Arrimadas, su plan como lideresa y el fracaso que se avecina en Ciudadanos

Arrimadas, su plan como lideresa y el fracaso que se avecina en Ciudadanos

Las semejanzas de Ciudadanos y UPyD van más allá de la presencia de Toni Cantó en sus filas. Y lo más grave para los 'naranjas' es que apuntan a un mismo final: ser un partido residual. Porque ese es el rumbo que mantiene Ciudadanos tras la marcha de Albert Rivera. El traspaso de poderes hacia Inés Arrimadas por la vía de la herencia no apunta a solucionar los problemas que provocaron la hecatombe del partido que en las elecciones perdió más de 2,5 millones de votos.

Porque la que fuera mano derecha de Rivera se ha propuesto liderar el partido manteniendo su veto a un Gobierno en el que participen Unidos Podemos y partidos nacionalistas y proponiendo, a cambio, un pacto constitucionalista junto a PSOE y PP. Es decir, más bloqueo político.

Además aboga por mantener los pactos con Vox allá donde se han suscrito. Es decir, más giro a la derecha.

Y todo esto después de que rivera se comprometiera en campaña a "no bloquear el Gobierno de Sánchez si Ciudadanos se mantenía en la oposición". Es decir, más volantazos.

Se trata de la misma receta que aplicó Ciudadanos en los meses de verano y que acabó con varias dimisiones y ceses como los del entonces portavoz económico, Toni Roldán; el diputado Francisco de la Torre o el eurodiputado Javier Nart que ponía fin a su militancia. Una receta que estuvo diseñada por el propio Rivera y el secretario de Organización, Fran Hervías, principal interesado en el continuismo con Arrimadas de candidata.

Pero no le está funcionando. Al menos de momento. Porque, al no advertir ningún síntoma de cambio, las bajas naranjas han continuado hoy mismo. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha anunciado que dejará la dirección del partido tras el congreso que se celebrará la próxima primavera para elegir a una nueva cúpula. Y Fernando de Páramo, secretario de comunicación, abandona la política y no recogerá su acta de diputado.

Ajena a ello, Arrimadas sigue postulándose como la elegida para suceder a Rivera. Aunque lo que hace unos días parecía un trámite ahora se le está complicando. Porque no todos los críticos dentro del partido van a dimitir como Roldán, Villegas o Páramo. Algunos se plantean organizar una alternativa al 'Riverismo'. Una revuelta que aboga por abrir las ventanas de la dirección del partido -y que Albert Rivera convirtió en un club de amigos en donde se purgó a quien no opinara como él- y que entre aire fresco.

De momento el movimiento es horizontal y se está gestando en Valencia, Murcia y Andalucía. Y en la zona noble de Ciudadanos ya lo han detectado. Tanto que la cúpula del partido ha instado a los diferentes líderes territoriales del partido a significarse públicamente en favor del citado Hervías, que es quien está pilotando la futura coronación de Inés Arrimadas. "Necesitamos que os pronunciéis públicamente en Twitter a favor de nuestro secretario de Organización. Es muy sencillo". Ese es el mensaje que los díscolos denuncian que ha salido desde la cúpula del partido hacia todos los altos cargos naranjas para bloquear cualquier renovación del partido. Y basta buscar el hashtag #ProhibidoRendirse para entender el movimiento.

Ciudadanos debe aprender de UPyD que los partidos personalistas -como fue el caso de Rosa Díez en la formación magenta- llevan implícita una escasez de democracia que la militancia no tolera. Que se lo digan a Susana Díaz cuando perdió las primarias con Pedro Sánchez.

Si Hervías no escucha a los críticos y no articula un mensaje diferente al que ha llevado a Ciudadanos a la ruina política, la transición con la que sueñan va a ser de todo menos “pacífica y ordenada” como ansía Arrimadas.

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