Anuncios

Huevos: mejor tecnología para ganar más mercados

Los huevos de gallinas argentinas viajan por el mundo de la mano de Granja San Miguel, ubicada en la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires. La empresa nació en 1969 como un emprendimiento familiar, empujado por la falta de abastecimiento de huevos en esa época. Los primos Antonio Cangelosi y Juan Lo Verde, formaron una sociedad de hecho que se mantuvo hasta 1991, cuando Ricardo Cangelosi, estudiante de ingeniería industrial, decide comprar la parte de su tío y pasar a ser socio de su padre Antonio.

En ese momento la avicultura se hacía de un modo muy tradicional, con mucha mano de obra. "En ese entonces comenzamos un plan de reorganización de la granja para lo cual contratamos a un asesor veterinario de Buenos Aires. Los tres primeros años nos dedicamos a mejorar la productividad de los planteles, con foco en la ambientación de las instalaciones preexistentes. Luego empezamos a viajar a congresos y ferias, lo que nos amplió el horizonte y nos impulsó a iniciar la automatización del proceso productivo.

"En 1996 instalamos uno de los primeros galpones automáticos de la Argentina y desde entonces la granja estuvo en un continuo proceso de crecimiento: de 40.000 ponedoras pasamos, en la actualidad, a contar con 320.000. Además, en el 2003, se incorporó una planta para elaborar huevo líquido pasteurizado; un pequeño spray para hacer huevo en polvo y también incorporamos maquinaria para fertilizar campos aprovechando el guano de nuestras gallinas", cuenta Ricardo Cangelosi presidente de la empresa.

En 2015 la compañía obtuvo el reconocimiento "Avicultor destacado de Argentina", que se da en el sector huevos cada cuatro años y es otorgado por la Asociación Latinoamericana de Avicultura, en el marco del Congreso Latinoamericano, que en esa oportunidad tuvo sede en Ecuador.

"Este reconocimiento fue muy gratificante ya que la elección se hace por votación de nuestros colegas y nos tomó por sorpresa, sobre todo porque nunca trabajamos pensando en un galardón. Indudablemente este premio fue un incentivo no sólo para nosotros, sino también para todo el equipo que conforma nuestra empresa", comenta .

La empresa se caracteriza por abarcar todas las áreas de comercialización, tanto en el ámbito local como en el sur del país. Hace mas de tres años, a través de un contacto en Chile, empezaron con la gestión para desarrollar un proyecto de exportación y así poder ampliar el mercado más allá de las fronteras. "Esto nos daba la posibilidad de tener un porcentaje de nuestra producción en un mercado distinto, con otra moneda de cambio y mayor potencial de crecimiento", añade.

Dentro de la actividad avícola, se destaca la participación local en las ferias internacionales del sector más importantes del mundo, como Eurotier (Hannover Alemania), la Exposición Internacional de Producción y Procesamiento (IPPE) en (Georgia, EE.UU.), Alimentaria (Barcelona, España), Viv (Asia) y Viv Mea (Abu Dhabi).

"Trabajamos mucho con la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), tratando de viajar a ferias y mostrando nuestros productos. Estas ferias te permiten interactuar en un corto plazo con varios clientes y ver las novedades del mercado y cuáles son los productos de otros países que son nuestros competidores", agrega.

"La exportación de huevo no es tarea fácil, hay mucha inversión y mano de obra calificada, por eso cuando tuvimos la primera experiencia, que fue con Chile, nos topamos con la principal barrera sanitaria con respecto al país de destino ya que había que darle un tratamiento al huevo distinto de lo que se hace en nuestro país. Básicamente ellos nos exigen un lavado y parafinado que se realiza con una máquina especial, que tuvimos que importar para poder desarrollar este proceso". Para hacer la inversión contaron con un compromiso muy fuerte de la empresa chilena que los animó a seguir adelante.

"Otra barrera no menor es la arancelaria, la que también ha ido cambiando a lo largo de las negociaciones e inclusive en el medio del tránsito a destino, cambiándonos lógicamente la rentabilidad de la operación", comenta. "Entre las cosas positivas, podemos mencionar la posibilidad de realizar aduana en nuestro establecimiento, para lo cual acondicionamos el lugar con algunos requerimientos no muy complejos, como cámaras ubicadas estratégicamente para filmar los embarques, algunas delimitaciones en el sector de cargas y una estructura administrativa para el personal de aduana", resalta