Idean alternativa para el aire acondicionado que no necesita electricidad

Este film plástico podría remplazar al aire acondicionado más pronto que tarde. (Crédito imagen - Universidad de Buffalo, Nueva York).
Este film plástico podría remplazar al aire acondicionado más pronto que tarde. (Crédito imagen - Universidad de Buffalo, Nueva York).

Combatir el calentamiento global produce ciclos de consumo “pescadilla” que dan como resultado un mayor aumento de las temperaturas. Imaginaos tener que trabajar en agosto sin aire acondicionado en el sur de España (no ya digamos en Doha o Kuwait) ¿imposible verdad?

Bien, la electricidad que acciona esos aparatos de aire acondicionado se obtiene muy a menudo a través de métodos de generación contaminantes, como por ejemplo centrales térmicas que queman carbón u otros combustibles fósiles. Esa electricidad es, además de cara, fuente de nuevas emisiones de gases invernadero que empeoran el problema climático en un ciclo que se retroalimenta.

¿Qué me diríais si os cuento que los científicos están trabajando sobre un sistema de enfriamiento de edificios que funciona sin electricidad? Pues así es, y la idea básicamente consiste en “mejorar” el sistema clásico que lleva milenios empleándose en la ribera del Mediterráneo, donde se suelen encalar las paredes y techos para que parte del calor salga rebotado hacia el espacio.

En fin, si la alternativa al aire acondicionado libre de electricidad de la que os voy a hablar hoy consistiese en recubrir los edificios con espejos o con pintura blanca, me diríais ¡Pues vaya novedad! Tranquilos, hay algo más, así que vamos a tratar la noticia como se debe, con rigor.

En primer lugar crédito a los autores de la idea, un grupo de estudiantes de universidades estadounidenses y saudíes. El líder del proyecto es Qiaoqiang Gan (Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo), que ha recibido la colaboración del estudiante de graduado Lyu Zhou, de la misma universidad. Además ha colaborado un equipo del Laboratorio de Fotónica Boon Ooi de la KAUST (Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, de Arabia Saudita) liderado por Jian-Wei Liang. Finalmente también ha participado un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin.

Ilustración que muestra el sistema de enfriamiento desplegado sobre un tejado. (Crédito imagen: Soondi Tech / Universidad de Buffalo).
Ilustración que muestra el sistema de enfriamiento desplegado sobre un tejado. (Crédito imagen: Soondi Tech / Universidad de Buffalo).

Hechas las presentaciones, vayamos con la idea. Básicamente han diseñado un material barato con propiedades radiantes, capaz de dispersar o reflejar la mayor parte de la luz solar que incide sobre él. De ese modo, la radiación UV no calentará el objeto, por lo que resulta más fácil enfriarlo.

¿Cómo lo logran? Con una mezcla de cajas de aluminio y un plástico único fabricado con un compuesto llamado polidimetilsiloxano (PDMS para abreviar). Este material exhibe una absorción muy alta en el rango de “ventana atmosférica” de la Tierra, mientras que muestra una absorción muy baja en el rango de longitud de onda de la luz solar visible. Estas propiedades le convierten en un material ideal para el enfriamiento radiativo pasivo, que es el proceso que se da cuando un cuerpo pierde calor por radiación térmica.

El “artesonado” a base de cajas construidas con estos materiales, realiza un proceso típico de transporte de calor. En realidad consume la energía térmica natural de la Tierra y la radia hacia el espacio exterior, una zona mucho más fría, como es bien sabido. El proceso se da de forma natural, de modo que no hace falta energía o electricidad extra para que suceda.

Por lo que puedo leer, el sistema funciona excelentemente si el edificio se encuentra en un clima que varía entre templado y cálido. De hecho, cuanto más cálido y claro sea el día más calor extrae el mecanismo del edificio. Si además se añade vidrio reflectante en las ventanas, se consigue evitar la entrada de más calor al interior del edificio.

Como os decía, el secreto se basa en una película hecha a base de PDMS. Para fabricarla, emplearon láminas de papel de aluminio que recubrieron con resina de PDMS, luego dosificaron el grosor empleando rodillos, y calentaron la estructura en un horno a unos 60 grados Celsius durante dos horas.

El estudiante de graduado en ingeniería eléctrica Lyu Zhou probando el sistema radiativo de enfriamiento. (Crédito imagen: Douglas Levere - Universidad de Buffalo).
El estudiante de graduado en ingeniería eléctrica Lyu Zhou probando el sistema radiativo de enfriamiento. (Crédito imagen: Douglas Levere - Universidad de Buffalo).

Sea como sea, hay un problema. Sus inventores parecen tener claro que funciona excepcionalmente en climas áridos como los de Arabia Saudí, pero no saben muy bien cómo funcionará durante un invierno en Buffalo, la segunda ciudad más grande del estado de Nueva York.

Seguiremos la noticia y os hablaré de nuevo una vez pase el invierno.

Me enteré leyendo Eurekalert.