La historia de Fantastic Negrito: lo intentó todo, estuvo al borde la muerte y el aliento de su hijo lo llevó a volver a probar suerte

La de Fantastic Negrito es una historia de superación; al borde de los 50 años, la industria discográfica finalmente se rindió ante sus encantos
Fuente: Archivo - Crédito: Laura Tenembaum

La vida de Xavier Dphrepaulezz tiene suficientes elementos como para una serie biográfica, en lo posible de más de una temporada. El hombre detrás del alias Fantastic Negrito nació en una familia de catorce hermanos, se fugó de su casa a los doce años y vendió drogas en las calles de Oakland hasta que decidió huir a Los Ángeles en busca de un futuro en la industria musical. Alentado por un ex manager de Prince, grabó un álbum con su nombre de pila como alias artístico, pero el destino le fue esquivo. Cuando todo parecía que podía marchar, un accidente automovilístico lo dejó en coma por tres semanas en 1999, y logró salir vivo del hospital, pero con movilidad reducida en su mano derecha.

Sin contrato discográfico, se encargó de tener un club nocturno clandestino hasta que la policía lo clausuró, y cuando nada parecía indicar que la música estuviese dándole una segunda chance, el interés que le despertó a su hijo escucharlo tocar la guitarra fue el combustible necesario para su regreso. Bajo el alias Fantastic Negrito, Dphrepaulezz arrasó en un concurso para nuevos talentos de la radio pública norteamericana NPR y eso le dio aliento suficiente para volver al ruedo. Así, a sus cuarenta y ocho años, grabó el primer álbum de su nueva etapa, The Last Days of Oakland, una lectura condensada de todas las ramas posibles de la música negra en un solo disco que le valió un Grammy por Mejor Álbum de Blues Contemporáneo en 2017.

Su siguiente disco, Please Don't Be Dead, repitió el éxito (y los premios adquiridos) de su predecesor, que presentó en la Argentina en marzo del año pasado. Fantastic Negrito tenía pensado seguir en la senda con su tercer opus, Have You Lost Your Mind Yet?, publicado en agosto, pero la pandemia obligó a poner en pausa esa expansión. Así y todo, Dphrepaulezz asegura haber convertido el aislamiento en un motor creativo. "Creo que es mi instinto de supervivencia", le dice a LA NACION. "Siempre hubo un obstáculo en todo lo que hice".

-¿A quién se dirige la pregunta del título del disco?

-En este disco quería hablar sobre salud mental, y no me refiero a esos tipos que ves en la calle hablando solos. Quería hablar sobre vos, sobre mí o cualquiera que tenga que lidiar con estar mirando una pantalla en la que estamos tratando de encontrar amor, valores o algún tipo de afirmación. Eso está arruinando a la gente. La vida es buena, mala, cuesta arriba y cuesta abajo, y lo que estoy tratando de decir es que está bien si perdiste la cabeza, a mí también me pasó y podés volver a encontrarla. A veces me despierto y me siento para el culo, y lo que me ayuda es encontrar música que me levante el ánimo. Pongo algo de Sly Stone o Stevie Wonder, y al rato me estoy sintiendo mejor. Cada canción habla sobre alguna persona que conozco que estuvo lidiando con algún desafío mental en la sociedad moderna.

Acá en Oakland, las canchas de tenis en las que solían jugar los chicos ahora son campamentos de gente sin techo. Es demencial, estamos haciendo algo malFantastic Negrito

-Tu vida está cargada de momentos trágicos, pero sin embargo hay una vibra optimista en tu música.

-Siempre trato de ir por la senda de la gratitud. Tenemos un planeta hermoso y tenemos que empezar a pensar más sobre nosotros, porque el sistema económico actual no honra la naturaleza, la Tierra ni al ser humano. El capitalismo honra al capital y nada más. Amo el arte y crear discos, y no creo que tenga que tener autos caros y esas cosas. ¿Por qué tendría que tener uno de esos si mi mamá y mi primo no? El problema es que, mientras más multimillonarios hay, más gente vive en la calle. Cuando yo era joven no existían los multimillonarios y tampoco existía esta proliferación de gente en situación de calle. De repente tenemos todos estos millonarios y los amamos y los celebramos. "Dios mío, ¿no querés ser nuestro presidente? ¿No querés ser nuestro héroe?". Y, al mismo tiempo, acá en Oakland, las canchas de tenis en las que solían jugar los chicos ahora son campamentos de gente sin techo. Es demencial, estamos haciendo algo mal.

-Vivís en una granja urbana en Oakland. ¿Cómo es tu vida ahí?

-No tengo el coraje de vivir en una granja normal, así que busqué la manera de poder estar a cinco minutos de la ciudad (se ríe). Como gran parte de mi música, mis ideas vienen de mi abuela, que vivía en la Virginia rural, bien al sur de Estados Unidos. Un día le pregunté cuán difícil había sido atravesar el segregacionismo siendo una mujer negra en un estado sureño y me sorprendió que me dijo: "No fue tan complicado, porque tu tatarabuelo y sus amigos compraron tierra para hacer una granja. Tenían cerdos y vacas y entonces no hacía falta pedirle nada al hombre blanco". Eso me inspiró y dije: "Voy a cultivar marihuana y no voy a tener que pedirle nada a nadie" (se ríe). Me encantó su respuesta y me llevó a sembrar tomates, maíz, porotos... y un montón de hierba. Me gustó la idea de despertarme a la mañana, salir al patio y buscar mis propios huevos, y mis hijos no conocen otra realidad, no saben lo que es un supermercado.

Fantastic Negrito en marzo de 2019 en La Trastienda. "No necesito a nadie que me diga quién soy y qué hago. Me pasa lo mismo con el movimiento Black Lives Matter: no necesito que me digan que las vidas de la gente negra importan porque la mía importaba desde bastante antes de que ustedes lo dij
Fuente: Archivo - Crédito: Laura Tenembaum

-Tu aproximamiento del blues es poco purista ¿De dónde surge esa mirada?

-No me vas a ver tocar un blues de doce compases porque eso ya se hizo demasiadas veces. Empecé a escuchar a Robert Johnson, Skip James o R.L. Burnside y volví a hacer música por ellos, pero no me propuse copiarlos porque son demasiado buenos. Tenía que ser yo y encontrar mi propio camino, y supongo que ellos también lo querrían así. Tengo que decir mi verdad. No tengo que hacer uno de esos blues que empiezan diciendo "me levanté esta mañana", eso ya se hizo demasiadas veces. ¿Cuántas veces van a perder a su "nena" esos tipos? Cuando hice "In the Pines", de Leadbelly, le cambié toda la letra. Amo al original, pero esa historia él se la contó a su generación. Este es el siglo 21, mi generación quiere saber otra cosa. A mi hermano lo asesinaron cuando tenía 14, y a mi primo lo mataron a los 16, acá mismo en Estados Unidos, no en Irak. Los mataron en las calles.

-De hecho, solés preferir que tu música sea catalogada como "música de raíz negra para todos". ¿Qué incluye ese término?

-Funk, soul, rhythm and blues, zapatos de piel de lagarto, pan de maíz, punk, gospel, palmadas, hip hop, todo lo que quieras. En "Your Sex is Overrated" podés escuchar un acorde de jazz, y lo puse porque soy libre, no necesito preguntarme esas cosas. Creo que siempre me mantuve apegado al blues porque esa es la raíz de toda la música mainstream, así que siempre saco algo de ahí.

-Al mismo tiempo, la industria te premia en la categoría de blues.

-No me importa. Amo los Grammy, pero así como los recibí los miré bien, los envolví y los guardé porque no quiero tener eso a la vista. Soy una persona respetuosa: si alguien me elogia, le agradezco. Si alguien me da un premio también, pero nadie va a definir quién soy. No necesito a nadie que me diga quién soy y qué hago. Me pasa lo mismo con el movimiento Black Lives Matter: no necesito que me digan que las vidas de la gente negra importan porque la mía importaba desde bastante antes de que ustedes lo dijeran. Si alguien es educado, yo también lo soy. Si me das amor, yo te lo voy a retribuir, y si me das odio te voy a ignorar. No podés dejar que la gente te defina.

-Cuando decidiste volver a la música, elegiste hacerlo a través de un alias. ¿Necesitás poner un límite entre persona y personaje?

-Absolutamente. Yo no quiero pasar el rato con Fantastic Negrito, es demasiado. Es un tipo que está siempre ahí arriba. No quiero ser él todo el tiempo, a veces quiero ser un tipo que está pescando en un lago, es más sano así. Si la gente me ve cuando estoy haciendo las compras y me dicen "Dios mío, ¿sos Fantastic Negrito?", les respondo "ahora no lo soy, pero si me volvés a encontrar en un par de días quizás sí". Tenés que hacer eso. Es una manera de mantener los pies en la tierra.