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Independiente arde en su propio infierno y la política juega un singular partido

La derrota en el clásico con Racing fue la chispa que provocó el estallido y desató la bronca. La caída, aun cuando el equipo tuvo durante un pasaje del partido hasta dos jugadores más que el rival, generó un quiebre. Pero el descontento futbolístico corrió el velo para que explotara el enojo contenido hacia la conducción del club.

Independiente arde en su propio infierno, una situación que no es nueva, porque las alarmas se encendieron en varias oportunidades y fueron desatendidas. El estadio Libertadores de América es la caja de resonancia en la que se expresaron aquellos que exigen explicaciones, aunque por respuesta recibieron un agravio de la persona que en la tormenta tendría que ser un sereno capitán. Insultos de los hinchas comunes, aquellos que no tienen beneficios extraordinarios ni aprietan jugadores en el predio de Villa Domínico, para Hugo Moyano, un presidente que recogió el guante y trató de "gansos" a los que se apartan de su pensamiento, su estrategia, su estilo.

Y a la actualidad de fuego se le agregó la pata política, que históricamente estuvo presente en el club, pero que recrudecería con la eventual irrupción de Patricia Bullrich, referente del PRO, que agitó el clima al anunciar un posible acompañamiento a un líder opositor a la gestión que encabeza el referente del Sindicato de Camioneros y su hijo Pablo Moyano.

Del murmullo a los insultos para Moyano

El murmullo y las recriminaciones en el partido con Fortaleza, por la Copa Sudamericana, desaparecieron con el gol de Leandro Fernández; el mismo jugador anotó anteanoche, en el final, para el empate 1-1 con Arsenal, por la Superliga. Pero el desahogo no resultó suficiente para acallar el descontento: "Moyano, hijo de p./ la p. que te parió", atronó en la cancha, que no lució a pleno. "No vengan a romper la paciencia con eso. ¿Reprobaron qué? Los que insultaron fueron cuatro gansos. Estuve en cana tres veces durante la dictadura, mirá si no me voy a bancar este momento. No me achico con nada", fustigó Hugo Moyano, evidenciando fastidio y exhibiendo los lineamientos de conducción verticalista que aplica en su gremio y replica en el club, dos espacios sin frentes opositores.

De aquella coalición en la que convivieron Hugo y Pablo Moyano, Héctor Yoyo Maldonado -tres autoridades del Sindicato de Camioneros-; Cristian Ritondo -ex ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires en la gestión de María Eugenia Vidal-; el kirchnerista Carlos Montaña -funcionario de Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social- y hasta el sindicalista Ricardo Cirielli -secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico-, a un nuevo mapa que podría gestarse rumbo a 2021 si Bullrich ratifica su posición de involucrarse en la política del club.

Patricia Bullrich podría sumarse a una lista opositora a Moyano en el Rojo

No me siento con posibilidades de meterme en el mundo del fútbol, pero me involucraría junto a un candidato opositor a la actual conducción. Desde que lo sacaron a [Javier] Cantero, yo vivo angustiaPatricia Bullrich

"No me siento con posibilidades de meterme en el mundo del fútbol, pero me involucraría junto a un candidato opositor a la actual conducción. Desde que lo sacaron a [Javier] Cantero, yo vivo angustiada", señaló en radio La Red. Ritondo, que comparte el espacio político con Bullrich, desde hace un tiempo observa con agrado retornar a la vida institucional de Independiente.

En julio de 2014, cuando Moyano asumió el mando, el club era una ruina: el estado financiero, estructural y organizativo condenaba a una institución que regresaba a Primera. El primer ciclo fue un éxito: futbolísticamente, Independiente obtuvo la Copa Sudamericana 2017; la finalización de la construcción del estadio, las remodelaciones de los diferentes predios y el reordenamiento de las cuentas eran pilares que invitaban a apuntar a un mayor crecimiento, a reverdecer la gloria pasada.

Pasaron dos calendarios desde que la fórmula arrasó en las elecciones, con un 89% de los votos, aunque aquel crédito fue mal invertido y el cheque en blanco se convirtió en una cuenta cerrada. De la cancelación de la segunda convocatoria de acreedores a una deuda de 1100 millones de pesos; los gastos a cuenta en los días de bonanza repercuten a tal punto que la FIFA condenó a Independiente a pagar 1.790.000 dólares a Defensor Sporting, de Uruguay, por el pase de Carlos Benavídez. Un conflicto que podría desencadenar en la prohibición de reforzarse en los futuros mercados de pases, aunque desde el club aseguran que dos dirigentes viajaron a Montevideo para acordar una nueva forma de pago.

La desesperación por desprenderse de Alan Franco, por el que Los Ángeles Galaxy, de la Major League Soccer, ofertó US$ 3,5 millones por la mitad del pase, y la posibilidad de que Martín Benítez se marche a Vasco da Gama, de Brasil, desnudan los desajustes económicos-financieros.

En 2020, Independiente jugó cinco partidos, cosechando cinco puntos. Sólo superó a Rosario Central; los clásicos fueron un trastorno para el ciclo Pusineri: derrotas con River y Racing y empate con Boca. "Somos responsables, pero no me puedo poner los pantalones cortos y salir a la cancha", apuntó Hugo Moyano, que no se corrió de la línea que marcó su hijo Pablo, tras la caída con la Academia: "Si perdemos contra 9 no es nuestra responsabilidad". Los máximos referentes olvidan que el plantel apenas sumó sólo a aquellos que volvían de sus préstamos -Fernández, Gastón Togni, Brian Romero-, se marcharon Pablo Pérez -en conflicto-, Nicolás Figal, Nicolás Domingo, Cristian Chávez, Francisco Pizzini y Sebastián Palacios.

"La derrota con Racing complicó las aguas", dijo Pusineri, que en la cancha y con resultados deberá contener las pulseadas que se disputan en las tribunas y los escritorios.