Ibai Llanos y Gerard Piqué llevan el surrealismo mediático a una cota inimaginable

TARRAGONA, SPAIN - OCTOBER 14: Gerard Pique and Ibai Llanos posing at the balloons world cup on October 14, 2021 in Tarragona, Spain. Based on a series of viral TikTok videos where two brothers were seen competing among themselves so that a balloon did not touch the ground, Spanish Twitch streamer Ibai Llanos, along with Futbol Club Barcelona player Gerard Piqué, have organized the first Balloons World Cup, held in the congress hall of the Portaventura theme park.  The competition, which includes players from 32 different countries, is based on a one-on-one game in which players must prevent a balloon from touching the ground. (Photo by Joan Amengual / VIEWpress)
Photo by Joan Amengual / VIEWpress

Pocas cosas más instintivas que evitar que lo que vuela caiga al suelo. La fascinación por los globos forma parte de la infancia de muchísimas generaciones y no hay juego más simple que el de darle golpes para arriba y procurar que no baje. Una actividad de lujo para hijos únicos aburridos o incluso para hermanos competitivos al extremo. Si hasta ahora nadie había decidido convertir eso en un torneo (y mucho menos en un torneo mundial por países) era simplemente por su propia puerilidad. ¿Qué será lo próximo, un campeonato de fútbol con pelotas de tenis y porterías imaginarias?

Sin embargo, Ibai Llanos y Gerard Piqué se atrevieron. Y recurrieron no tanto a la actividad en sí, que, sinceramente, se hace muy pesada, sino al surrealismo. Un surrealismo mediático que no inventaron ellos sino que en rigor lo inventó Pedrerol y ellos lo continúan. Cuando se habla de los cambios de paradigma y de las nuevas tecnologías hay que recordar esto: al final, lo que se ofrece como novedad es a Cristóbal Soria y a Alfredo Duro pegando gritos mientras Rafa Guerrero hace de árbitro solemne. A un paso de Javier Cárdenas en "Crónicas Marcianas", vaya.

Otra cosa es que funcione. Funciona como un tiro. Cientos de miles fueron los que siguieron en directo el campeonato en Twitch y millones más los que se enteraron de su existencia gracias a ese excelente tuitero de lo absurdo que es Rex Chapman. ¿Y qué llamó la atención de Chapman? Pues precisamente el espectáculo, los gritos, la animación, el "ay, mi madre, el bicho" llevado al globo que está a punto de tocar el suelo. Como cuando El Último Guerrero caía a la lona y Héctor del Mar, fuera de sí, gritaba "uno, dos..." y justo en ese momento el ídolo infantil levantaba un hombro para escapar de la derrota. La épica en lo trivial, ahí la ironía. Ahí, también, el surrealismo.

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La publicidad de Chapman ha llevado el evento a una nueva dimensión que no nos esperábamos ninguno. El programa estrella de la TNT en su cobertura de la NBA cuenta con dos de las estrellas más mediáticas de la historia de este deporte: Shaquille O´Neal y Charles Barkley. Dos mastodontes de ciento y muchos kilos, embutidos en sus trajes de talla extra extra grande a los que pusieron el otro día a jugar en directo... a perseguir globos.

Que Ibai y Piqué hayan conseguido esto es una pasada impresionante. En términos de marketing, de publicidad, de impacto de marca es la leche en bote y consolida la imagen de "Rey Midas" que empieza a rodear al "streamer" vasco. Sin una gran producción, solo con una habitación llena de obstáculos y unos señores mayores pegando gritos como locos, consiguen enganchar a la élite de la NBA mediática. El salto es descomunal en todos los sentidos, se tome como se tome.

Comercialmente, está claro que forman una pareja perfecta: Ibai es todo carisma y se atreve con cualquier cosa. No tiene problema en mezclar géneros ni, sobre todo, en continuarlos. Como decía antes, hay un enorme malentendido alrededor de su figura: él no está aquí para romper con nada de lo anterior, sino para llevarlo a otro formato. Sin más. No hay nada en una retransmisión de Ibai Llanos que no hayamos oído antes a Manolo Lama en la SER o en el FIFA o antes aún al citado Héctor del Mar en las distintas emisoras donde trabajó y en Telecinco. La diferencia, quizá, es que Héctor del Mar, como Andrés Montes, eran más ingeniosos.

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El ingenio ya es lo de menos. Queda el comodín de la "naturalidad", pero en realidad es un entretenimiento muy básico y en absoluto revolucionario. Si lo aceptamos así, podemos disfrutarlo. Oír a Alfredo Duro gritar como loco y a Rafa Guerrero poner caras puede ser divertido. Aceptémoslo. Quizá hemos pasado demasiado tiempo resistiéndonos a ello y pidiendo que todo sea como "El Día Después" original o el "Mr. Underdog" actual. Pues no, esto es espectáculo ya sin filtros. Por eso cuando Ibai dice que no es periodista tiene razón. Ser periodista es una cosa mucho más aburrida.

Ibai entretiene y entretiene sin complejos y con un instinto hasta ahora infalible en cuanto a los límites. A su lado, Piqué, al menos en el plano internacional, complementa a su compañero aportando ese punto de estrella del "establishment", de futbolista conocido en todo el mundo, con sus Champions, su Mundial y su esposa reina del pop. Siguiendo con la analogía anterior, los dos tienen un punto de Javier Sardá y, realmente, ya no hay un Cárdenas necesario porque no hay que buscar excéntricos: los excéntricos, paradójicamente, están en el centro de todo. Hasta en la sopa.

Y gustan, que es lo que cuenta. Gustan a suficiente gente como para que Shaquille O´Neal se tire encima de un sofá intentando recrear lo que ha sido la infancia de todos nosotros. Son muy listos, en definitiva, y eso nadie lo pone en duda. Como Duchamps del siglo XXI han cambiado el concepto ubicando lo de siempre en un lugar distinto. Un urinario en continua exposición que acaba escandalizando a los burgueses y volviendo locos a los vanguardistas. Pero que sigue siendo un urinario, no lo olvidemos. Lo use quien lo use.

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