Es muy importante estar en un equipo ganador, pero aquí tengo historia para siempre. Regresa el rey del bateo
La emoción se refleja en el rostro de Luis Arráez cuando se le pregunta por Miami. Las lágrimas asoman cuando se habla de Venezuela. Este pelotero se manifiesta de la misma manera en juega a la pelota: honesto, apasionado y transparente.
Llegó a la que fue su antigua casa de béisbol y lo primero que hizo fue buscar a sus ex compañeros de equipo, al menos los que quedaban desde que con él mismo comenzara el huracán de cambios que arrasó con el roster donde fuera la principal figura a principios de temporada.
“Se siente bien, emocionante y ya ustedes lo ven en mi cara’‘, comentó Arráez de su vuelta al loanDepot park. “La primera vez que llegué aquí fue con una sonrisa y volví aquí de nuevo con otro sonrisa a darle alegría a los fanáticos que siempre me han apoyado, a mi familia y a todos los muchachos que han estado allí, al manager Skip y a todos los entrenadores que me apoyaron. Todo el mundo sabe que esto es un negocio, pero mi corazón y mi cariño siguen con ellos’‘.
Casi al finalizar el entrenamiento de los Marlins y a punto de comenzar el de los Padres, Arráez fue a abrazar a Skip Schumaker con tanta fuerza que lo levantó del piso antes de conversar largo y tendido, como si se tratase de dos viejos amigos que tienen mucho por decirse.
Schumaker, dentro de lo que le permitían las circunstancias, lamentó profundamente la partida de Arráez el 4 de mayo a San Diego a cambio de tres prospectos, sin que ese momento supiera nadie que sería el primero de muchos, dando por terminada de manera efectiva la contienda de Miami.
“Fue rudo, fue rudo’‘, agregó Arráez del momento en que lo canjearon. “Somos seres humanos. Cuando tú te sientes bien en una organización, en un estado, porque ya yo vivo aquí en Miami, pero yo entiendo que esto es un negocio. La pelota es así. Ahora estoy con otro uniforme pero estoy sumamente contento con las oportunidades que me está dando San Diego.
Y claro está, todo en San Diego es muy difícil a Miami en términos de competitividad, pues los Padres sí tienen aspiraciones serias de llegar profundo en los playoffs y actualmente se encuentran en la segunda plaza de la División Oeste por detrás de los Dodgers, con fuertes chances de conquistar uno de los puestos de comodines.
Arraez, por su parte, ha hecho sentir su impacto desde el primer día en Calfornia y llegó a Miami -alguien lo puede poner en duda- como líder de los bateadores del viejo circuito, probando que quizá se la pieza que le faltaba a los Padres para dar un salto de calidad junto a Fernando Tatis Jr. y Manny Machado.
“Estar en un equipo ganador es muy importante’‘, recalcó Arráez. “Tanto en lo personal, como de conjunto, porque todo el mundo aporta su grano de arena. Eso es lo que necesitamos todos los peloteros, ganar todos los días. Eso es lo que estamos haciendo. Gracias a Dios por ponerme aquí con San Diego. Cuando llegué a mi closet, estaba al lado de Machado, a Tatis. Me dijeron bienvenido a casa’‘.
Pase lo que pase, Arráez se mantendrá conectado al sur de la Florida, pues no piensa mudar su residencia de Miami y porque siempre quedará en los libros de records como un ganador de un título de bateo y como el primero en lograr un ciclo dentro de la franquicia.
En el poco tiempo que pasó por acá, el venezolano se ganó la admiración de muchos fanáticos que, incluso, protestaron en las afueras del parque poco después de que se marchara a San Diego, como un signo de los malos tiempos que estaban por venir.
“Si, me enteré de eso’‘, apuntó Arraez. “Por lo menos tengo historia. Espero que esos fanáticos que protestaron también vengan hoy para yo poderlos saludar y agradecerles’‘.