Las increíbles fotos de la preselección al Premio de la Popularidad del Fotógrafo de Vida Salvaje del Año

Para Charl, nada supera la emoción y la expectación que implica estar sentado esperando en un abrevadero durante la estación seca, sabiendo que cualquier animal puede aparecer de repente en la oscuridad. Esta manada de cebras de la Reserva de Caza Zimanga, en Sudáfrica, superó con creces sus expectativas, mientras la tranquilidad del entorno le permitió captar este reflejo casi perfecto.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Steven estaba fotografiando a un pequeño grupo de espátulas rosadas adultas en una colonia en la Bahía de Tampa, en Florida, cuando notó que desde lejos venía volando un recién llegado. Con el tiempo justo para retroceder unos cuantos pasos, Steven fotografió al pájaro mientras aterrizaba exactamente frente a su cámara, formando una impresionante U simétrica con sus alas.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Jan vio a este pequeño autillo cariblanco sureño en un árbol en un campamento del Parque Transfronterizo de Kgalagadi, en Sudáfrica. Por lo general estos búhos de mechones cortos en las “orejas” con puntas negras, ponen sus huevos en los antiguos nidos de otras aves. Jan fue capaz de fotografiar a este llamativo pájaro mientras lo miraba fijamente sin inmutarse por las entradas y salidas del campamento.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Pikin, una gorila occidental de llanura, fue capturada y la iban a vender como carne de caza, pero la asociación Ape Action Africa la rescató. Jo-Anne tomó esta fotografía cuando estaban trasladando a la gorila desde su antiguo recinto dentro de un refugio forestal seguro en Camerún hacia uno nuevo y más grande, junto con un grupo de gorilas. Primero la sedaron, pero durante el traslado al nuevo recinto se despertó. Afortunadamente, no solo estaba muy somnolienta, sino que también estaba en los brazos de su cuidador, Appolinaire Ndohoudou, por lo que permaneció tranquila durante todo el camino lleno de baches.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Cuando las madres y las crías de osos polares salen de sus madrigueras a inicios de la primavera, los pequeños se quedan cerca de sus madres en busca de calor y protección. Si los cachorros son fuertes y tienen la confianza suficiente, caminan hacia el hielo marino junto a su madre para que esta pueda cazar focas. Debra esperó seis días cerca de la guarida de esta familia, en el Parque Nacional Wapusk, en Manitoba, Canadá, antes de que por fin salieran. Tuvo que lidiar con unas duras condiciones, las temperaturas variaron de -35 ̊C (-31 ̊F) a -55 ̊C (-67 ̊F) con vientos fuertes, por lo que era casi imposible evitar la congelación y lograr que su equipo fotográfico funcionara correctamente.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

El Ártico es hermoso durante todo el año, pero a finales del invierno, cuando las temperaturas alcanzan los -30 ̊C (-22 ̊F) y todo se cubre de blanco y el sol permanece bajo en el horizonte, es simplemente impresionante. Josh estaba en un bote en un fiordo frente a Longyearbyen, en Svalbard, Noruega, y se encontró con esta osa polar caminando a lo largo del borde helado. El animal sintió curiosidad, así que pasó dos veces junto al bote, el tiempo suficiente para que Josh le hiciera una foto a su pelo blanco brillando bajo el sol poniente. Después de satisfacer su curiosidad, se alejó en silencio.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Lakshitha estaba de safari en la Reserva Nacional Maasai Mara, en Kenia, cuando vio algo inusual: una carraca lila sobre una cebra. Normalmente prefieren posarse en lo alto del follaje, pero esta carraca pasó una hora o más paseando y disfrutando de la comida ocasional: algún que otro insecto. Lakshitha esperó a que las cebras que estaban alrededor formaran este telón de fondo perfecto antes de hacer la foto.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Eva estaba intentando tomarle una foto perfecta a esta libélula increíblemente colorida en Bad Alexandersbad, en Baviera, Alemania, cuando de repente apareció una mosca. Se adhirió brevemente a la libélula y luego salió volando, pero afortunadamente regresó y le brindó esta inusual oportunidad fotográfica.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

En un área protegida de Zululand, en KwaZulu – Natal, en Sudáfrica, la mano ensangrentada de un guardabosque descansa sobre un colmillo de marfil muy veteado, cubierto además con la sangre de un elefante africano. El elefante tuvo que ser sacrificado debido a una infección severa en un colmillo que no pudieron tratar. Los colmillos fueron trasladados a un lugar seguro, donde fueron catalogados cuidadosamente según la ley.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Millones de salmones se reproducen cada año en el lago Kurile, en la parte sur de la península de Kamchatka, en Rusia, lo cual atrae a un gran número de osos pardos. Marco notó cuán curiosos lucían estos dos osos pardos y fue capaz de capturar el momento en que ambos se pararon sobre sus patas traseras para observar lo que sucedía a su alrededor. La lluvia que caía sobre el lago agregó un detalle adicional a la escena.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Luciano tuvo que escalar al árbol del género cecropia, en el Bosque Atlántico protegido del sur del estado de Bahía, en Brasil, para tomar una foto a la altura de los ojos de este perezoso de tres dedos. A los perezosos les gusta alimentarse de las hojas de estos árboles, por lo que a menudo se les ve en lo alto de las copas.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Buceando en Blue Bead Hole, en San Eustaquio, en el Caribe, Mike usó una velocidad de obturación corta para captar el movimiento de este pez “golondrina”. Las grandes aletas pectorales del pez se dividen en una aleta delantera más corta con espinas, que utiliza para “caminar” y hurgar en el suelo del océano en busca de alimento, y en otra parte más grande que se parece a un ala. Por lo general, mantiene las aletas pegadas a su cuerpo pero, cuando se siente amenazado, las expande para ahuyentar a los depredadores.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Todos los años, desde julio hasta finales de octubre, las ballenas jorobadas del sur migran hacia el norte desde las zonas donde se alimentan en la Antártida para dar a luz a sus crías en las cálidas y protegidas aguas de Tonga. Ray encontró a esta madre y su cría flotando pacíficamente en el agua plagada de plancton alrededor del archipiélago de Vava’u, en Tonga. Cuando Ray se acercó suavemente, los gigantes nadaron para acercarse y echarle un vistazo. Ray tomó la fotografía mientras hacían este elegante giro. Más tarde le aplicó un filtro en blanco y negro para representar mejor la sencillez de la escena.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

No es raro ver alces en la ciudad de Anchorage, Alaska. Este gran “toro” se llama Hook, y desde el año pasado Ryan sabía que cambiaría sus magníficos cuernos en los próximos días. El fotógrafo capturó esta escena durante una fuerte nevada mientras el resto de la ciudad dormía, al cabo de una hora, Hook se había desecho de su primera cornamenta.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

A medida que se extendía la sequía en el Parque Nacional South Luangwa de Zambia, los pozos de agua se iban convirtiendo en pequeños estanques. Unas bandadas de inseparables de Lilian se congregaron y cuando la costa se despejó, bajaron hasta este estanque. Caminaron hacia adelante, haciendo turnos para beber y bañarse, como si estuvieran en una cinta transportadora.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Durante una estancia de tres semanas en el Parque Nacional Serengeti, en Tanzania, Martin se encontró varias veces con este leopardo hembra. De hecho, era conocida en el área, hasta el punto que los guías locales la llamaban Fundi. Un día, al caer la tarde, Fundi se apartó del árbol en el que descansaba y se detuvo junto al automóvil de Martin para echarle esta magnífica mirada.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

A este adorable polluelo de flamenco del Caribe, que aún no tiene cinco días de vida, lo está cuidando uno de sus padres en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, en Yucatán, México. Los polluelos permanecen en el nido aproximadamente una semana. Luego deambulan por la colonia destinada a los más pequeños y empiezan a alimentarse solos, aunque sus padres continúan dándoles de comer durante varios meses. La colonia de flamencos es muy sensible a la presencia humana, por lo que Claudio tuvo que usar un camuflaje para acercarse.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)

Este primer plano capta el conmovedor momento en el que un bebé apoya su pequeña mano en la gran mano de su madre. Jami tomó esta fotografía mientras estaba en Borneo cubriendo una historia sobre los efectos de la agricultura del aceite de palma en el hábitat de los orangutanes. La pérdida de la selva primaria representa una seria amenaza para esta especie, que ya se encuentra en peligro crítico.
(Fotógrafo de Vida Salvaje del Año)