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Hong Kong: por primera vez hubo disparos en las marchas

HONG KONG.- Un policía de Hong Kong disparó ayer al menos una vez con su arma de fuego durante las manifestaciones que protestan contra el gobierno de Pekín. Según periodistas, otros miembros de la policía también dispararon algunos tiros de advertencia hacia lo alto.

Es el primer incidente de estas características en tres meses de protestas en la excolonia británica.

"Por lo que supe, un colega acaba de disparar su arma de fuego. Un policía uniformado disparó", dijo el oficial de policía Leung Kwok Win ante la prensa. El incidente se produjo en el marco de enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en Tsuen Wan, unos 10 kilómetros del centro de la ciudad.

El territorio semiautónomo de Hong Kong, uno de los principales centros financieros del mundo, viene experimentando en los últimos tres meses su peor crisis política desde que Gran Bretaña devolvió la colonia a China en 1997.

El actual movimiento de protesta, nacido de la oposición a un proyecto de ley -ahora suspendido- que permitía las extradiciones de Hong Kong a China continental, se ha convertido en una campaña de mayor dimensión para exigir más democracia y protección de las libertades civiles locales.

Miles de hongkoneses desfilaron en silencio bajo la lluvia torrencial ayer en el área de Tsuen Wan. Pero los manifestantes más radicalizados levantaron una barricada y arrojaron adoquines y cócteles molotov contra la policía.

Después de lanzar gases lacrimógenos que no tuvieron el efecto deseado, la policía antidisturbios utilizó, por primera vez también, camiones hidrantes contra los manifestantes.

La policía siempre sostuvo que reservaba esa táctica disuasiva para casos de "perturbación del orden público a gran escala".

Los camiones hidrantes son de uso infrecuente en Hong Kong y la población es muy sensible a ese método represivo. "Con la policía y los manifestantes radicalizados, los hidrantes se van a utilizar cada más en el futuro", aventuró un manifestante que se identificó únicamente como Fong.

Desde el comienzo del movimiento, la reacción del gobierno central ha sido ambivalente.

Si bien no tiene derecho legal a intervenir directamente en Hong Kong, Pekín ha utilizado una variedad de métodos, desde la intimidación hasta la propaganda y la presión económica, para tratar de contener a la oposición.

El subterráneo de Hong Kong es blanco de reproches por haber cedido aparentemente a las críticas de los medios de prensa estatales chinos, que acusaron a las autoridades de ese medio de transporte de actitudes que colaboraban con el accionar de los manifestantes.

Ayer la red de transporte cerró algunas estaciones del barrio Tsuen Wan, cerca del sitio donde se desarrollaba la protesta principal, por segundo día consecutivo.

"Incluso si nuestro futuro es oscuro, tratamos de expresarnos de manera racional", dijo un joven manifestante de veinte años que se hace llamar Peter. "Confiamos en nosotros mismos y en nuestra ciudad, y un día nuestras demandas se cumplirán", añadió.

Una segunda reunión de varios centenares de personas, en la que participaron familiares de la policía en apoyo a esta, también se llevó a cabo en otra parte de la ciudad.

El sábado último, los manifestantes levantaron una barricada y profirieron insultos contra la policía, a la que acusan de cometer acciones de violencia.

Tras horas de tensión, las fuerzas de seguridad intervinieron lanzando gases lacrimógenos contra los manifestantes, que les arrojaron botellas, piedras y otros objetos.

Diez personas fueron hospitalizadas tras esos enfrentamientos, dos de ellas en estado grave, aunque no se precisó si se trataba de manifestantes o de policías.

Agencias AFP y ANSA