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La investigación del Senado por las fallas de Bolsonaro arrancó con un escándalo

Bolsonaro presentó el plan de vacunas, pero advirtió que él no se la aplicará
DPA

RÍO DE JANEIRO.– El Senado brasileño vivió ayer una sesión que rozó el escándalo, en una nueva jornada de la Comisión Parlamentaria (CPI) que investiga las omisiones del gobierno de Jair Bolsonaro en la gestión de la pandemia del Covid-19.

El exsecretario de Comunicación Fabio Wajngarten declaró como testigo en Brasilia por más de seis horas, un testimonio que había generado expectativa por la posibilidad de que se presentara como un “hombre bomba” y complicara al gobierno federal.

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Wajngarten, despedido del gobierno el 11 de marzo, había sorprendido el mes pasado en una entrevista con la revista Veja en la que aseguró que el Ministerio de Salud brasileño había mostrado “incompetencia e ineficiencia” en la compra de vacunas.

El exsecretario de Comunicación de Brasil, Fabio Wajngarten, hablando durante una sesión de la Comisión de Investigación Parlamentaria que investigará el manejo del gobierno de la pandemia de coronavirus en Brasilia
JEFFERSON RUDY


El exsecretario de Comunicación de Brasil, Fabio Wajngarten, hablando durante una sesión de la Comisión de Investigación Parlamentaria que investigará el manejo del gobierno de la pandemia de coronavirus en Brasilia (JEFFERSON RUDY/)

El exsecretario se refería al ofrecimiento que el laboratorio Pfizer había hecho en septiembre de 2020 para negociar la compra de 70 millones de dosis. La carta, según confirmó ayer, no fue respondida hasta dos meses más tarde, y la negociación –que le habría permitido a Brasil empezar a inmunizar en noviembre– quedó trunca hasta 2021.

Lejos de las declaraciones incendiarias dadas a la revista, Wajngarten edulcoró sus dichos. Evitó opinar sobre el ministro de Salud de ese entonces, Eduardo Pazuello, y no apuntó a nadie por “incompetencia”. Dijo apenas que se refería a las rígidas reglas burocráticas para la contratación de inmunizantes en medio de una pandemia.

“(Pazuello) tuvo el coraje de asumir en el peor momento de la pandemia”, dijo el exfuncionario bolsonarista. “Entiendo que la incompetencia es ser rehén de la burocracia”.

Las declaraciones de Wajngarten exaltaron a varios senadores. No por el cambio de tono, sino porque apeló muchas veces a la “falta de conocimiento” de varios temas para esquivar preguntas y mintió sobre otros, según lo denunciaron.

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En un tramo del testimonio, Wajngarten dijo que estaba enfermo de Covid-19 en marzo de 2020, cuando el gobierno lanzó la campaña “Brasil no puede parar”, inspirada en la que había emitido el gobierno de Milán para oponerse a las restricciones, por lo que no había participado. Rápidamente los senadores confrontaron sus dichos al mostrar un video de archivo del exsecretario con Eduardo Bolsonaro en el que comentaba que pese a su enfermedad continuaba trabajando remotamente y aprobando estrategias de comunicación.

“Este señor (Wajngarten) viene aquí a esta comisión descaradamente a mentir. Es un desprestigio al trabajo que estamos haciendo aquí, les falta el respeto a los muertos (por el Covid-19)”, bramó Renan Calheiros, senador conductor de la investigación por la oposición.

Calheiros pidió que se emitiera una orden de prisión por estar mintiendo en flagrancia. Tal iniciativa fue frustrada por Omar Aziz, presidente de la comisión, que pidió “cautela”.

Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, dijo a La NACION que Wajngarten había intentado en la entrevista de abril culpar al Ministerio de Salud para blindar al presidente, una estrategia que se “salió de control”. “Estuvo confuso, contradictorio y aparentando temor y desorientación en la CPI”.

La gestión de la pandemia, el fantasma de Bolsonaro

Brasil, el segundo país del mundo con más fallecidos confirmados por el virus, superó las 425.000 muertes. Críticos del presidente Bolsonaro aducen que la subestimación del virus –llamado “gripecita” por el mandatario– y su oposición férrea a la adopción de medidas restrictivas junto con una impericia para negociar rápidamente la compra de vacunas demoraron la llegada en masa de inoculantes.

Hasta ahora, menos del 10% de los brasileños recibieron la inmunización completa, y en las últimas semanas el país enfrenta demoras en la llegada de insumos desde China para la fabricación de vacunas. El gobierno se encuentra bajo presión por la investigación y teme semanas de alto desgaste político por la exposición de errores en la administración de la pandemia.

El hijo del presidente, Flavio Bolsonaro en el Senado
El hijo del presidente, Flavio Bolsonaro en el Senado


El hijo del presidente, Flavio Bolsonaro en el Senado

Se le suma otra amenaza: dos meses después de haber recuperado sus derechos políticos, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva lidera en algunas encuestas la carrera presidencial de 2022. Según un trabajo publicado ayer por la consultora Datafolha, el petista se impondría a Bolsonaro en una eventual segunda vuelta por 55% a 32%.

La presentación de Wajngarten fue casi celebrada por los senadores aliados del presidente. “Usted (Wajngarten) llegó aquí como hombre bomba. Pero la sensación entre los senadores es de decepción porque la verdad está prevaleciendo en esta historia”, dijo Ciro Noguerias, senador del Partido Progresistas.

La temperatura había disminuido al caer la tarde, pero la irrupción de Flavio Bolsonaro, senador e hijo del presidente, quien no forma parte de la CPI, pero pidió la palabra, caldeó los ánimos en el final.

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“Hay senadores que quieren usar esto como palanca electoral. La CPI debe buscar colaborar con la vacuna en el brazo del brasileño, salvar vidas y no hacer de palenque como pretende el senador Calheiros”, aseguró Flavio, que llamó “vagabundo” a Calheiros.

La tensión en el Senado fue apenas una muestra de lo que puede pasar el jueves próximo, cuando el general Pazuello presente su testimonio.