La historia detrás del escandaloso descenso de Saracens, el mejor club de rugby de Europa

Imagine este escenario. Real Madrid desciende a la segunda división por pasarse del presupuesto que estipula La Liga. ¿Imposible, no? Bueno, este panorama, que sería prácticamente apocalíptico para el mundo del fútbol, se hizo realidad en el rugby el último fin de semana. Saracens, desde hace años el mejor club de Europa e Inglaterra, perdió la categoría porque se excedió del tope salarial que estipula la Premiership por cuarta temporada consecutiva. Un verdadero escándalo.

El dominio de Saracens en el rugby de clubes es abrumador. Se consagró campeón en tres de las últimas cuatro Champions Cup, lo que vendría a ser la Champions League del rugby, y ganó cuatro de las últimas cinco ligas de su país. Varias de sus figuras son la base titular del seleccionado de Inglaterra y tiene en su plantel a un primera línea de los Pumas: Juan Figallo.

"No me imaginaba que fuera a pasar que lo hicieran descender. Son las reglas del juego y son las que hacen que el rugby inglés sea de las mejores ligas. Ellos cuidan el juego con el salary-cap", dice a LA NACION Tomás De Vedia. El ex Puma estuvo dos temporadas en Saracens, entre 2006 y 2007.

El salary-cap es el sistema que mantiene el equilibrio en la liga inglesa. Al fijar un tope salarial, se evita que los clubes destinen números exorbitantes para traer figuras extranjeras como sucede en Francia. De esta forma, se prioriza el desarrollo de los jugadores ingleses que salen de las academias, el gran fuerte del rugby de ese país. Las estrellas del seleccionado inglés Owen Farrell, Maro Itoje y Billy Vunipola salieron de la cantera de Saracens.

En noviembre, la Premiership sancionó a la institución con una quita de 35 puntos y 5,4 millones de libras esterlinas por superar el límite en la últimas tres temporadas. Fue el ultimátum para que regularizara su situación, es decir, que bajara su masa salarial a los 7 millones de libras. Según trascendió en algunos medios ingleses, estaba hasta dos millones arriba. Inmediatamente, el club removió a Nigel Wray, su propietario y director que fue el padre de la criatura. Luego, aseguró públicamente que no tendrían problemas, pero un nuevo informe dio cuenta de que seguía sin adecuarse. Finalmente, la Premiership oficializó el sábado el descenso automático del vigente campeón.

Los otros 12 equipos de la PRL le habían exigido a Saracens que abriera sus libros contables para una auditoría. Éstos, en cambio, optaron por descender. "Son tramposos. Es tan simple como eso. Desprestigiaron el juego", dijo Tony Rowe, CEO de Exeter Chiefs, que perdió la final de la última Premiership con los Sarries. "Todo lo que hayan logrado en los últimos años estará contaminado", opinó Steve Lansdown, propietario de Bristol Bears.

El club respondió con un comunicado donde aseguraba que quería "reconstruir la confianza" y que aceptaba la decisión "sin precedentes". Esto último tiene un contexto detrás. Siempre hubo sospechas alrededor de Saracens, pero recién se destapó la olla a partir de una investigación que publicó el medio británico Daily Mail. Los otros clubes tampoco levantaron mucho la voz, lo que alienta la sospecha de que Saracens no sea el único caso.

La comparación con el caso Juventus y el futuro del equipo

Muchos comparan lo que está pasando en Saracens con Juventus y el escándalo del Calciopoli. En 2006, el gigante italiano bajó a la Serie B y le quitaron dos de sus 'scudettos' porque se demostró que sus directivos influyeron para conseguir árbitros "favorables" en partidos clave.

"No considero que hicieron trampa porque en la cancha ganaron con todas las de la ley, con un equipazo. El tema de los salarios, para mí, no significa que hayan hecho trampa en el juego", valora De Vedia, que actualmente se desempeña como comentarista de rugby en la cadena televisiva ESPN.

Este cimbronazo amenaza con resentir al seleccionado inglés. Los medios ingleses se preguntan si habrá un éxodo masivo a otros clubes de la Premiership o al Top 14 francés. Inglaterra fue finalista hace unos meses del Mundial de Japón con nueve jugadores de Saracens en su plantel. Su capitán es Owen Farrell, que ya dio a entender que quiere seguir en el club. Lo concreto es que el club tendrá que desprenderse de unos cuantos contratos para adecuarse al límite. Según Daily Mail, el Chipi Figallo está entre los apuntados.

Uno de los puntos que se elogia del club inglés es el cuidado que tienen con los jugadores. Marcelo Bosch daba fe en una entrevista con este medio en 2017: "Te ayudan para que te adaptes bien. Por ejemplo, a mi mujer la ayudaron para conseguirle trabajo y hay una guardería en el club, que cuida a los hijos de los jugadores. Se crea un ambiente familiar y la ecuación hace que el jugador se sienta agradecido, identificado y quiera dejar todo para seguir siendo parte de esto". El ex Puma fue parte de este período exitoso y dejó la institución la temporada pasada. LA NACION lo contactó para conocer su opinión, pero no quiso hacer declaraciones.