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Inofensivos, iraquíes muertos por soldado de EEUU

BASE CONJUNTA LEWIS-McCHORD, Washington, EE.UU. (AP) — Dos hermanos iraquíes inermes no representaban ninguna amenaza mientras arreaban ganado en un palmar donde un equipo de reconocimiento del Ejército estadounidense se hallaba oculto un día hace siete años, dijo el miércoles un exsoldado estadounidense durante una audiencia preliminar.

Pero el entonces sargento primero Michael Barbera puso una rodilla en el suelo, apuntó hacia ellos y los mató, desde una distancia de casi 200 metros, testificó el exespecialista John Lotempio.

"Dios mío, ¿por qué?", respondió Lotempio cuando un fiscal le pidió que describiera su reacción ante el incidente. "Ellos no nos vieron".

Barbera, de 31 años y ahora sargento de primera clase, enfrenta una sentencia obligatoria de cadena perpetua si se le declara culpable de homicidio premeditado en un caso que ha generado dudas sobre un posible encubrimiento. Dos años después de las muertes, los agentes de la división de investigación criminal del Ejército prestaron atención al caso, pero los comandantes decidieron dar a Barbera una reprimenda escrita en lugar de enviarlo a consejo de guerra.

Fue sólo después de que un periódico de Pittsburgh, The Tribune-Review, publicó una investigación sobre el asunto en 2012 que el Ejército decidió darle otro vistazo. El reportaje describió el malestar de algunos de los soldados compañeros de Barbera ante el hecho de que nunca fue enjuiciado, y generó exhortos del Congreso al Ejército a que atendiera el caso.

Mientras la audiencia iniciaba el miércoles en la base conjunta Lewis-McChord, al sur de Seattle, el abogado de Barbera, David Coombs, dijo que las acusaciones eran infundadas y subrayó la persistentes dudas sobre por qué tomó tanto tiempo llevar el caso ante la corte. Un funcionario de investigación, el teniente coronel Charles N. Floyd, analiza si Barbera debería enfrentar una corte marcial.

Los soldados compañeros de Barbera no empezaron a manifestar sus preocupaciones sobre el incidente hasta 2009, y ya para entonces se llevaba a cabo una investigación al respecto. Al asunto "de alguna forma le dieron carpetazo", dijo el capitán Ben Hillner, un fiscal del Ejército, en sus argumentos de apertura.

Lotempio, quien se dijo testigos de los hechos, aseguró que no los reportó en su momento porque "no creo que yo conociera la forma adecuada de hacerle frente. No quería pensar al respecto". Indicó que tuvo pesadillas sobre las muertes y que se sintió culpable porque fue él quien notó la presencia de los adolescentes y despertó a Barbera, que de inmediato los mató.

"Si no lo hubiera despertado, ellos seguirían vivos", lamentó.

Luego que Barbera mató al primero de los menores de un solo disparo a la cabeza, el segundo los saludó con una mano y gritó, "Hola, señor. Hola", recordó Lotempio. Barbera disparó por segunda ocasión y lo mató.

Tras la muerte de los hermanos, el grupo de Barbera mató también al primo, que se acercó al lugar por un sendero. No se han presentado cargos por esa muerte. El primer hombre en testificar el miércoles, el exmédico del Ejército Andrew Harriman, realizó el disparo que mató al primo de los adolescentes y dijo que parecía que el hombre se acercaba a un arma.

Las víctimas fueron identificadas como Ahmad Jalid al-Timimi, de 15 años; su hermano Abás, de 14; y su primo, Muhamed Jalil Karim al-Galyani.

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Johnson está en Twitter como: https://twitter.com/GeneAPseattle