen una tolerancia, se puede dejar de manera indefinida; ahora, en la cuestión del tiempo de estos cuatro años, la verdad es que no hay manera de que salga esa cantidad de frascos.

Mayela aseguró que jamás recibió ese medicamento en el Centro Oncológico de Victoria, refirió que su más reciente visita fue en 2020, para obtener su expediente y laminillas para llevarlas al IMSS. 

Una pesadilla que va más allá del propio del cáncer 

Leticia fue diagnosticada con cáncer de endometrio en 2021. En Médica Norte, una clínica privada de Ciudad Victoria, contrató los servicios del oncólogo radioterapeuta Francisco Alberto Velasco Canseco. 

Por 70 mil pesos, Velasco ofreció a Leticia un plan de dieta alimenticia, plantillas y 25 radiaciones que serían aplicadas en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Victoria (HRAEV). Velasco no aceptó la subrogación del ISSSTE. Dijo que no le gustaba “mezclar lo público con lo privado”.

Luego de realizarle una transferencia inicial por 40 mil pesos, Leticia y su hija se dieron cuenta de que fueron engañadas por el médico. Al acudir a su primera radiación, la enfermera del doctor Velasco les informó que el aparato de radioterapia estaba descompuesto y que no entendía por qué el doctor las citó ahí; además, tampoco contaban con expediente clínico para recibir atención médica en ese hospital.

“Era algo que yo no entendía y que entendí al final de esta pesadilla que vivimos con él”, lamentó Edith, la hija de Leticia, en entrevista.

Al comunicarse vía telefónica con Velasco, les pidió trasladarse al Centro Oncológico para iniciar una serie de estudios que mandaría analizar a la Ciudad de México y, con ello, realizar las plantillas que utilizaría Leticia en las sesiones de radioterapia.

Después de la segunda radiación, Leticia se dio cuenta de que la bomba de cobalto del Oncológico de Victoria no era la mejor opción para su tipo de cáncer, que debía ser atendido con un acelerador lineal.

“Mi mamá destrozada, llorando, porque obviamente lo que ya te hicieron ya te dañó, eso es algo irreversible, y que personas como él te hagan eso, que no se tienten el corazón para dañar, para jugar con la salud de alguien, no tiene precio”, lamentó Edith.

La hija de Leticia exigió a Velasco el reembolso de los 40 mil pesos, ya que, de lo contrario, haría pública la negligencia. Ese mismo día, el doctor le realizó una transferencia bancaria con el reembolso íntegro, pero ya había pagado 3 mil pesos adicionales en estudios.

Recordó que la cita de la segunda radiación fue un día inhábil. El Centro Oncológico estaba cerrado, pero a ella y a su mamá el guardia les abrió, las estaba esperando el técnico que únicamente atendió a su mamá.

“Cuando nosotros llegamos había más personas que iban llegando en taxi, unas venían de Antiguo Morelos (un municipio rural de Tamaulipas) y de otros municipios alejados de la capital del estado, a ellos jamás se les avisó que el hospital iba a estar cerrado. De verdad es una tristeza, ellos no recibieron la atención que nosotros recibimos, a mí sí me abrió el guardia”.

Aunque en ese momento Leticia y su hija no entendían la distinción en el trato preferencial, hoy saben el motivo: eran la consulta privada de quien fue ratificado como director del Centro Oncológico en octubre de 2022.

Con especialidad para tratar el cáncer 

Francisco Alberto Velasco Canseco fue nombrado director del Centro Oncológico de Ciudad Victoria en 2017, un año después de que inició la administración de García Cabeza de Vaca, y concluyó el sexenio en el cargo. Al comienzo de la nueva administración estatal del gobernador Américo Villarreal, la Secretaría de Salud de Tamaulipas comunicó el 24 de octubre de 2022 la ratificación de Velasco en el cargo.

A lo largo del sexenio pasado, Velasco utilizó las instalaciones del centro para atender a sus pacientes de consulta privada, a quienes, aseguran testigos, también les ha proporcionado medicamentos del Centro Oncológico. 

Personal del área de mezclas detalló que preparaban quimioterapias y descubrieron que no eran administradas a pacientes del Centro Oncológico, posiblemente estaban siendo extraídas de ahí para llevarlas a otro destino.

“A mí me tocó en una ocasión, un compañero que pertenece al equipo del doctor Velasco me llevó el medicamento, no me dio indicación escrita, solo indicación verbal, me dijo ‘prepárale esto al doctor y cuando lo tengas me avisas’, yo por miedo y respeto a mi autoridad lo hice”.

“Ya que tenía preparado el medicamento llegó el director personalmente y me dijo ‘¿ya las tienes?’. Y le dije ‘sí, aquí están, solo estoy esperando los datos para la identificación’. Pues estamos hablando de quimioterapias, no es cualquier medicamento. Me dijo ‘¿qué ocupas?’. Le dije ‘los datos personales, tiempo de infusión, nombre del paciente y su autorización’. Me respondió ‘bueno, pues ponle… diré un nombre ficticio para no poner en riesgo a la paciente, ponle Norma, ¿qué más ocupas?’. Le dije ‘el tiempo de infusión’. ‘Ok, ponle una hora y media, sí, una hora y media, cuando los tengas me los llevas a la dirección’. Se me hizo raro mas no indagué, no cuestioné, porque eran todos los directivos los que me lo estaban pidiendo”.

Este mismo trabajador comentó que tiempo después acudió a una reunión de amigos donde coincidió con una compañera de la facultad que trabaja en la clínica privada Médica Norte, donde también brinda consultas médicas Velasco.

“Me dijo ‘oye, deberías enseñarme a administrar quimioterapias, fíjate que tu director llega con quimios y nos pide que las apliquemos a sus pacientes’. Yo no comenté nada pero obviamente me imaginé que se trataba de las quimios que se preparaban en el Oncológico y simplemente le dije ‘sí, yo te enseño para que te protejas, es un riesgo si no sabes manejarlas’”.

Además de las sospechas que apuntan a la sustracción de medicamentos del Centro Oncológico para tratar a pacientes privados, los trabajadores hacen referencia a estudios médicos que solicita el doctor Velasco y asegura que serán realizados en el Centro Oncológico. Además, el costo de los estudios los pacientes lo depositan directamente a la cuenta bancaria personal de Velasco.

“Los pacientes mencionan que el encargado de radioterapia, el médico tratante Francisco Velasco, les tiene que hacer un estudio especializado y pasan al área de simulación, que como su nombre lo dice, solamente simula un tratamiento que es donde hacen el marcaje para pasar a sus sesiones de radioterapia, pero en ese lugar realmente no se le hace nada, solamente se le hace creer que se le hizo un estudio y que posteriormente el doctor lo va a revisar”.

Un trabajador entrevistado advirtió que también prescriben medicamentos innecesarios, han identificado recetas a nombre de pacientes con tratamientos que no necesitan. Las recetas son surtidas posiblemente para otro beneficiario. 

En este contexto, citó la prescripción de trastuzumab (herceptin), medicamento que debe ser suministrado solamente a los pacientes positivos al HER-2-NEU. 

“Hay un estudio específico que se llama inmunohistoquímica y este arroja si es positivo al herceptin, si sale positivo quiere decir que la paciente es candidata a este tratamiento y si sale negativo no es candidata y no se va a beneficiar de este medicamento”.

El 16 de diciembre de 2022, se acudió al Centro Oncológico para solicitar entrevista con el director, Francisco Velasco Canseco. Su asistente le informó sobre la solicitud de entrevista; sin embargo, no la atendió en el momento y la programó para el 20 de diciembre. Media hora antes de la cita, llamó la asistente para cancelar; después ya no se obtuvo respuesta.

Un mes después se buscó nuevamente al doctor Velasco Canseco, pero no hubo respuesta. También se solicitó entrevistar al gobernador Villarreal y al secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro; tampoco hubo contestación a la fecha de publicación.  

En noviembre de 2021, el Senado aprobó un dictamen que incluye en la Ley General de Salud un tipo penal para sancionar con nueve años de prisión el robo de medicamentos del sector público; sin embargo, las actividades presuntamente ilícitas llevadas a cabo en el Centro Oncológico no se detuvieron y se mantienen hasta la fecha.

No es la primera vez que se detectan irregularidades del sector salud en Tamaulipas: de acuerdo con registros periodísticos, entre 2017 y 2018 fueron despedidos al menos 14 verificadores de la Comisión Estatal para la Prevención Contra Riesgos Sanitarios (Coepris), debido a presuntos actos de corrupción. 

“Levantamos la voz por todos aquellos pacientes que se quedaron en el camino, que se quedaron con esta esperanza de una cura y que el cáncer se detuviera”.

 

Este texto se publicó originalmente en el sitio Border Hub.