El idílico Noronha, del "free covid" a una apertura gradual al turismo

Fernando de Noronha (Brasil), 7 dic (EFE).- El idílico archipiélago de Fernando de Noronha, catalogado como territorio "free-covid" durante los picos de la pandemia en Brasil, volvió a abrir gradualmente las puertas al turismo, su principal fuente de ingresos, bajo estrictos protocolos sanitarios.

Localizado en medio del Atlántico y a una hora de vuelo desde Recife, capital de Pernambuco -el estado que administra territorialmente el archipiélago-, la actividad económica de Fernando de Noronha está casi que limitada al turismo, pues la pesca abierta no es permitida por tratarse de una reserva marítima protegida.

Este paradisiaco grupo de islas es además el punto geográfico más lejano del Brasil continental y en 2001 fue declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad gracias a la biodiversidad única de las islas donde habitan algunas especies endémicas, como los lagartos mabuia.

PRIMERO VIDAS, LUEGO EL TURISMO

Para proteger a sus 3.000 habitantes, la administración de Pernambuco tomó en abril la difícil decisión de cerrar el acceso a las 21 islas, tanto por vía aérea como marítima, permitiendo solo el abastecimiento de víveres, combustible y medicamentos y el transporte de personas en casos de emergencia.

La administración regional justificó que sin una infraestructura hospitalaria adecuada en las islas, un colapso en el sistema de salud por la pandemia sería "fatal" por las condiciones sanitarias y logísticas y, así, el archipiélago permaneció "aislado" casi siete meses.

El guía turístico y pescador Lucas Antonio comentó a Efe que la situación "no fue fácil" durante los meses en que la población quedó dependiente de la ayuda económica del Gobierno, "pero siempre hubo conciencia del riesgo que se corría, porque Noronha no iba a soportar casos graves de la enfermedad".

REAPERTURA AL TURISMO

En septiembre, el archipiélago volvió a permitir la entrada de turistas curados de covid-19 y el ingreso solo fue autorizado para los viajeros con prueba positiva anterior a 15 días, período considerado como cuarentena por las autoridades sanitarias internacionales.

Un mes después, el 10 de octubre, se flexibilizó la normativa y, además de los pacientes recuperados, se comenzó a recibir a los turistas con test negativo 24 horas antes del viaje a las islas.

Esa situación preveía un aumento de casos, pero los protocolos establecidos dentro de la isla han permitido un control de la circulación del patógeno, a pesar de la presencia de nuevos contagios.

"Esta apertura solo ocurrió debido a la extrema responsabilidad y seriedad del Gobierno de Pernambuco, con acciones basadas en la ciencia", destacó Guilherme Rocha, administrador del archipiélago, quien recordó que desde mayo no se presenta "transmisión comunitaria" en las islas.

Además del test obligatorio para entrar en el archipiélago, las autoridades locales hacen un registro de datos de los visitantes, quienes deben instalar una aplicación para sus teléfonos móviles que permite rastrear el desplazamiento por las islas para trazar un mapa de circulación del virus en caso de presentarse contagios.

Al dejar la isla y por cuenta de la administración local, los turistas son sometidos nuevamente a una prueba PCR, cuyo resultado es notificado al paciente en caso de dar positivo y es ahí cuando fiscales sanitarios pasan a rastrear a los habitantes locales que pudieron haber tenido contacto directo con esa persona infectada.

AUMENTOS DE CASOS CON CONTROL DE CIRCULACIÓN

El viernes 4, según los datos oficiales, Fernando de Noronha reportó ocho nuevos contagios, con lo que el número total de infectados desde marzo subió a 261, de los cuales 206 pacientes tuvieron cura clínica y 55 están en cuarentena, sin haber sido hospitalizados.

De acuerdo con la estadística, que no registra ninguna muerte, 195 personas, entre habitantes y trabajadores que permanecen en las islas, fueron contagiados, mientras que los otros 66 se trata de turistas.

Entre todos los infectados, solo un paciente de 43 años tuvo que ser hospitalizado y luego trasladado a una clínica de Recife, donde se recuperó.

A pesar de los estrictos controles, Fernando de Noronha ha tenido que lidiar hasta con intento de fraude de las pruebas clínicas de turistas procedentes del Brasil continental, que reporta más de 6,5 millones de casos confirmados y casi 176.000 muertes relacionadas al covid-19.

Cuatro turistas provenientes del estado de Tocantins (centro) y que llegaron en un avión particular a Noronha fueron presos a finales de octubre por presentar resultados falsos del test obligatorio y negarse a practicar otro ofrecido por las autoridades sanitarias locales.

Waldheim García Montoya

(c) Agencia EFE