Illa, Casado y Arrimadas se van de fiesta saltándose las restricciones

El ministro Illa será el encargado de pedir el apoyo del Congreso para prolongar las medidas del estado de alarma durante seis meses. EFE
El ministro Illa será el encargado de pedir el apoyo del Congreso para prolongar las medidas del estado de alarma durante seis meses. EFE

El titular que ya habrán leído todos ustedes en Twitter o Facebook es que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se saltó ayer las restricciones del estado de alarma para acudir a la fiesta que celebró El Español.

En efecto, personalizar en alguien las culpas de una mala conducta en la que incurrieron más de 150 personas puede parecer injusto. De hecho junto a Illa había otras tres de las personas que se sentaron el domingo en el consejo de ministros extraordinario. Concretamente la ministra de Defensa, Margarita Robles; el titular de Justicia, Juan Carlos Campo; y el responsable de de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. Pero Illa no puede salir de rositas. Más aún cuando parece ser que va a ser él quien pida, en representación del Gobierno, que se apoyen las medidas del estado de alarma durante 6 meses para frenar el impacto del coronavirus.

Pero aún hay más. Junto a estos ilustres miembros estuvieron los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado e Inés Arrimadas, respectivamente. Y aún hubo más, como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras; el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page; la fiscal general del Estado, Dolores Delgado; el secretario general del PP, Teodoro García Egea; la portavoz del PP Cuca Gamarra, y la diputada popular Ana Pastor.

Con tanto nombre este texto puede perder el ritmo y la continuidad de la lectura. Pero es necesario hacerlo así. Porque todos ellos, junto al organizador de la fiesta, el periodista Pedro J. Ramírez, son un pésimo ejemplo para la sociedad. Por mucha mascarilla que llevaran colgada del cuello o metida en el bolso. Más aún cuando desde sus respectivas tribunas luego vayan a pedir esfuerzo y colaboración para cumplir los confinamientos y toques de queda, y mano dura para quien juegue con la salud del conjunto del país.

Sería imposible enumerar los aniversarios y celebraciones que se han cumplido en las últimas semanas y que han sido cancelados por motivos obvios. Personas anónimas que han tenido que cancelar planes de vida por perder el trabajo, bodas, aniversarios... E incluso que han tenido que despedir a los suyos casi en la clandestinidad.

El Español hizo oídos sordos a las restricciones que ellos mismos animan a cumplir desde su web. E hicieron lo mismo que le criticaron, con razón, a la presidenta balear, Francina Armengol, por saltarse las restricciones la pasada semana en un bar de Palma de Mallorca.

En la lista aún hay más gente, muchos ‘peces gordos’ del mundo político y económico como Florentino Pérez. Y puede que incluso en algún sitio haya circulado el nombre de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Efectivamente. Estuvo en el acto. Pero según ha trascendido acudió, posó para la foto y se ausentó del acto. Bravo por ella, que no solamente hay que señalar los desatinos.

Incluso se pudo ver al general del Ejército Miguel Ángel Villarroya que durante meses participó en las ruedas de prensa diarias para dar cuenta de la evolución del virus durante la primera oleada y que, como recordarán, pedía la colaboración de todos los españoles porque éramos “soldados para combatir el virus”.

El caso es que las excusas han sido de lo más variadas. Que si estuvieron en la recogida de premios pero no en la cena posterior, que si en todo momento se mantuvieron las distancias. Explicaciones que no han convencido a la práctica totalidad de usuarios de las redes sociales que han coincidido en criticar duramente el mal ejemplo dado por todos ellos. Usuarios que han reparado que en muchas de las fotos distribuidas no se hace un buen uso de la mascarilla o en que el acto no se celebró al aire libre como se recomienda para frenar la transmisión del virus. Por no hablar de que las 150 personas allí congregadas no son convivientes. Las dos Españas también se hicieron visibles ayer en materia de autocontrol y responsabilidad.

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