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Las históricas razones por las que en los últimos 134 años se han suspendido las Fallas de Valencia en cinco ocasiones

Días atrás el Presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, anunciaba una sorprendente noticia que sumió en la tristeza a todos los residentes de la Comunidad Valenciana (y amantes de sus fiestas y folclore) al tomar la difícil decisión de posponer (no anular) las fiestas de la Magdalena (en Castellón de la Plana) y las Fallas de Valencia (estas últimas conocidas mundialmente y que cada año congrega a cientos de miles de personas).

En los últimos 134 años se han suspendido las Fallas de Valencia en cinco ocasiones (imagen vía Wikimedia commons)
En los últimos 134 años se han suspendido las Fallas de Valencia en cinco ocasiones (imagen vía Wikimedia commons)

La primera constancia escrita sobre el origen de las Fallas data de 1784, pero algunos historiadores apuntan que esa celebración podría haberse originado hacia finales de la Edad Media en la que el gremio de artesanos carpinteros valencianos, al llegar la festividad de su Santo Patrón (San José, el 19 de marzo), aprovechaban para realizar unas hogueras en las que quemaban maderas y virutas sobrantes junto al ‘parot’, nombre que recibía el mástil en el que colgaban los candiles con los que se iluminaban durante el invierno.

Según fue transcurriendo el tiempo apareció la figura del ‘Ninot’, un muñeco hecho con la estructura del parot y que acabó siendo una representación escultórica. Los artesanos año tras año, a través de esas esculturas, trataban de recrear a figuras relevantes de la alta sociedad, burguesía o el credo y se hacía de manera burlesca.

A mediados del siglo XIX las fallas ya están totalmente institucionalizadas como una celebración popular y que congregaba a un gran número de personas que llegaban a la capital valenciana desde otras localidades.

Los maestros falleros debían pagar una tasa a los gobernantes por plantar los armazones en plena calle. Este canon empezó a cobrarse a partir de 1851 y la cantidad a pagar era de 5 pesetas, pero en cuestión de tres décadas (en 1886) el impuesto fue subido al precio desorbitante de 60 pesetas.

El motivo de ese exagerado incremento de la tasa fue un intento de las clases más poderosas para poner freno a la celebración de las Fallas y que así los maestros falleros dejaran de burlarse (a través de los ninots) del clero, burgueses y aristocracia.

Y fue ese año (1886) cuando los maestros falleros decidieron no pagar el injusto impuesto y no plantar ninguna falla en las calles de Valencia (se tiene constancia de dos privadas en sendos patios de casas particulares).

La segunda ocasión en la que Valencia no disfrutó de sus tradicionales Fallas fue una década después cuando, a causa de las Guerra hispano-norteamericana de 1898, con la que España perdió las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (entre otras), se decretó el Estado de Guerra y, por tanto ninguna celebración lúdico-festiva pudo celebrarse en todo el territorio nacional.

Otro conflicto militar, esta vez la Guerra Civil, fue la causa por la que entre 1937 y 1939 tampoco se llevaran a cabo las Fallas valencianas.

Las de 2020 no han quedado anuladas, tan solo aplazadas hasta nueva fecha (aún por determinar) a la espera de que se levante la categoría de pandemia declarada a nivel mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y todo vuelva a la normalidad.

Fuentes de consulta e imagen: Agencia EFE / Ya está el listo que todo lo sabe / Wikipedia / Wikimedia commons

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