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Ingenieros advierten que una parte del muro fronterizo de EEUU está destinada a colapsar

A pocos meses de que se construyera la sección de cinco kilómetros del muro fronterizo del presidente Donald Trump a lo largo de la ribera del río Bravo, nuevos informes de ingeniería dicen que el proyecto ya está en riesgo de colapsar.

El muro, encargado al sector privado, empezó a construirse el fin de semana del Día de los Caídos el año pasado. En diciembre, las operaciones se detuvieron por órdenes de un juez del condado de Hidalgo, después de que el Centro Nacional de la Mariposa argumentó que el proyecto crearía riesgos de inundación. A principios de enero, un juez federal le permitió a Fisher Sand and Gravel, domiciliada en Dakota del Norte, que continuara la construcción.

Dos informes, obtenidos y reportados primero por ProPublica y The Texas Tribune y encargados por el Conservatorio Nacional de la Mariposa, indican que secciones de los cinco kilómetros de valla están en riesgo de volcarse a causa de la erosión.

“La geografía en la ubicación donde se construye el muro en comparación con el meandro no es una ubicación favorable para un rendimiento a largo plazo”, concluyó un informe del Grupo Millennium de Ingenieros.

El grupo, domiciliado en Texas, dijo que aun cuando el muro fronterizo era estable actualmente, la erosión del suelo y las deficiencias en su construcción llevarán a que el concreto se resquebraje y se creen brechas enormes cerca de sus cimientos.

Un segundo informe, del ingeniero medioambiental Mark Tompkins, también citó una erosión generalizada como la razón clave para la desaparición inminente y esperada del muro fronterizo. Él comentó que las lluvias torrenciales o “eventos extremos de alto flujo” provocarán que el muro se colapse.

“Cuando eventos extremos de flujo, cargados de sedimentos y detritos, socaven completamente los cimientos de la valla, y creen un curso de flujo bajo la valla o provoquen que un segmento de la valla se venga abajo sobre el río, ocurrirá una hidráulica impredecible y dañina”, dijo Tompkins en una declaración jurada para ser presentada en la corte.

La valla del río Bravo, construida por Fisher Sand and Gravel, domiciliada en Dakota del Norte, fue pagado en gran medida por donadores privados de Construimos el Muro.

La organización sin fines de lucro recaudó 25 millones de dólares, fondos que han sido sujetos a una investigación federal. Cuatro miembros de la organización, incluido Steve Bannon, ex estratega en jefe de Trump, han sido acusados de desviar el dinero a sus propias cuentas para pagar sus estilos de vida fastuosos.

Los ingenieros que revisaron los informes en nombre de ProPublica y The Tribune también expresaron una preocupación de que los cimientos del muro construido por particulares estén en peligro de desplomarse debido a defectos en la construcción.

Tommy Fisher, presidente de Fisher sand and Gravel, quien aceptó la inspección como parte de una demanda presentada contra su compañía por el Centro Nacional de la Mariposa y la Comisión Internacional de Límites y Aguas, ha llamado al proyecto el “Lamborghini” de los muros fronterizos.

“Parece que están escatimando gastos en todas partes”, dijo a ProPublica Alex Mayer, profesor de ingeniería civil en la Universidad de Texas campus El Paso. “No es un Lamborghini, es un auto usado de 500 dólares”.

Fisher ha defendido los planes de ingeniería de la valla, diciéndole a Bannon en su podcast que el muro está “funcionando increíblemente bien. Hay un poco de mantenimiento por erosión que debemos mantener”.

Pero otros expertos que hablaron con ProPublica y The Tribune argumentan que las soluciones propuestas por Fisher son insuficientes para conservar la estructura del muro.

Adriana E. Martinez, geomorfóloga y profesora de la Universidad del Sur de Illinois campus Edwardsville, dijo a las publicaciones que los arreglos de Fisher son “casi como ponerle un curita a una herida enorme”.

La administración de Trump ha adjudicado 2,000 millones de dólares en contratos federales a Industrias Fisher desde que comenzó la construcción de la valla en el río Bravo.

Sin embargo, desde entonces Trump ha tratado de distanciarse del proyecto.

“No sé nada sobre el proyecto, aparte de que no me gustó; cuando leí al respecto, no me gustó. Dije: ‘Esto es para el gobierno. Esto no es para particulares’,” comentó Trump a los reporteros en la casa Blanca el 20 de agosto.

La administración de Trump también contrató a Fisher para construir un segmento de casi un kilómetro en las afueras de El Paso, Texas, y en mayo le entregó a la compañía otro contrato por 1,000 millones de dólares para porciones adicionales del muro en Arizona.

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