Irak conmemora entre ataques el décimo aniversario del inicio de la guerra

Irak conmemoró este miércoles, en un contexto de aumento de la violencia y de empeoramiento de la situación política, el décimo aniversario de la invasión encabezada por EEUU, para tratar de tener un aliado estable y democrático en Oriente Medio. La efeméride fue recibida con poca fanfarria en Bagdad, un día después de que una ola de atentados y ataques con armas de fuego mataran a 56 personas en todo el país, y tras el inicio de un boicot al gobierno por parte de algunos ministros y el retraso de algunas elecciones provinciales. Al Qaeda, la red extremista que integra el Estado Islámico de Irak (ISI), se adjudicó la responsabilidad de la violencia en declaraciones publicadas este miércoles en foros yihadistas. "Lo que ocurrió el martes es (...) la primera etapa que, si dios quiere, continuará con la venganza de aquellos que habéis ejecutado", dijo el ISI. En Washington, el presidente de EEUU, Barack Obama, rindió homenaje al "sacrificio" de las tropas de su país, pero tuvo pocas palabras para el pueblo iraquí, y en cambio prometió apoyar a los veteranos estadounidenses heridos en el conflicto. Las autoridades iraquíes no han previsto ninguna ceremonia para este miércoles, por lo que la celebración del aniversario tendrá lugar probablemente el 9 de abril, día de la caída de Bagdad. La violencia se ha incrementado antes del aniversario, especialmente el martes, con 120 persones muertas la última semana, según un recuento de la AFP basado en informes oficiales de seguridad y médicos. Un promedio de diez personas murieron en ataques cada día durante este mes, según cifras de AFP. En total, al menos 20 explosiones y disparos múltiples dejaron 56 personas muertas y más de 220 resultaron heridas el martes, el día más sangriento en Irak en seis meses, lo que refleja la agitación que sigue asolando el país. La ofensiva lanzada hace una década con el objetivo declarado de acabar con las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, que nunca fueron encontradas, se centró rápidamente en convertir a Irak en un aliado de Occidente en una región inestable. A pesar de que la guerra en sí fue relativamente breve -comenzó el 20 de marzo de 2003, Bagdad cayó semanas más tarde, y el entonces presidente George W. Bush declaró la misión cumplida el 1 de mayo- sus consecuencias han sido violentas y sangrientas. Un informe británico basado en el Iraq Body Count e investigadores de The Lancet sitúan la cifra total de muertos durante la última década en más de 112.000 civiles. Las víctimas mortales alcanzaron su punto álgido en 2006 y 2007, cuando miles fueron asesinados cada mes. Desde las disputas territoriales en el norte hasta las cuestiones sobre el reparto de los ingresos en materia de energía, un número de problemas de primer orden siguen sin resolverse, y el primer ministro Nuri al Maliki se ha enfrentado con sus antiguos socios de gobierno durante meses. El martes, el poderoso clérigo chiíta Moqtada Al Sadr suspendió la participación de su bloque en las reuniones del gabinete de unidad nacional de Irak en respuesta a las difíciles decisiones parlamentarias de Maliki. Esto significa que cinco ministros leales al movimiento sadrista no asistirán a las reuniones semanales del gabinete hasta nuevo aviso. Las autoridades, por su parte, anunciaron que las elecciones provinciales previstas para el 20 de abril por primera vez en Irak en tres años, se retrasarían en las provincias de Anbar y Nínive por motivos de seguridad, entre ellos, amenazas a los candidatos. Un operario trabaja en los jardines de la plaza Paraíso, este miércoles en Bagdad. Irak conmemora este 20 de marzo, en un contexto de aumento de la violencia y de empeoramiento de la situación política, el décimo aniversario de la invasión encabezada por EEUU, para tratar de tener un aliado estable y democrático en Oriente Medio.