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Incendios e inflación: ¿están relacionados?

La triste realidad de todos los veranos se repite. España arde y el calor intenso de las últimas semanas no hace más que avivar las llamas de los peores incendios del siglo. Con 220.939 hectáreas arrasadas por el fuego, España es el país de la Unión Europea con mayor superficie quemada en lo que va de año según Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea. Y es que la lista de territorios afectados es larga: Losacio, Ateca, Pont de Vilomara i Rocafort, Navarra, la Sierra de la Culebra, Urda, Artesa de Segre, Oleiros, Tenerife, Tarragona, Librilla...

La situación es devastadora. La vida de millones de personas se ha visto gravemente alterada debido a los incendios. Y, por si esto fuera poco, estos eventos aumentan el riesgo negativo para la economía de nuestro país. El fuego prende y la inflación sube.

El cambio climático provoca que los incendios se produzcan antes, sean más frecuentes, causen más daños y sean más difíciles de detener. Por este motivo, España se quema con más violencia que nunca.

El aumento esperado durante los próximos años tanto en el número, la intensidad y la duración, no solo de los incendios, sino de otros fenómenos medioambientales adversos como las sequías, tendrá efectos económicos negativos a largo plazo en España, Francia, Italia o Portugal. La causa será su impacto sobre la inflación, el gasto o el turismo, según ha señalado agencia Moody's.

Este tipo de eventos, sequías e incendios tendrán una consecuencia inmediata: la disminución del turismo, un sector que representa grandes porcentajes del PIB en los países mediterráneos: más del 20% del PIB en Grecia, el 18% en Portugal, el 15% en España, el 13% en Italia y el 9% en Francia. La exposición a los riesgos medioambientales debilitará inevitablemente la economía de estos países, ya que la llegada de viajeros se reducirá por el peligro que suponen los incendios y por la desaparición de algunos recursos o atractivos turísticos naturales.

Las sequías harán su parte y en el corto plazo debilitarán la producción agrícola, lo que se traducirá en una mayor presión sobre los precios de los alimentos y, en última instancia, aumentará la inflación. Y no solo eso. En medio de una crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania, las sequías no permiten a la hidroeléctricas funcionar a pleno rendimiento, además de ralentizar la operativa de las plantas nucleares, que requieren agua como refrigeración.

Así pues, tal y como afirma la agencia, los precios más altos de la energía y los alimentos “ejercerán más presión sobre la inflación y erosionarán el gasto discrecional, lo que a su vez ralentizará el crecimiento económico”.

Los Gobiernos también tendrán que asumir los costes adicionales para paliar los efectos de los incendios: extinguir el fuego y más adelante replantar los terrenos. España es, de hecho, la economía que mayor desembolso de gasto público tendrá que realizar.

La noticia no es buena. Nuestro país tiene ante sí un reto gigantesco. Un horizonte que se dibuja complicado, con una deuda pública ya de por sí elevada y con importantes deberes, como las pensiones, y contratiempos que irán surgiendo como la subida de tipos de interés y de las primas de riesgo, que podrían desestabilizar nuestra economía si no actuamos a tiempo.

No solo hace un poco más de calor. Las altas temperaturas no son inofensivas y el cambio climático es una realidad.

VÍDEO: Hay vida después del fuego: El poder de regeneración de la naturaleza tras los incendios