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¿Dieta mediterránea o cetogénica? Un estudio confirma cuál es la mejor

Durante varios años se ha establecido, por parte de organismos calificados, que la dieta mediterránea es la mejor opción en cuanto a nutrientes, control de peso saludable y variedad. (Getty Creative)
Durante varios años se ha establecido, por parte de organismos calificados, que la dieta mediterránea es la mejor opción en cuanto a nutrientes, control de peso saludable y variedad. (Getty Creative)

Aunque por varios años se ha establecido, por parte de organismos calificados, que la dieta mediterránea es la mejor opción en cuanto a nutrientes, control de peso saludable y variedad, son muchas las propuestas de planes de alimentación que van creciendo dentro de las preferencias de los consumidores. Tal es el caso de la dieta cetogénica, la dieta nórdica que está de moda, o la DASH, enfocada en detener o prevenir la hipertensión, entre otras.

Sin embargo, para este año, el U.S. News & World Report dijo, una vez más, que este tipo de alimentación es fácil de seguir y además de ser considerada la mejor en general, también se ubicó liderando categorías como las dietas más saludables, las mejores para la diabetes y las mejores a base de plantas.

Y es que, según refiere el organismo, se ha comprobado que este tipo de alimentación es favorable para la prevención de la diabetes, la demencia, la depresión, así como también en la regulación del colesterol, así como también se ha recomendado para la pérdida de peso, y para mantenerlo mientras se previenen enfermedades crónicas.

La dieta cetogénica, o keto, se enfoca en la ingesta de alimentos ricos en grasas y restringe drásticamente los carbohidratos, por lo cual es una opción frecuente para bajar de peso. (Getty Creative)
La dieta cetogénica, o keto, se enfoca en la ingesta de alimentos ricos en grasas y restringe drásticamente los carbohidratos, por lo cual es una opción frecuente para bajar de peso. (Getty Creative)

Aunque tiene muchas virtudes comprobadas, la dieta mediterránea ha sido recientemente muy comparada con la dieta cetogénica en la búsqueda de una vía más rápida para quienes quieren bajar de peso, pues la primera, al no ser restrictiva y considerarse más un estilo de vida, ofrece beneficios que se mantienen a largo plazo.

Por otra parte, la dieta cetogénica, o keto, se enfoca en la ingesta de alimentos ricos en grasas y restringe drásticamente los carbohidratos. Según se explica en un artículo de la Clínica Mayo, entre el 60 y el 80% de las calorías que se ingieren provienen de la grasa, y aunque mucha gente abusa de esta característica, debe consumirse proteína moderadamente.

Además, entre sus mayores ventajas está que tiene relevancia para la pérdida de peso porque se restringen los carbohidratos, pero además se dice que los deportistas logran mayor resistencia por la base en grasas. Mientras que como gran desventaja tiene que no es fácil de seguir, y su alto contenido en grasas y bajo en frutas y verduras, no la posicionan como una alternativa óptima para la salud.

Es importante destacar que la dieta mediterránea no se trata solo de alimentos, sino que contempla el disfrute de la convivencia familiar, la práctica de actividad física, entre otros aspectos de estilo de vida. (Getty Creative)
Es importante destacar que la dieta mediterránea no se trata solo de alimentos, sino que contempla el disfrute de la convivencia familiar, la práctica de actividad física, entre otros aspectos de estilo de vida. (Getty Creative)

Con todas estas características, expertos han planteado una combinación de ambas, para que quienes quieran combatir la obesidad encuentren una vía mucho más amable y luego, incluso podrían migrar a la dieta mediterránea completa como un estilo de vida.

Un ensayo publicado recientemente estableció las diferencias, ventajas y desventajas de ambos planes alimenticios, enfocándose en pacientes con prediabetes y diabetes, pues su objetivo era observar sus efectos "sobre el control de la glucosa y el control cardiometabólico", y aunque no lograron llegar a consenso sobre cuál dieta sería óptima para personas con estas condiciones, sí se desmenuzaron las características de cada una sobre la salud comparativamente.

El punto de partida para el estudio que contó con 33 participantes fue que las dos dietas tenían tres diferencias importantes, pero también tres similitudes clave, que son la incorporación de vegetales sin almidón y la restricción de azúcar añadida y granos refinados. Las diferencias son que la mediterránea contempla legumbres, frutas y granos enteros, mientras que la cetogénica los evita.

Se dice que los atletas logran mayor resistencia con la dieta cetogénica por su base en grasas. (Getty Creative)
Se dice que los atletas logran mayor resistencia con la dieta cetogénica por su base en grasas. (Getty Creative)

Luego se propuso que los participantes siguieran las dos dietas, una seguida de la otra, recibiendo comidas diseñadas para cada plan durante cuatro semanas y después siguieron los planes por su cuenta.

“Intenté dar a cada dieta la mejor oportunidad. No traté de hacer una dieta cetogénica carente y una mediterránea buena o una mediterránea mala y una cetogénica buena", dijo Christopher Gardner, autor del estudio y profesor investigador de medicina en el Centro de Investigación de Prevención de Stanford. Y vale la pena la aclaratoria porque se suele creer que la dieta keto es simplemente llenar el plato con carnes, pollo frito y salchichas, y no es así.

Aunque las dos dietas coinciden plenamente en que es necesario deshacernos del exceso de azúcar, cereales refinados y nos faltan vegetales, se trató de investigar si existe alguna ventaja en suprimir frutas, cereales integrales y granos y la respuesta fue que no.

Con la dieta keto, los participantes tuvieron una disminución de nutrientes como tiamina y fósforo, así como también de vitaminas B6, C, D, y E, además de la fibra.

Se suele creer que la dieta keto consiste en simplemente llenar el plato con carnes, pollo frito y salchichas, y no es así. (Getty Creative)
Se suele creer que la dieta keto consiste en simplemente llenar el plato con carnes, pollo frito y salchichas, y no es así. (Getty Creative)

Además, aunque la dieta keto condujo a una mayor disminución de los triglicéridos, “también tuvo riesgos potenciales adversos por el colesterol LDL elevado y la menor ingesta de nutrientes al evitar las legumbres, las frutas y los granos enteros intactos, además de ser menos sostenible”.

Además, se comprobó que ciertamente es difícil de seguir. De hecho los participantes la abandonaron apenas cumplieron esa fase, mientras que sí se sostuvieron en el tiempo con el tipo de alimentación mediterránea.

El doctor Frank Hu, presidente del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, consultado por CNN, concluye que no es necesaria la restricción severa de carbohidratos y destaca que se puede seguir un régimen saludable como la dieta mediterránea, pero también una dieta vegetariana equilibrada o una dieta moderada en carbohidratos. Todo depende de las preferencias alimenticias y obviamente de los requerimientos particulares de cada persona.

Lo mejor de las dos opciones

En sintonía con el objetivo de lograr el equilibrio entre pérdida de peso de forma saludable y alimentación balanceada, están quienes han propuesto una combinación de las dos dietas.

Tal es el caso de Borja Bandera, médico especializado en endocrinología y nutrición, quien propone unificar los beneficios que ofrecen los dos planes. “Para transformar una dieta mediterránea en una dieta baja en carbohidratos no es preciso hacer demasiados malabares. Principalmente restringiremos cuatro grupos de alimentos clásicos de la dieta mediterránea: cereales, legumbres, frutas con más cantidad de carbohidratos y vino”.

Es posible lograr el equilibrio entre pérdida de peso de forma saludable y alimentación balanceada. (Getty Creative)
Es posible lograr el equilibrio entre pérdida de peso de forma saludable y alimentación balanceada. (Getty Creative)

El médico agrega que bien diseñado, este plan de alimentación incluye, entre otros alimentos, fuentes de proteína como huevos, sardinas, atún, mariscos, carnes blancas, entre otras; grasas saludables como aceite de oliva extra virgen o aguacate. Le diríamos “sí” a frutas cítricas, bayas y frutos rojos, así como también a frutos secos y semillas, quesos grasos y verduras como brócoli, calabacín, espinaca y en general, las que crecen por encima de la tierra.

Finalmente Bandera destaca que la dieta mediterránea no solo tiene que ver con alimentos, sino que contempla el disfrute de la convivencia familiar, la práctica de actividad física y el adecuado descanso, entre otros aspectos.

En todo caso es recomendable que, antes de ponernos a inventar planes alimenticios que pueden desequilibrarnos, hagamos el planteamiento de nuestros objetivos a los especialistas, como médicos y nutricionistas, quienes son los verdaderos capacitados para diseñar un plan balanceado que nos satisfaga y, sobre todo, preserve nuestra salud.

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