El histórico acuerdo político para cambiar la Constitución genera optimismo en Chile

SANTIAGO, Chile.- El histórico pacto por una nueva Constitución que firmaron anteanoche los partidos políticos chilenos generó ayer un cambio en la dinámica de la violencia que llevó al país al caos, con una merma en la cantidad de manifestantes y un clima de optimismo tras un mes de protestas que pusieron contra las cuerdas al presidente Sebastián Piñera.

El pacto selló la convocatoria para abril del año próximo a un plebiscito para una nueva Carta Magna que sustituya la vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), uno de los reclamos de los manifestantes. El anuncio fue celebrado por la mayoría de los actores de la sociedad chilena. La consulta, además, deberá definir el mecanismo para la reforma constitucional.

"Agradecemos a los ciudadanos que nos remecieron, pero también creemos que es importante avanzar, entender que hoy tal vez es mejor salir de la calle y dialogar", dijo Karla Rubilar, vocera del gobierno, que explicó la ausencia de Piñera en la firma del documento.

"Él es muy respetuoso del trabajo que realizó el Congreso. Él no apareció porque con humildad reconoció que ayer era el tiempo del Congreso", agregó la funcionaria.

En virtud del acuerdo, necesario para modificar la actual Carta Magna, que no permite llamar a plebiscito para estos fines, se impulsará la realización de una consulta en abril de 2020 que resuelva dos preguntas: si se quiere o no una nueva Constitución y qué tipo de órgano debiera redactar esa nueva Constitución (una convención mixta constitucional o una convención constitucional).

La convención mixta constitucional, defendida por los partidos de la coalición de gobierno, sería integrada en partes iguales por miembros elegidos para este efecto y parlamentarios en ejercicio, mientras que en la convención constitucional, promovida por los partidos de la oposición, todos sus integrantes serán elegidos específicamente para esta ocasión.

Si el proyecto es aprobado en plebiscito, la elección de los miembros de una u otra instancia se realizará en octubre de 2020, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal y se hará con voto voluntario. Pero la ratificación de la nueva Constitución se realizará con sufragio universal y voto obligatorio.

Durante la mañana, la Plaza Italia -la zona cero de las manifestaciones en la capital- apareció cubierta con paños blanco y un cartel que decía "Paz" sobre el monumento al General Baquedano. La intervención fue realizada por un grupo de particulares. "Compramos 13.500 metros cuadros de género blanco, que son 60 rollos", contó Juan Pablo Vergara, uno de los organizadores.

En la calle también se respiró cierta satisfacción por el avance constitucional y en los programas matinales en la televisión hubo un desfile de políticos que exaltaron su labor y se congratularon por su tarea, a casi un mes desde que el estallido social se generó a partir por el reclamo de un alza en el valor del boleto del subte y cuyo reclamo se concentró en cambios estructurales y mejoras sociales.

El buen ambiente también coincidió con el fin de la huelga de los recolectores de basura, tras llegar a un principio de entendimiento con el gobierno.

Las reacciones se sucedieron entre los diversos actores sociales chilenos. La Corte Suprema, por ejemplo, valoró mediante su presidente, Haroldo Brito, la "solidaridad y respeto en la obtención de los grandes objetivos en los que se cimentará la paz social permanente".

"Unamos votos para que las distintas etapas de implementación de este acuerdo por la paz y la nueva constitución, se mantenga el espíritu de entendimiento que lo ha inspirado, esperando que el país avance por esa senda de concordancia hacia un futuro promisorio para todos los integrantes de la nación", comentó Brito.

Valoración

Desde el empresariado también hubo júbilo por el acuerdo y se valoró el acuerdo por la paz alcanzado.

"Hoy ha ganado la ciudadanía, ha ganado la democracia, ha ganado la buena política, en abril ganará la mayoría de la ciudadanía en las urnas. Estamos convencidos que con democracia, paz social, podremos lograr las soluciones sociales que Chile necesita", valoró el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alfonso Swett.

Los mercados también reaccionaron con entusiasmo y el índice IPSA subió hasta un 6,9% después de caer un 13% desde el 18 de octubre, en su mejor resultado en dos años.

El peso chileno también logró una espectacular corrección luego de seis días de suba y se convirtió en la moneda con mejor desempeño en el mundo ayer. Se apreció 3,2%, con una baja de 25,34 pesos, ubicándose al finalizar las operaciones en 777,29 pesos, según datos de Bloomberg.

"Creo que vienen tiempos buenos para la economía. Cuando la cotidianeidad retoma, cuando la paz vuelve, cuando el panadero puede hacer sus actividades y el que tiene su taller también y la gran empresa también, la máquina de la economía vuelve a operar sobre estas bases sobre estas bases sólidas que tenemos, en consecuencia, estoy muy optimista", dijo el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.

Durante la tarde una nueva convocatoria se registró en Plaza Italia, con cerca de 20.000 personas que llegaron a manifestarse de forma pacífica y que terminó tal como los últimos días: con incidentes protagonizados por algunos manifestantes y enfrentamientos con las fuerzas especiales de Carabineros. Luego le sumaron pirotecnia.

Los puntos claves del acuerdo

Consenso: los partidos políticos chilenos acordaron ayer una salida institucional luego de largas semanas de protestas populares con el objetivo de "buscar la paz y la justicia social a través de un procedimiento inobjetablemente democrático" Primeros pasos: según el texto negociado, la ciudadanía podrá votar en un plebiscito si quiere otra Carta Magna; este se realizará en abril de 2020 y tendrá dos preguntas: "¿Quiere usted una nueva Constitución?" "¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?" Quién debe hacerlo: para la primera pregunta, las opciones que se podrán elegir serán "apruebo" o "rechazo". En la segunda pregunta existirán también dos opciones: si la nueva Constitución la debe redactar una Convención Mixta Constitucional o una Convención Constitucional Constituyentes: una Convención Constitucional se refiere a una asamblea compuesta en un 100% por ciudadanos elegidos para esa labor. Una Convención Mixta Constitucional se refiere por otra parte a una asamblea integrada en partes iguales entre parlamentarios y ciudadanos elegidos para ese fin Plazos: los delegados constituyentes serán elegidos en octubre del año próximo junto a las elecciones regionales y municipales con el mismo sistema electoral que se rige en las elecciones de diputados; el plazo de funcionamiento del órgano constituyente elegido será de nueve meses, prorrogable una sola vez por otros tres meses. En este período deberán redactar una nueva Constitución para el país Toque final: el nuevo texto constitucional será sometido a un plebiscito ratificatorio entre los chilenos, el cual se llevará a cabo con el sistema de sufragio universal obligatorio. La única salvedad a este plazo es que en ningún caso el referéndum podrá realizarse 60 días antes ni después de otra votación popular

La Constitución heredada de Pinochet

Orígenes: la Constitución chilena fue aprobada el 11 de septiembre de 1980, en un polémico plebiscito durante el régimen militar; su ideólogo fue el profesor de Derecho y senador de extrema derecha Jaime Guzmán. El texto fundamental se redactó a la medida de los sectores más conservadores de la sociedad para que permanecieran en el poder Trabas a medida: la Constitución tenía que redactarse de tal forma que "si llegan a gobernar nuestros adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría", explicó Guzmán, fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido de la derecha conservadora La transición: durante la transición que condujo a la democracia en 1990, con Pinochet y la extrema derecha todavía en posición de fuerza, los partidos políticos tuvieron que negociar la aceptación de la Constitución de la dictadura, por razones de prudencia; eso condicionó el proceso político Reformas: desde la década del 90, la Constitución chilena fue enmendada una decena de veces; la reforma de 2005 eliminó los principios más antidemocráticos, como permitir el despido de jefes militares sin consulta previa al Consejo Nacional de Seguridad, un organismo que tuvo gran peso durante la dictadura Revisión: tras asumir en 2018, Piñera dijo que no permitiría que se revisara un nuevo proyecto presentado al Congreso por su antecesora, Michelle Bachelet, para una nueva reforma de la Constitución; ese proyecto incluía establecer el derecho a la salud y a la educación, así como la igualdad salarial para hombres y mujeres Cambio: ante la presión de la calle, Piñera debió abrirse a un cambio constitucional que podría afectar los intereses económicos de su electorado, particularmente en sectores en gran parte privatizados, como la salud y la educación