Humberto de la Calle: "Es difícil perdonar cuando bombardean con mensajes de odio y venganza"

Para el candidato presidencial del Partido Liberal, Humberto de la Calle, quien fue negociador en el proceso de paz con las Farc por cuatro años, respetar lo pactado en la Habana será uno de sus compromisos más importantes, de lo contrario, cree que se estaría empujando al país a una guerra interna, otra vez.

El aspirante tiene como fórmula vicepresidencial a Clara López, una política con bases de la izquierda, quien se ha postulado varias veces a la Presidencia del país. Foto suministrada por campaña de Humberto de la Calle.
El aspirante tiene como fórmula vicepresidencial a Clara López, una política con bases de la izquierda, quien se ha postulado varias veces a la Presidencia del país. Foto suministrada por campaña de Humberto de la Calle.

“Se están tirando la paz. Así, en castellano. Sin hipocresía. Se están tirando la paz”, dijo De la Calle, quien criticó a la ya desmovilizada guerrilla por no mostrar empatía suficiente con los colombianos, al Gobierno por haberle “quedado grande la implementación” y a la oposición por generar una “nostalgia de la guerra”.

Esta es quizás una de sus mayores preocupaciones, porque para él, pasar la página del conflicto, significa darle una oportunidad al país de trabajar en otros temas, como la justicia social, la educación y la corrupción, porque en esto también radica el origen de la guerra.

“Todavía somos una sociedad profundamente desigual, y tenemos un Estado que muchas veces falla a la hora de garantizar los derechos fundamentales”, asegura.

También cree que su candidatura de centro acabará con la polarización en la que está sumida el país: “mi talante conciliador, mis ideales liberales de respeto a la diferencia y mi experiencia demostrada en asumir grandes desafíos – el más reciente poner fin a un conflicto de 50 años – constituyen un sólido indicio de mi capacidad para llegar a un punto de encuentro desde el que podamos pasar la página y convivir en paz, desde el respeto por la diferencia y sin que esta se convierta en una amenaza que nos haga actuar como enemigos en vez de como compatriotas”

En una entrevista con Yahoo en Español, De la Calle ahondó sobre sus propuestas de campaña y sobre lo que haría él para que el barco de la paz en Colombia no se hunda.

Según usted, ¿cuál ha sido el mayor error del Gobierno en la implementación de los acuerdos con las Farc? Y si es usted presidente, ¿cómo lo haría?

Es muy fácil predecir el pasado y señalar los errores ajenos. No quiero caer en ese juego. Considero que el presidente Santos se comprometió a fondo con el Acuerdo y también creo que se jugó gran parte de su capital político en sacar adelante el proceso de paz con las Farc. Esto explicaría por qué la implementación ha sido tan lenta. Además, la oposición ha obstaculizado medidas legislativas muy importantes -como la aprobación de la JEP, que tardó más de un año de lo previsto, y las curules para las víctimas- para la fase de implementación de los acuerdos.

Esto ha generado una gran frustración para los colombianos, entre los cuales me incluyo. Lo que se requiere para corregir este rumbo es un apoyo popular renovado, una muestra clara en la que el país le dé un espaldarazo a la paz. Esa es mi bandera y he demostrado tener el liderazgo y la experiencia requeridos para sacar adelante a Colombia en una coyuntura como la actual. Para ello necesito un apoyo masivo en las elecciones que se avecinan y espero contar con él.

Para poner a algunos en contexto, explíquenos, ¿qué es la JEP (la justicia especial para la paz)?

Esencialmente es un sistema de justicia especial, que reconoce que hubo un conflicto armado que involucró a varias partes y que los delitos cometidos en el marco del conflicto deben tener un tratamiento especial. Este tratamiento especial no necesariamente implica una condena tras las rejas, pero sí le permitirá el país saber la verdad sobre los hechos.

Este instrumento de justicia transicional, que se creó justamente para delitos cometidos en el marco de un conflicto y ha sido utilizado en muchos países del mundo que están haciendo la transición de la guerra la paz, nos permitirá pasar definitivamente la página del conflicto.

Uno de los temas más criticados por la oposición es que los líderes de la guerrilla ocuparán sus curules sin haber pasado por la JEP ¿Eso se acordó de esa manera o cuál es la razón?

Lo que se acordó fue que la JEP debía estar en funcionamiento desde el año pasado y que ningún cabecilla podría ocupar curules antes de cumplir con la sentencia emitida por la JEP.

Lo que pasó es que los opositores del acuerdo hicieron todo lo que estaba en sus manos para trazar el inicio de la JEP. Por lo tanto, es este retraso en la implementación de la JEP lo que va a permitir que los líderes ocupen asiento en el Congreso.

Para decirlo con toda claridad: no fue el Acuerdo de Paz el que puso a los líderes de las Farc en el Congreso sin pasar por la JEP; fueron los que boicotearon la puesta en marcha de la JEP los que están permitiendo esta situación que ha exacerbado, y con razón, los ánimos de los colombianos.

¿Cree usted que a los colombianos les falta aprender a perdonar?

Creo que el perdón toma tiempo y requiere un proceso complejo. Como sociedad, necesitamos dejar el odio atrás. Oigo algunas voces que invitan a volver al pasado, a no perdonar, a no ver la complejidad que caracterizó al conflicto, donde los únicos responsables de la muerte y el desangre no fueron las Farc. Es difícil que una persona adopte una actitud de perdón cuando la están bombardeando constantemente con mensajes de odio y de sed de venganza.

Algo que no deja de sorprenderme, sin embargo, es que entre más contacto tengo con la población de esa Colombia profunda, que vivió el conflicto de cerca y que es víctima directa de la muerte de sus seres queridos, es que es la gente más dispuesta a perdonar. Su mensaje, de gran generosidad, ha sido “no queremos que otros sufran lo mismo”.

Esa gran mayoría de víctimas, les dan una lección a los que han visto el conflicto desde la comodidad de su sala y a través de una pantalla, y que se apegan al odio y el resentimiento por unos efectos de la guerra que nunca los impactó directamente.

Afortunadamente, creo que solo embarga a una minoría que, aunque ruidosa, es minoría, al fin y al cabo. Yo creo que cada vez vamos avanzando en el camino del perdón, pero es un camino largo y a veces tortuoso.

Teniendo en cuenta el largo camino por recorrer en la implementación de los acuerdos, ¿será la paz su bandera de Gobierno?

Mi bandera fundamental es la justicia social. Veo la implementación de los acuerdos, el fortalecimiento de la educación, la lucha contra la corrupción y la disminución de la desigualdad como aspectos esenciales para alcanzar la justicia social que se requiere para consolidar la paz cuya semilla se sembró con la terminación del conflicto. Esto es por lo que quiero trabajar, y creo que es lo que la sociedad está esperando.

Teniendo ya la experiencia como negociador del proceso de paz con las Farc, ¿Cómo afrontaría el proceso de paz con el ELN?

Tenemos que exigirle al ELN muestras de voluntad real de la paz. Recuerde que las Farc dieron muestras de esto cuando decretaron un cese unilateral de hostilidades. Mientras no haya una muestra real de voluntad de paz por parte del ELN, el combate militar debe ser la estrategia y prioritaria, con la claridad de que siempre mantendremos abiertas las puertas al diálogo.

Además de alcanzar totalmente la paz, ¿cuáles son los retos que le urge a Colombia afrontar en los próximos 4 años?

El primero, que estaba escondido por el ruido del conflicto, es la enorme desigualdad. Somos uno de los países más desiguales del mundo y es el momento de cambiar esto. En segundo lugar, necesitamos reactivar la economía. Sólo con un crecimiento económico acelerado podemos alcanzar los niveles de desarrollo social que el país necesita. En tercer lugar, los altos niveles de corrupción que han minado la confianza en las instituciones. Tenemos que reconstruir esta confianza, y la única manera de hacerlo es con un gobierno transparente. Por último, existe la preocupación de los ciudadanos por la seguridad. La seguridad es fundamental para consolidar la paz, y no podemos bajar la guardia en esta materia.

Mencionó la corrupción, un tema sensible por estos días para el país ¿cree usted que la corrupción en Colombia es cultural o institucional?

Creo que su origen es un poco de ambas, pero mayormente institucional. La extrema centralización del poder promueve el surgimiento de relaciones clientelistas, que terminan convirtiéndose en casos de corrupción. Una vez estos casos se extienden, generan un efecto cultural muy nocivo: dan la idea de que todo vale, de que el vivo vive del bobo, y otros estereotipos de ese estilo. Y acá comienza un círculo vicioso que tenemos que romper.

Para romperlo es necesario atacar los dos frentes: Por un lado, como presidente daré ejemplo de transparencia; pero además, lucharé por avanzar en la descentralización del poder. También será necesario emprender una reforma a la justicia que garantice un mejor funcionamiento de la rama judicial y el fin de la impunidad, que ha alcanzado niveles inaceptables.

¿Qué elementos claves propone para reformar la justicia?

Como dije anteriormente, es esencial llevar a cabo una reforma al sistema judicial para garantizar la independencia y la despolitización de la justicia. Además, pondremos en marcha un ambicioso programa para reducir los tiempos que le toma a la justicia resolver disputas judiciales y adoptaremos el expediente digital, que permitirá un trámite mucho más ágil de los procesos. Diseñaremos indicadores transparentes para medir la gestión de los jueces y promoveremos su profesionalización, para que la carrera judicial recupere su reputación.

¿Está usted de acuerdo con la consulta anticorrupción?

No podemos ahorrar esfuerzos en la lucha contra la corrupción. En esa medida, me parece fundamental que haya un espacio como este donde la ciudadanía puede expresar su voz de apoyo a esta medida. Por eso, apoyo la consulta y votaré en ella. Sin embargo, no será por medio de esa consulta que acabaremos con la corrupción. Como lo mencioné antes, se necesita dar ejemplo de transparencia desde los más altos cargos, y se necesita descentralizar el poder.

Tras su rol como jefe negociador de las conversaciones con la guerrilla de las Farc, la ciudadanía, a través de las redes sociales, lo motivó varias veces a postularse como aspirante nuevamente a la Presidencia. Foto suministrada por campaña de Humberto de la Calle.
Tras su rol como jefe negociador de las conversaciones con la guerrilla de las Farc, la ciudadanía, a través de las redes sociales, lo motivó varias veces a postularse como aspirante nuevamente a la Presidencia. Foto suministrada por campaña de Humberto de la Calle.

¿Cuál es su estrategia para disminuir o acabar con las brechas que tienen los colombianos para acceder a la educación? Ya sea por vivir en lugares remotos y rurales, por la diferencia de estratos sociales o por la falta de calidad en la educación.

He propuesto una estrategia para flexibilizar el currículo de educativo y los métodos que se usan para que tengan en cuenta el contexto en el que la educación ocurre. La adopción de este enfoque diferencial estará acompañada con una reforma al Sistema General de Participaciones (SGP) para que las transferencias a los municipios tengan mayor grado de progresividad.

Ahora bien, soy plenamente consciente de la necesidad de mejorar la calidad de la educación porque de esto también depende la posibilidad de cerrar las brechas entre ricos y pobres, y entre la Colombia urbana y la rural.

Mi compromiso con Colombia es garantizar la educación para todos, desde la etapa preescolar hasta la universidad. Para los lugares rurales y remotos, en los que desplazarse a un centro educativo representa un obstáculo para muchos, mi propuesta es traer la educación a la población, primordialmente a través del uso de herramientas tecnológicas que lo permiten.

¿Cuál es la principal reforma que hará al sistema de salud colombiano?

Lo principal está en cambiar el enfoque del sistema. Tenemos un sistema de salud en el que toda la atención está puesta la enfermedad. El enfoque tiene que ser el de crear salud, fomentar hábitos saludables, detectar riesgos antes de que se materialicen y mitigarlos.

La clave de un mejor sistema de salud radica más en la prevención de la enfermedad, que en su cura. Esto, por supuesto, no significa que dejaremos de atender la enfermedad, pero enfocarnos en la prevención nos permitirá descongestionar el sistema y ofrecer una atención de mejor calidad para los pacientes que la necesiten.

También emprenderemos una reforma integral del sistema para sanear las finanzas, acabar con las EPS como las conocemos y hacerlas enfocar en la calidad de los servicios que ofrecen, y para acabar con la corrupción que ha puesto en jaque al sistema, entre otras medidas.

¿Es su gobierno o gabinete cuál será el papel de la mujer?

El primer paso será la creación del Ministerio de la Mujer. Esto garantizará que las medidas necesarias para garantizar la inclusión estarán presentes de manera transversal en todas nuestras políticas y nuestros programas.

Además, buscaré que la mitad de mi gabinete esté compuesto por mujeres y voy a impulsar las llamadas “listas cremallera”, que buscan la paridad en los nombramientos en los cargos públicos, y la Ley de Cuotas para que la mitad de los cargos públicos nombrados por la Presidencia sean ocupados por mujeres.

Expertos de Silicon Valey aseguran que las economías petroleras se quedarán obsoletas y que los precios del petróleo caerán a la mitad a partir del 2021, Noruega, por ejemplo, todo el dinero que ha ganado desde hace 30 años lo ha puesto en un Fondo de Inversión, ¿cuál su plan para que la economía colombiana, que depende del crudo, no se vaya a pique?

Diversificar la economía colombiana es un deber que no podemos seguir aplazando. Sin embargo, no podemos desconocer la realidad: el petróleo representa más de la mitad de las exportaciones del país. Esto significa que el proceso de diversificación debe ser gradual.

El fin del conflicto ha abierto inmensas posibilidades para un crecimiento económico que no depende de los hidrocarburos o la minería. Dos ejemplos concretos de esto son la agricultura y el turismo, que ha abierto territorios del país a los que antes era imposible acercarse.

Gracias a ello, desde la firma del Acuerdo Final el turismo en Colombia ha crecido el doble que el promedio de la región y el triple que el promedio mundial. Además de estos dos sectores, impulsaremos el crecimiento de las pymes y crearemos zonas altamente atractivas para la inversión en productos y servicios tecnológicos, donde Colombia tiene un gran futuro gracias a la formación y talento de su recurso humano.

Todo esto irá acompañado de una reestructuración de los tributos al sector empresarial, para eliminar barreras innecesarias y estimular una mayor actividad que estimula el crecimiento.

¿De cuáles logros está orgulloso dentro de su trayectoria, que le servirán para ser un buen presidente de Colombia?

Me siento realmente orgulloso de dos logros que estuvieron relacionados con los dos momentos que, considero, son los más importantes en la historia reciente del país.

El primero es haber logrado terminar un conflicto de más de 50 años entre las Farc y el Estado colombiano. Nosotros fuimos los primeros en advertir que el Acuerdo significaba el fin del conflicto, y que la paz había que empezar a construirla. Pero creo que el fin del conflicto es un logro lo suficientemente importante como para sentirme orgulloso.

El segundo es haber sacado adelante, contra viento y marea, la Constitución del 91. Gracias a esa Constitución, Colombia empezó su transición a un país moderno, democrático y abierto al mundo, y así es reconocido.

Los colombianos debemos ser muy conscientes a la hora de votar el 27 de mayo, porque hay una clara amenaza a retroceder en los logros alcanzados y volver a una Constitución escrita para la realidad colombiana de hace más de cien años.

¿Qué necesita hacer Colombia para terminar de una vez el problema del narcotráfico?

No existen soluciones simples para este problema, pero es claro que sólo enfocarse en la interdicción ha sido un error. La interdicción es necesaria, pero hace falta ver el lado social del problema.

Existe una parte importante del campo para la que el cultivo de hoja de coca es la única opción económicamente viable, porque los narcotraficantes han logrado lo que sucesivos gobiernos no han podido hacer: insertarlos en una cadena de valor.

Ese es el reto fundamental que tenemos ante nosotros. Si queremos acabar con el narcotráfico debemos desarrollar el campo.

¿Cuál es su sueño de país, cómo lo visualiza?

Sueño con un país en donde los niños pueden salir a jugar a la calle o a los campos sin temor. Donde los padres se sientan seguros. Donde veamos en la diversidad la mayor de las riquezas y donde haya fuertes vínculos de solidaridad.

Sueño con un país donde todos los colombianos tengan las mismas oportunidades y donde el futuro de un niño o una niña no esté determinado por el lugar del país donde nació, ni por la capacidad de ingreso de su familia, sino que dependa de su determinación y su talento.

Construir este país requiere un compromiso profundo con la paz y la igualdad como metas principales.

¿Cómo convencería a alguien para que vote por usted?

Llevo más de tres décadas luchando por la democracia del país, y sigo convencido de que es el camino correcto para Colombia. Mi primer gran logro fue, como Ministro de Gobierno, sacar adelante y contra todos los pronósticos, la Constitución de 1991, que abrió el poder a la sociedad.

El Acuerdo de Paz con las Farc fue otro gran avance en la misma dirección: las armas son enemigas de la democracia. Ahora pongo en el ruedo mi nombre porque considero que, a pesar de los avances, es necesario consolidar una democracia más robusta, con mayor justicia social.

Veo en los extremos de izquierda y derecha amenazas para la consolidación de la democracia colombiana, y por eso siento el deber de buscar la Presidencia de la República.

Mi compromiso es sentar las bases definitivas para una paz duradera que arrancó con el fin del conflicto con las Farc, y que lograré con la reactivación de la economía, una cancha más nivelada para los colombianos y un país más seguro y tranquilo para todos.