Intoxicaciones, infecciones e hipotermia, los riesgos del invierno

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Con los días cada vez más fríos, aumentan los riesgos: además de las infecciones respiratorias, hay que tomar medidas para prevenir las intoxicaciones por monóxido de carbono y la hipotermia.

Las principales recomendaciones es prestarle atención a algunos síntomas, no subestimarlos y consultar rápido en el centro de salud más cercano. El frío también puede causar hipotermia, que es una urgencia médica, como la intoxicación por monóxido de carbono. En ambos casos, sin atención inmediata o demorar la consulta puede dejar secuelas o causar la muerte.

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La cobertura de la vacunación antigripal, que previene complicaciones en los grupos más vulnerables, aún está por debajo de lo necesario para protegerlos. Las provincias notificaron a la Secretaría de Salud nacional que se vacunó apenas el 40,7% de las embarazadas y menos de la mitad de los bebés de entre 2 y 24 meses (el 55,6% con la primera dosis y el 37,8% con la segunda), además de 1.645.357 personas de entre 2 y 64 años con factores de riesgo.

Monóxido de carbono

Dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos con cansancio generalizado y letargo o confusión son las primeras señales de alarma de la intoxicación por monóxido de carbono, un gas venenoso sin olor ni color. Como tampoco causa irritación, su presencia en un ambiente calefaccionado con artefactos a combustión puede pasar peligrosamente desapercibida.

"Es un gas imperceptible -explicó Nicolás Douglas Nazareno, coordinador de la Sección Neumonología Clínica y Medicina Crítica de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria-. Ocupa el lugar del oxígeno en la sangre, por lo que impide su llegada a los órganos y los tejidos. La intoxicación por este gas puede culminar en un paro cardiorrespiratorio y la muerte".

Estufas, cocinas o braseros que usan leña, carbón de leña, gas, querosene, alcohol, gasoil o nafta consumen oxígeno y liberan gases nocivos. También hay que controlar calefones, cocinas y termotanques. Las personas con enfermedades respiratorias crónicas (rinitis, rinosinusitis, asma y EPOC) pueden ser las más perjudicadas, indicó Nazareno, jefe de la Sección Neumonología del Hospital Vera Barros de La Rioja.

Ante la sospecha de intoxicación, hay que abrir ventanas y puertas; salir de inmediato a tomar aire fresco; apagar los artefactos de gas y concurrir con urgencia al hospital o llamar al servicio de emergencias.

Hipotermia

Ocurre cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 35°C, ante la exposición al frío intenso. El cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo para mantener la temperatura en 37°C, que permite que el corazón, los pulmones, el sistema nervioso y otros órganos funcionen adecuadamente. Sin tratamiento, que consiste en devolverle la temperatura normal al cuerpo, puede causar la muerte.

Bebés, adultos mayores, personas que deben trabajar en la calle durante un período prolongado y quienes viven en situación de calle son los más vulnerables.

Los síntomas, de aparición progresiva, incluyen escalofríos, dificultad para hablar (balbucear) y pulso débil. Además, la respiración se vuelve más lenta, aparece somnolencia, pérdida de energía y confusión o desmayo. El riesgo de sufrir hipotermia aumenta al usar ropa poco abrigada para la temperatura ambiente y permanecer a la intemperie demasiado tiempo o con prendas mojadas sin poder ir a algún lugar de resguardo. Vivir en ambientes demasiado fríos, con escasa calefacción, es otro factor que puede causar hipotermia.

Infecciones respiratorias

Aparición de fiebre con malestar generalizado, dolor de cabeza y de garganta y tos son motivo de consulta inmediata en esta época.

Personal de salud, embarazadas, bebés de entre 6 y 24 meses, personas de entre 2 y 64 con afecciones crónicas y mayores de 65 deben aplicarse la vacuna antigripal para prevenir complicaciones. La vacuna contra la neumonía está disponible para los bebés a los 2, 4 y 12 meses o antes de los cinco años, la población con factores de riesgo y los mayores de 65 años.

Se aconseja lavarse las manos, ventilar los ambientes a diario, mantenerlos libre de humo de tabaco, no automedicarse, cubrirse la boca con el pliegue del codo al estornudar o toser y no ir a trabajar o a la escuela con síntomas.