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Un imán mundial. El interés de Cavani por jugar en Boca se suma a otros casos de pases históricos

Aunque el planeta esté detenido por la pandemia del coronavirus, el significado de Boca sigue expandiéndose y no deja de sorprender. ¿Por qué? Suma nombres a la extensa lista conformada por aquellos jugadores que han expresado su anhelo de alguna vez vestir la camiseta azul y oro. Argentinos. Extranjeros. Megaestrellas. Desde todos los costados se sienten atraídos por la Ribera. En muchos, la locura y el sueño son idénticos. Algunos pudieron cumplir el deseo, otros no, pero lo que está claro es que Boca sigue siendo un imán para el resto del mundo.

En los últimos días hubo tres nombres que se metieron entre las noticias xeneizes y las ilusiones de los hinchas de poder tenerlo como refuerzos para el próximo mercado de pases. ¿El principal? Edinson Cavani. Al uruguayo de 33 años se le termina su contrato en Paris-Saint Germain a mitad de año (aunque se analiza que se estiren todos los vínculos un semestre más por el gran receso actual) y tendría pensado cambiar de aire.

¿Por qué hay una gran expectativa en Boca? Por los dichos de hace meses del propio atacante: "Sueño con colgarme del alambrado de la Bombonera como lo hacía 'Manteca' Martínez", otro delantero uruguayo que festejaba con ese ritual tras cada gol convertido.

Además, se cuenta que su máximo ídolo y referente en la niñez fue Gabriel Batistuta, por eso su look con pelo largo. Todo Boca. Todo ilusión. Incluso, Jorge Bermúdez, integrante del Consejo de Fútbol que comanda Juan Román Riquelme, expresó que "es una posibilidad", aunque el presidente Jorge Amor Ameal fue más cauto: "Nuestra economía no es la de él".

Pero este jueves quien le agregó otro condimento al contexto fue Walter Guglielmone, representante de Cavani: "Sinceramente, todo puede ser, porque muchos clubes están interesados en Edinson. Hasta ahora no hubo contactos. ¿Futuro en Sudamérica? Todo puede ser, desde Brasil está el interés del Flamengo, del Palmeiras, del Inter de Porto Alegre, además del Boca Juniors", respondió en CalcioNapoli1926.

Pero Cavani no es el único que tiene ganas. Paulo Gazzaniga también expresó ese sueño en las últimas horas. "Soy hincha de Boca y me gustaría jugar algún día. Ahora es difícil, pero siempre tengo la ilusión", expresó en FM 94.7 el arquero de Tottenham que fue convocado por Lionel Scaloni para algunos amistosos de la selección. En la Premier League hay otro uruguayo que se desvive por Boca. Es Lucas Torreira, volante de Arsenal y la selección charrúa: "No sé lo que puede pasar en el futuro. Mi deseo es poder jugar en Boca, es un sueño por lo que representa la institución", expresó en una radio de Uruguay.

"Cavani es un jugador para cualquier equipo del mundo y uno de los mejores en su posición. Tiene la garra que seguramente los jugadores de Boca requieren para jugar en esa cancha. Eso lo tiene al 100 por 100. Es el mejor 9 con el que he jugado y puede ser tranquilamente el 9 de Boca". (Javier Pastore)

Lo que genera la entidad de la Ribera es inexplicable, según relatan muchos futbolistas. Trasciende límites. Incluso, en algunos que se pusieron primero la camiseta de River y más tarde pasaron por Brandsen 805 sin pudor. De 1995 para acá, uno de ellos fue Claudio Caniggia, surgido en las inferiores millonarias y debutando en Primera en 1985: diez años después llegó al xeneize.

Algo similar hizo Abel Balbo, otro jugador de selección que en 1988 pasó por River siendo fanático boquense. En 2002, con la carrera casi terminada, se sumó al equipo de Oscar Tabárez: "Uno de chico sueña con jugar en Boca o en River y mi sueño siempre fue jugar en Boca. Hubo un momento en que se dio todo al revés y ahora se dio lo que quería", expresó cuando arribó para jugar la Copa Libertadores de aquél año. Apenas se puso la camiseta por cuatro partidos y no pudo convertir goles.

Más recientes y menos significativos, Luciano Figueroa y Jesús Méndez. Lucho, surgido en Rosario Central, pasó en 2006 por River y dos años después salió campeón del Apertura en Boca: "Cualquier jugador quiere jugar con esta camiseta y yo tuve el privilegio.

"Hacer un gol para Boca es algo divino y ser ovacionado en la Bombonera, te pone la piel de pollo", dijo Figueroa en una entrevista de despedida. Méndez debutó en el fútbol profesional en el millonario (2004) y, pese a eso, fue claro cuando le consultaron si quería pasar de Rosario Central al xeneize en 2009: "¿A quién no le gustaría estar en un club como Boca? Sueño con jugar al lado de Riquelme".

Sin embargo, todo eso parece quedar minimizado si se tiene en cuenta el cariño que genera en el mundo. Por la Bombonera y su acústica. Por las figuras de Maradona y Riquelme. Por el calor de las tribunas. O por el simple hecho de ser Boca, causó sensación y diversos anhelos en muchos grandes futbolistas.

Daniele De Rossi fue la última estrella que había dejado en claro que quería jugar en la institución y lo hizo en los últimos seis meses de 2019. Fueron siete encuentros y un gol a Almagro, en su debut. "En Boca dejo una parte de mi corazón", expresó al despedirse, enamorado de la pasión con la que vive el hincha. Más allá de no haber jugado la cantidad de partidos que él pretendía y rescindir su contrato, se fue en buenos términos, tal es así que arregló con el presidente Jorge Ameal ser una especie de "embajador xeneize en Europa".

Otros no pudieron transformar las ganas en realidad. Como Gennaro Gattuso, que en 2012 estuvo cerca de vivir la experiencia: "Mis hijos eran chicos, si estaba solo iba sin dudar. Mi pasión por Boca nace por Maradona, la Bombonera y lo colorida y alegre que es su hinchada", reveló hace años, cuando ya estaba retirado: "Por las piernas es imposible, pero por las ganas me gustaría volver al fútbol para vestir esa camiseta. Boca es un estilo de vida, por su historia y tradición. Por eso tantos futbolistas del mundo se enamoran".

Francesco Totti, otro mítico futbolista, también lo soñó alguna vez: "Me gustaría estar en Boca como parte de mi trayectoria, sería algo muy importante para mí. Que Maradona me vea jugar en su estadio sería inolvidable". Evidentemente, Diego marcó un quiebre en Italia, siendo bandera. Así, el zaguero Fabio Pisacane (Cagliari) fue noticia hace años por tener tatuado en su brazo izquierdo el escudo, sacando a la luz su locura por el club: "Para un futbolista como yo, que cuando juega pone garra, lo máximo sería jugar en la Bombonera. No creo que exista en el mundo otro equipo que pueda estar al nivel de su hinchada".

¿Otros casos? Edgar Davids fue un fuerte rumor en River hace más de una década, pero -según se rumoreó en aquél momento- el volante holandés le habría exigido a un empresario que lo llevara a Boca y, en 2008, reveló públicamente su preferencia: "Antes de retirarme, me encantaría jugar en Boca".

Robert Pires, el volante francés que compartió plantel con Riquelme y Rodolfo Arruabarrena en Villarreal, dijo hace unos años: "Me llenaron la cabeza con Boca. Así que un día les dije que si tenía la oportunidad, iba sin pensarlo. Ningún estadio se compara con la Bombonera, me gusta mucho la presión que mete la gente".

En 2011, Landon Donovan, atacante norteamericano, se postuló: "Al final del contrato me gustaría jugar en Boca, sería algo especial". Mientras que Deco, leyenda portuguesa, tuvo la chance de jugar en la Bombonera en 2012 cuando jugaba para Fluminense: "Hoy se vio lo que es Boca: pierden y siguen cantando. Verlos así te dan ganas de jugar acá".

El xeneize captó el cariño de otros dos futbolistas sudamericanos actuales. Uno es Giorgian De Arrascaeta. El uruguayo se enfrentó a Boca jugando para Cruzeiro en los cuartos de la Libertadores 2018 y luego de ganarle a River la final del 2019 con la camiseta de Flamengo, confesó: "Soy de Boca. De chico siempre tuve de ídolo a Riquelme. Ojalá algún día pueda tener la chance de jugar en el club". El otro es Christian Cueva. Antes de jugar el Mundial de Rusia 2018, el atacante peruano opinó: "Uno de mis sueños siempre fue jugar en Boca".

Dani Alves afirmó en junio de 2018: "Soy de Boca, ¡viva Boca!", y lo repitió a fines de 2019 luego de la final que Flamengo le ganó a River. Y otro brasileño, Felipe Melo, de Palmeieras, dijo esta semana: "Esto viene desde chico. Hablé de esto y en Brasil recibí críticas. Me gusta Boca cuando veo el campeonato argentino, pero en la Libertadores soy de Palmeiras".

Hay casos increíbles como el de Cristian González, que estuvo a punto de pasar de Rosario Central a Real Madrid en sus primeros pasos como jugador, en 1995. Hasta que Boca y, sobre todo, Maradona lo tentaron. Hoy sería imposible, pero Kily fue al xeneize y jugó con Maradona y Verón. También el caso del turco Arda Turan, ex compañero de Lionel Messi en Barcelona: hace poco se dio a conocer un poder firmado por él para jugar en Boca, pero luego no se avanzó.

Muchos memoriosos recordarán el frustrado pase de José Chilavert en 1997. Aunque tenía un sentido de pertenencia muy grande con Vélez y era archienemigo de Maradona, fueron tajantes dos frases suyas: "Muero por ir a Boca" y "Conmigo y Diego, Boca es campeón".

Boca es un imán mundial. Vuelve a generar impacto con esta posibilidad de Cavani, más allá de que se termine concretando o no la transferencia en el corto plazo, pero quedó demostrado con varios ejemplos en el pasado y promete más capítulos para el futuro.

Refuerzos curiosos

1| Naohiro Takahara El delantero japonés llegó en 2001; fue una idea de Mauricio Macri, aunque Bianchi no estaba muy de acuerdo: jugó 6 partidos en el Apertura y marcó un gol, en el 6 a 1 ante Lanús, en la Bombonera.

2| Luis Hernández El atacante mexicano arribó en 1997 y le marcó un gol a Colo Colo, en Chile; no tuvo continuidad con el técnico Héctor Veira.

3| Robert Waltner El húngaro estuvo en el Apertura 2002, con Oscar Tabárez, pero sólo jugó partidos en la reserva xeneize.

4| Pedro Iarley Carlos Bianchi lo llevó a Boca como refuerzo porque el brasileño había jugado muy bien en la Libertadores 2003 con Paysandú; había sido rival xeneize. Le hizo goles a River, Racing, San Lorenzo, fue clave en el título del Apertura 2003 y jugó como titular ante Milan, en Japón.