Interpol. La increíble historia del tunecino detenido en Formosa por el Covid-19

Mannai Wael Bouarada se había fugado de Francia. También se escapó de Brasil. Interpol tenía emitido un pedido de captura. Ese tunecino que cometió un asesinato en París y huyó de la vigilancia judicial en San Pablo fue finalmente atrapado ayer por el dato aportado por un vecino formoseño que lo vio cruzar la frontera en una canoa. La pandemia del coronavirus favoreció su evasión del sistema penal brasileño, pero al mismo tiempo provocó su caída por la casera vigilancia epidemiológica en un barrio formoseño, ya que la persona que llamó al 911 pensó en evitar que alguien pasase por su pueblo sin haber sido sometido a un control del Covid-19

La policía de Formosa fue hasta el barrio Eva Perón y capturó a ese sospechoso. Esa fuerza provincial informó que en ese momento fue activado el protocolo de bioseguridad y el hombre fue trasladado a la Unidad de Pronta Atención de la Contingencia Covid-19. El detenido se presentó como ciudadano brasileño, con un documento adulterado a nombre de Adriano Rodríguez Da Silva, pero se le tomaron fotografías y la sorpresa llegó varias horas después: en realidad era un tunecino buscado por un tribunal francés por el asesinato de su expareja. Ese trabajo de reconocimiento fue realizado por la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones, de la PFA.

Fue entregado en custodia a la delegación local de la Policía Federal Argentina para que se inicie el proceso de extradición. Una situación a la que Mannai Wael Bourada esta acostumbrado. Hace más de dos años que afrontaba una instancia similar en Brasil hasta que el Tribunal Superior de Justicia decidió en agosto pasado que continuase el trámite judicial en libertad al aceptar el pedido de la defensa sobre el potencial riesgo de contagio del Covid-19 en la unidad penitenciaria en la que estaba detenido.

La inusual captura de Mannai Wael Bourada es un paso más en su inusual vida criminal. Los documentos del proceso en su contra señalan que el 22 de febrero de 2017 un tribunal francés lo condenó a treinta años de prisión por el asesinato de su expareja y el intento de homicidio del novio de esta. Fue juzgado en ausencia.

Ese crimen ocurrió el 10 de junio de 2010 en París. El resumen del caso presentado por las autoridades francesas a la justicia brasileña exponen todas las características de un femicidio. Su esposa, Elsa Kerkenni, se separó de Mannai Wael Bourada en marzo de ese año y el hombre desde ese momento inició su acoso. Las amenazas aumentaron cuando la mujer comenzó una relación sentimental con Hakim Zelbouni. El agresor se tiñó el cabello de rubio en espera que los vecinos no lo reconociesen e ingresó en la casa de su expareja ese 10 de junio de 2010. Según consta en el expediente de extradición tramitado en Brasil, Mannai Wael Bourada esperó en la casa a la pareja que en ese momento cenaba en un restaurante. Cuando Kerkenni y Zelbouni regresaron a su vivienda, el hombre los atacó con un cuchillo.

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La mujer recibió 15 puñaladas y murió en el lugar. Su novio fue acuchillado cinco veces, pero sobrevivió para informar a la policía sobre el autor del ataque: Mannai Wael Bourada. No pudo ser detenido y siete años después fue sentenciado en ausencia a treinta años de cárcel.

Su fuga lo llevó a Brasil donde formó otra familia. Se casó con una ciudadana brasileña, quizá en espera de que ese lazo legal evitase una posible extradición a Francia. Ese matrimonio no sería cobertura suficiente, según consta en el expediente brasileño. Su escape del crimen en París tuvo un primer traspié en San Pablo, donde fue detenido por otro intento de homicidio triplemente agravado. En ese momento fue identificado como el hombre buscado para cumplir una condena de treinta años.

En Brasil fue condenado a ocho años de prisión en régimen semiabierto, pero era mantenido en la cárcel en espera del desarrollo del proceso de extradición. Hasta agosto pasado. El 3 de ese mes el Tribunal Superior de Justicia resolvió positivamente un pedido de la defensa para excarcelar a : Mannai Wael Bourada.

"La gravedad del cuadro causado por la pandemia del Covid-19 no puede ser ignorada. No habiendo previsión para la entrega de extradición y considerando su profeso en el régimen abierto en su condena en Brasil, mantenerlo preso indefinidamente en una situación demasiado gravosa", se consignó en la resolución que ordenó su liberación bajo algunas condiciones. Un fallo bastante similar a los observados en la Argentina en el inició de la cuarentena.

Se consideró que Mannai Wael Bourada "posee residencia fija y fuertes vínculos familiares en Brasil" al estar casado con una ciudadana de ese país. Se le indicó al tunecino que debía notificar sus actividades a la justicia antes del 10 de cada mes, que habría una inspección de su presencia en su casa durante las noches y que sería sometido a un monitoreo electrónico.

Alguna de esas medidas preventivas debe haber fallado. Mannai Wael Bourada no estaba el viernes pasado en su casa de San Pablo, sino que cruzaba la frontera argentina en Formosa. La porosidad de los pasos fronterizos no habilitados es bien conocida por bagayeros, contrabandistas y traficantes. Sin embargo, Mannai Wael Bourada no pudo presentir que un vecino lo denunciaría a los encargados de controlar la cuarentena formoseña, que tiene a miles de sus propios ciudadanos varados en las rutas de acceso.