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Impacto de la guerra en los alimentos: ¿dónde guardará Ucrania sus granos?

Ucrania y Rusia son responsables de un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y cebada
Ucrania y Rusia son responsables de un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y cebada

Ucrania provee el 10% del trigo del mundo, 16% de su maíz y aproximadamente la mitad de su aceite de girasol. Pero la guerra ha hecho difícil exportar todo esto. En tiempos de paz, el país exportaba 6 millones de toneladas de grano por mes, la mayor parte de los cuales salían por puertos en el Mar Negro. Pero un bloqueo naval ruso y aguas llenas de minas defensivas ucranianas han detenido ese comercio.

Las rutas ferroviarias, camineras y fluviales pueden transportar menos de 2 millones de toneladas por mes. Esto significa que se acumulan los stocks y el problema está por empeorar. En junio, el trigo plantado en el invierno boreal se pone firme y dorado. Pero un quinto de los elevadores de granos ucranianos o de sus instalaciones de almacenado han sido dañados por ataques o están en territorios ocupados por Rusia. Y el país ya tiene un acumulado de más de 20 millones de toneladas de granos sin salida de la cosecha anterior, dice Taras Vysotsky, viceministro de agricultura. ¿Qué harán los productores con la nueva cosecha?

Los productores del sur de Ucrania ya han comenzado a cosechar lo que plantaron en invierno; los de otras regiones los seguirán pronto. Aunque se prevé que la producción de este año caerá un tercio, la Asociación de Granos Ucraniana, un ente del sector, aún espera una cosecha anual de 26 millones de toneladas de maíz, 19 millones de toneladas de trigo, 7 millones de toneladas de cebada y 13 millones de toneladas de semillas oleaginosas.

Un soldado ucraniano en plantaciones de trigo
Un soldado ucraniano en plantaciones de trigo - Créditos: @NurPhoto

Algunos productores preferirían acumular granos con la esperanza de que los puertos eventualmente se reabran, que soportar que el costoso transporte a Polonia o Rumania les reduzca los márgenes. El gobierno calcula que a Ucrania le faltará espacio de almacenado para 10 o 15 millones de toneladas este año. La asociación de granos cree que el faltante de espacio de almacenado podría ser de hasta 25 millones de toneladas.

Las cosechas que no se almacenen podrían podrirse o ser robadas. Para evitar eso, los productores corren a asegurarse silobolsas, largas mangas de poliuretano que pueden contener alrededor de 200 toneladas de granos cada una. Vysotsky estima que se necesitaría alrededor de 50.000 para cubrir el exceso. El gobierno también está ordenando instalaciones de almacenado móviles que pueden colocarse en los campos para proteger el grano de los elementos y las pestes. Mientras tanto, productores menores están haciendo acuerdos para alquilar espacios en galpones. Pero en muchos casos no han sido certificados por el Estado y habitualmente no cuentan con máquinas de secado industriales, lo que expone a las cosechas al riesgo de arruinarse.

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El maíz también puede dejarse en los campos durante el invierno, aunque con riesgo para la calidad y el rinde. Aliados occidentales, que enfrentan grandes aumentos en el precio de los alimentos, han ofrecido ayudar. En junio Joe Biden, el presidente estadounidense, prometió construir silos temporarios en la frontera de Polonia con Ucrania . Esto podría ofrecer algún alivio a tiempo para la cosecha de maíz, que comienza en septiembre. Pero el “principal desafío ahora es cruzar físicamente la frontera”, dice Vysotsky.

Anticipando costos logísticos más elevados, algunos productores ucranianos están repensando su mezcla de granos en favor de variedades más rentables.
Anticipando costos logísticos más elevados, algunos productores ucranianos están repensando su mezcla de granos en favor de variedades más rentables.

Tales remedios de todos modos sólo pueden ser parciales y costosos. Anticipando costos logísticos más elevados, algunos productores ucranianos están repensando su mezcla de granos en favor de variedades más rentables. Bogdan Kostetsky, fundador de Barva Invest, una consultora agropecuaria con sede cerca de Kiev, dice que los productores ya han reemplazado un tercio de su maíz de bajos márgenes con colza y semillas de girasol. Otros pueden decidir no plantar en la próxima cosecha.

Además de estrangular los ingresos por exportaciones y elevar el precio de los fertilizantes, la guerra ha dejado a los productores con maquinaria destruida y les impide el acceso a campos en territorios ocupados. Iván Mirosnichenko, un productor de trigo en Oleksandriya, a cuatro horas al sudeste de Kiev, dice que tiene pocas esperanzas. “Cuando un productor ve que tiene pérdidas, que su capacidad de almacenado está completa, que no hay luz al final del túnel… reconsiderará si le conviene plantar”.