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La historia del éxito de Don Simón es la máxima del dicho 'quien no arriesga, no gana'

Vía Don Simón
Vía Don Simón

Don Simón es una de las marcas más queridas y exitosas de España y, aunque su origen no es tan antiguo como el de otras marcas tradicionales, varios factores han contribuido a que se convierta en lo que los consumidores sienten como una marca “de toda la vida”.

Lo que no todo el mundo sabe es que detrás de Don Simón hay una historia inspiradora de valentía empresarial protagonizada por la familia García Carrión. Y es que, a lo largo de sus inicios, hicieron no una, sino dos apuestas arriesgadas que probaron cierto el viejo dicho de “quien no arriesga, no gana”.

La primera bodega de García Carrión, inaugurada en 1890 en Jumilla. Vía Familia García Carrión.
La primera bodega de García Carrión, inaugurada en 1890 en Jumilla. Vía Familia García Carrión.

Todo comenzó en el año 1890 en la localidad de Jumilla, Murcia, donde el fundador del grupo García Carrión, José García-Carrión, construyó una bodega para exportar vinos a Francia. En aquella época, la mayoría de las bebidas -incluido el vino- se vendían en envases retornables que se devolvían para ser limpiados y rellenados de nuevo. Esta práctica exigía que las compañías tuvieran plantas de envasado por todo el país, lo que encarecía la producción.

Ya bien entrado el siglo XX, con el auge de las grandes superficies comerciales y el cambio de hábitos de consumo, García Carrión vio la necesidad de vender vino en un envase no retornable, que fuera económico y práctico y que pudiera ser envasado en una sola planta. Y fue en este momento cuando la compañía hizo su primera gran apuesta optando por el tetra-brik, un envase novedoso que desafiaba totalmente la tradición y que no todos veían con buenos ojos. Nacía así, en 1980, el vino Don Simón.

La jugada fue todo un éxito y en menos de dos años el vino Don Simón se convirtió en una marca líder en el mercado. En 1986, García Carrión había pasado de ser una empresa familiar regional a vender más de 70 millones de litros de vino en toda España. Es en esta época cuando la compañía decide diversificar su oferta y entrar en el sector de las bebidas no alcohólicas.

El zumo fue la bebida elegida para inaugurar esta incursión y el primer planteamiento estratégico que surgió fue qué nombre ponerle, ya que la marca Don Simón estaba muy ligada al vino de mesa. La segunda gran apuesta de la compañía fue confiar en el nombre que tan buenos resultados les había dado y apostar por una marca paraguas que englobaría todos sus productos.

Huelga decir que la decisión fue otro gran acierto: a día de hoy, Don Simón es la marca española de bebidas más conocida y está presente además en otros 150 países, con una oferta que ya no solo incluye vino y zumos sino también gazpacho, sangría, tinto de verano, caldos, bebidas vegetales, cremas y smoothies.

Vía Don Simón
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Campañas publicitarias históricas

El éxito arrollador de Don Simón ha tenido varios pilares: una serie de certeras decisiones fundamentadas en cuidadosos estudios de mercado, un par de apuestas valientes y, por supuesto, una serie de campañas publicitarias que son ya míticas en la historia del marketing español.

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Imposible olvidar la frase “voy a comer con Don Simón”, con la que la compañía logró transmitir que su vino era el mejor para comer todos los días y que muchos españoles incluso incorporaron al lenguaje coloquial. Si ya peinas canas, es posible que la sigas diciendo de vez en cuando.

Y si viviste en los 90, no cabe duda de que alguna vez has tarareado la pegadiza melodía del anuncio de sangría más célebre de la historia: “hay sangría, sangría Don Simón”, que dejamos aquí para disfrute de los nostálgicos.

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