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¿Iniciar un negocio en época de pandemia? Un tiburón te dice cómo

Robert Herjavec, estrella de Shark Tank, explica cómo dirigir (y construir) una empresa en la dura era del COVID-19.

ES EVIDENTE que la pandemia de COVID-19 ha golpeado severamente a muchas empresas. Pero quizá nadie haya salido más perjudicado que los propietarios de las pequeñas. Para obtener algunas reflexiones (y algo de ayuda) recurrimos a Robert Herjavec, escritor, empresario y una de las estrellas de Shark Tank, el programa de ABC, que actualmente está en su temporada número 12.

La reciente entrevista con Herjavec forma parte de Better, la serie de Newsweek en LinkedIn Live en la que hablo con escritores, líderes de negocios y otros pensadores para que nos ayuden a aprender a ser un poco mejores en lo que hacemos. Y no hay nadie mejor que Herjavec, fundador y director ejecutivo del Herjavec Group, una empresa mundial de ciberseguridad, y autor de You Don’t Have to Be a Shark, para ayudarnos a atravesar estos tiempos tan complicados e ir más allá.

Estas son algunas reflexiones y consejos de Herjavec sobre cómo los propietarios de pequeñas empresas pueden sobrevivir a la pandemia…

Herjavec: “Debes tener una visión a largo plazo y esperar resultados a corto plazo. No hay excusa para la falta de resultados, especialmente durante la crisis del COVID-19, y ni siquiera después del COVID-19”. Foto: Walt Disney Television/Getty

TEN UN SENTIDO CLARO DE LA REALIDAD

Cuando el COVID-19 atacó por primera vez, muchas personas decían: “Oh, vamos a superar esto. No despidan a nadie. No reduzcan Los costos”, bla, bla, bla. Pienso que eso es peligroso. Tienes que evaluar tu situación personal en tu negocio.

Sé que ni siquiera nosotros sabíamos qué iba a pasar. No sabíamos si nuestros clientes se iban a ir, cómo se verían afectadas las cosas. Así que le pedí a mi director de finanzas que hiciera un pronóstico pesimista: ¿cuánto tiempo podríamos sobrevivir si no tuviéramos nuevos clientes y si ninguno de nuestros clientes existentes nos pagara? Y una vez que lo tuve, logré tranquilizarme.

Sin embargo, creo que no hay tiempo para el optimismo. Es decir, tampoco significa que tengamos que ser supernegativos, sino simplemente ser realistas.

HABLA CON TUS EMPLEADOS PARA TRANQUILIZARLOS

Todos mis empleados estaban asustados, igual que todo el mundo. Y todos llamaron. Organizamos una gran llamada con todos y preguntaron: “¿Qué debemos hacer primero?”.

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El primer consejo que le di a toda la empresa fue, quiero que, al terminar esta llamada, tomen el teléfono y llamen a un cliente, porque esas personas están asustadas. Sé que ustedes están asustados, pero esas personas también lo están. Simplemente pónganse en contacto.

Aunque actualmente todo se realiza de manera virtual, pienso que el contacto humano tiene una alta demanda. Creo que, si hemos aprendido algo durante la pandemia de COVID-19, es que somos criaturas sociales muy interconectadas, y que tenemos que seguir siéndolo.

MANTÉN TU MIRADA EN EL CORTO Y LARGO PLAZO

Debes tener una visión a largo plazo y tratar de construir algo sostenible. Sin embargo, cuando les hablo de esto, la mayoría de las personas no lo comprenden.

Lo que creen que esto significa es utilizar el largo plazo como excusa para el fracaso a corto plazo. Y yo digo, no, no, no… El solo hecho de que tengas una visión a largo plazo no te libera de tener un objetivo mensual y un objetivo trimestral y un objetivo anual. Así que debes tener una visión a largo plazo, pero esperar resultados a corto plazo. No hay excusa para la falta de resultados, especialmente durante la crisis del COVID-19, y ni siquiera después del COVID-19.

Cuando adquiero una empresa, me reúno con el propietario y una de las preguntas que le hago es: “Háblame de tus metas”. Y usualmente mencionan metas a muy largo plazo. Entonces les digo: “Bueno, dime cuál es tu objetivo para el próximo año”. Lo que quiero oír es una cifra muy específica, con objetivos tangibles muy concretos. Lo que no quiero oír es: “Bueno, haremos lo mejor que podamos. Ya sabes, haremos lo mejor que podamos”. Y yo pienso: “Oh sí, dejémoslo. Esta persona no es realista”.

DEBES SABER CUÁNDO DARTE POR VENCIDO

Cuando se te acaba el dinero [quizá sea el momento de cerrar la empresa]. Realmente, depende de tu situación personal. La realidad de la vida es que no tienes una cantidad ilimitada de tiempo. Los resultados no se miden durante cantidades ilimitadas de tiempo. Un juego de futbol dura una cantidad limitada.

Si tienes fondos ilimitados y tus padres son superricos y pueden seguir enviándote cheques, y tú quieres tener el mejor restaurante de sushi de California y has estado en el negocio durante cinco años sin vender nada, aleluya, sigue adelante si eso es lo que te apasiona. Pero pienso que debes contrastar tu situación con la realidad.

En mi caso, en cada negocio que he iniciado, siempre he tenido este plazo: ¿Cuánto tiempo puedo seguir hasta que esto comience a impactar realmente a mi familia y se vuelva peligroso? Porque amo a mi empresa, pero amo más a mi familia.

COMPRENDE LA NUEVA NORMALIDAD

Algunas cosas volverán a ser como siempre han sido, pero otras han cambiado para siempre.

Lo primero que cambió para siempre son los viajes de negocios. Se acabó la idea de ir a ver a un cliente con el que nunca me he reunido para promoverme a mí mismo o a mi producto por primera vez. Este concepto de, bueno, estoy de paso por Chicago. Déjame ir a verte para hablarte de nuestra empresa. Eso se acabó. Piensa en la pérdida de tiempo que representaría para mí ir y promover mi empresa cuando pude haberlo hecho a través de Zoom. Eso se acabó.

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Creo que la idea de llevar a almorzar a un cliente actual para mejorar esas relaciones seguirá existiendo porque somos seres sociales y queremos seguir haciéndolo.

La velocidad de los negocios ha aumentado para siempre. Las cosas se mueven rápido. Las personas no son pacientes. ¿Sabes por qué no son pacientes? Porque todos estamos todo el día frente a una computadora. Si yo le envío un correo electrónico a alguien a las 16:00 horas, espero que me conteste a las 16:01. Si, por ejemplo, me responde a las 17:00, yo me pregunto: “¿Acaso no estabas en casa? ¿Dónde estabas? No tienes ningún lugar a dónde ir. Responde mi correo electrónico”. Pienso que esto ha cambiado.

Sin embargo, el gran cambio es la aceleración digital. En el pasado pensaba: “Tenemos una estrategia minorista y una estrategia digital”. No hay una estrategia minorista. La estrategia minorista simplemente existe para apoyar tu estrategia digital y no al contrario. Así que hay una aceleración de lo digital, y obviamente, de todo lo que le rodea, el acceso remoto, la ciberseguridad, toda esa clase de cosas.

INVIERTE SIEMPRE EN EL EMPRENDEDOR

En Shark Tank, el discurso de ventas dura más de una hora y se edita a siete minutos, que es lo que las personas ven en casa. Esto es lo gracioso: 50 por ciento de las veces ya hemos tomado nuestra decisión en el primer par de minutos. Esto es algo de lo que no se dan cuenta las personas que nunca han iniciado un negocio. Dedican años tratando de encontrar y perfeccionar el producto, pero en los negocios lo importante es la ejecución. Con frecuencia, lo que comienzas haciendo en los negocios no es lo mismo que acabas haciendo. Tu negocio cambia. Hay idas y venidas, y tú quieres a un emprendedor que pueda adaptarse y cambiar de dirección e integrar a un equipo grandioso para que lo apoye.

Una vez que sabemos sobre el negocio, debemos conocer nuestros números. Los números son el lenguaje de los negocios. Si no puedes hablar ese lenguaje realmente vas a tener problemas. En Shark Tank preguntamos: “¿Cuál es el costo de tus insumos? ¿Cuál es tu margen de ganancia sobre ese producto?” Y la gente responde: “Oh, no lo sé, pero voy a contratar a alguien que me ayude con eso”. Y nosotros pensamos: “Sí, debemos mantenernos bien lejos de esta persona”.

No puedes delegar responsabilidades a agentes externos cuando comienzas. Desde luego, puedes contratar a un director de finanzas cuando tu empresa crezca lo suficiente, pero cuando estás empezando, ¡hombre!, tienes que conocer ese tema hasta en el último centavo.

TUS EMPLEADOS NO TIENEN QUE CAERTE BIEN

Uno de mis antiguos jefes me dio un terrible consejo. Me dijo: “Nunca contrates a nadie con quien no querrías sentarte en un vuelo intercontinental”. Por alguna razón, eso se mantuvo en mi cabeza. Así que entrevistaba a alguien y me preguntaba: “¿Me cae bien esa persona? ¿Puedo salir a divertirme con ella?”. Ahora me he dado cuenta de que eso no importa. Un equipo no es un grupo de personas que necesariamente se caen bien entre ellas. Un equipo de alto rendimiento es un grupo de personas que se respetan unas a otras. No necesito que me caigas bien. No necesitamos salir a cenar. No necesito conocer a tu familia. No necesito conocer a tu perro. Pero sí tengo que respetarte.

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Por ello, lo primero que averiguo es si esa persona encaja en nuestra cultura. En nuestra empresa tenemos una cultura muy competitiva, de gran motivación y de gran empuje. Así que si no quieres levantarte cada día y hacerlo un poco mejor que el día anterior, y si nuestro crecimiento no te motiva, es probable que no encajes con nosotros, porque nuestros 350 empleados sienten una gran pasión por la ciberseguridad. Buscamos la afinidad cultural por encima de todo.

LA DESESPERACIÓN ES UN PODEROSO MOTIVADOR… AL PRINCIPIO

¿Sabes qué me impulsó cuando comencé mi empresa? Pagar mi hipoteca, eso fue lo que me impulsó. Y a veces, los emprendedores vienen y dicen: “Comencé mi empresa. Tengo esta verdadera visión y vamos a hacer todo esto, y realmente me apasiona”, y estoy seguro de que existen personas así, pero tengo que decir que las razones por las que la mayoría de las personas inician un negocio son el miedo y la necesidad.

Mi necesidad fue que alguien me despidió. No podía obtener un trabajo a tiempo para hacer el siguiente pago de mi hipoteca. Así que cuando me levantaba cada día, pensaba: “Si no vendo nada hoy, no podré pagar mi hipoteca”. Así que se trataba de una relación muy clara de causa y efecto. Sin embargo, dicho lo anterior, esto solo te permite avanzar hasta cierto punto. Si comienzas una empresa para ganar un dólar, solo ganarás unos cuantos dólares. Si comienzas una empresa para ganar un dólar, pero encuentras tu grandeza y tu propósito, ganarás muchos más dólares en el camino.

Lo gracioso es que cuando se inició la crisis del COVID-19 yo tenía mucho miedo. Toda esa incertidumbre. De inmediato pensé: “Si no me levanto hoy, la gente sabrá que tengo miedo. Van a asustarse y nuestro negocio podría fracasar”. Y creo que el fracaso es un motivador realmente grande.

DEDICA UN TIEMPO A LA REFLEXIÓN

Una de las mejores cosas de ser un emprendedor no es que trabajes menos. Esa es otra de las cosas que siempre dicen todos mis amigos que nunca han iniciado un negocio: “Oh, ojalá pudiera iniciar mi propio negocio para poder trabajar a mi ritmo”. Y yo respondo, “Eso es basura”. Uno trabaja al ritmo de sus clientes.

Sin embargo, una de las cosas que las personas no hacen lo suficiente es dedicar tiempo a pensar. Los negocios son un deporte de contacto, y cuando el juego comienza, no para. Así que lo que he tenido que hacer es encontrar esos momentos de quietud en mi día para poder hacerlo. Y para mí, eso significa levantarme temprano. Así que me levanto todos los días a las 4:30 horas. La primera media hora la dedicó a tomar café y simplemente a pensar. Tengo un cuaderno frente a mí, y durante la primera media hora simplemente escribo las cosas que tengo que lograr ese día. Esto se debe a que he aprendido que una vez que el día comienza e inicia la pelea no pienso en lo que voy a lograr. Simplemente, reacciono.

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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek