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Hillsong, una Iglesia que solía ser la vanguardia del cristianismo, pierde su posición en Estados Unidos

El pastor Sam Collier predica por última vez en Hillsong Atlanta antes de abandonar la denominación para formar su propia congregación, el domingo 27 de marzo de 2022. (Alyssa Pointer/The New York Times)
El pastor Sam Collier predica por última vez en Hillsong Atlanta antes de abandonar la denominación para formar su propia congregación, el domingo 27 de marzo de 2022. (Alyssa Pointer/The New York Times)

Terry Crist, un pastor de quinta generación de Phoenix, se unió a la megaiglesia global de Hillsong debido, en parte, a lo que califica como una característica perspectiva alegre de la vida eclesial: Hillsong fue una institución en la que sus líderes parecían “libres y luminosos” y brindaban una experiencia eclesiástica que atrajo a decenas de miles de personas en todo el mundo.

Comenzando en Phoenix, Crist llegó a poner seis iglesias de la congregación de Hillsong en dos estados. La semana pasada las retiró de ahí.

“Por mucho que la amemos, no podemos seguir dentro de nuestra familia universal”, le dijo Crist a su congregación en un emotivo sermón del domingo, aludiendo, entre otras cosas, a la reciente renuncia del líder de Hillsong a nivel mundial, la cual estuvo envuelta en un halo de inmoralidad. “Estoy desconsolado”.

En las últimas dos semanas, Hillsong ha perdido nueve de sus dieciséis iglesias en Estados Unidos, lo cual, para ser una de las Iglesias evangélicas más grandes e influyentes de todo el mundo, es una disminución abrupta e impactante.

Hace apenas unos cuantos años, Hillsong estaba a la vanguardia del cristianismo moderno, una comunidad de rápida expansión que atraía a los jóvenes y a la población urbana gracias a sus refinados predicadores llenos de energía y a su ambiente tan alegre. Hillsong traducía para una concurrencia moderna y refinada la experiencia de las iglesias carismáticas, las cuales hacen hincapié en los milagros y los encuentros personales con el Espíritu Santo.

Justin Bieber y Kevin Durant, la estrella de la NBA, asistían a sus cultos; una de las bandas de alabanza de la Iglesia ganó un premio Grammy y la Iglesia generaba una gran cantidad de himnos que otras Iglesias más pequeñas usaban como base para reproducir su sonido, su estilo y su estética amigables con Instagram.

Ahora, la presencia de Hillsong en Estados Unidos está en plena caída. Los centros que aún quedan se encuentran en el noreste y en California, lo cual significa que Hillsong ya no tiene una presencia importante entre costa y costa.

Feligreses en el último culto de Hillsong Atlanta, el domingo 27 de marzo de 2022. (Alyssa Pointer/The New York Times)
Feligreses en el último culto de Hillsong Atlanta, el domingo 27 de marzo de 2022. (Alyssa Pointer/The New York Times)

Las salidas son, en parte, el resultado de una serie de crisis (la más reciente es la repentina renuncia de su fundador carismático) que han dejado a la Iglesia con una reputación deteriorada y una inestabilidad tal que los pastores tuvieron cada vez más dificultades para sobrellevar.

“No recuerdo ninguna otra Iglesia en el mundo occidental de habla inglesa con tal alcance global como Hillsong”, comentó Ed Stetzer, director ejecutivo del Centro Billy Graham de Wheaton College en Illinois. El alboroto actual en esta Iglesia “es algo muy serio que tendrá consecuencias no solo para Hillsong, sino para el evangelismo contemporáneo de todo el mundo”, señaló.

La Iglesia ya estaba teniendo tensiones al interior y su nombre se había dañado cuando su fundador australiano y líder a nivel mundial, Brian Houston, renunció el 23 de marzo luego de que una investigación interna reveló que había tenido un comportamiento inadecuado con dos mujeres. En enero, Houston se había retirado de todas las tareas ministeriales porque, según explicó, tenía que concentrarse en resolver una acusación penal relacionada con el encubrimiento del abuso sexual infantil cometido por su difunto padre, quien también era pastor.

En las investigaciones de la Iglesia se descubrió que Houston enviaba “mensajes de texto inapropiados” a una integrante del personal y que varios años después pasó un tiempo a solas en un cuarto de hotel con una mujer que asistió a la convención anual de la Iglesia en Sídney. En una declaración a The New York Times, la oficina de prensa de la Iglesia afirmó que no había habido ninguna otra queja sobre el comportamiento de Houston.

La Iglesia ha atribuido la conducta de Houston a los medicamentos y al alcohol, pero él no ha hecho ningún comentario público sobre su renuncia. Nosotros no pudimos localizarlo para que hiciera comentarios.

Phil Dooley, el líder interino a nivel mundial, respondió algunas preguntas en un correo electrónico a través de la oficina de prensa de la Iglesia. En este, Dooley mencionó que la renuncia de Houston fue una “gran sorpresa para muchos miembros de nuestra comunidad”. La oficina de prensa de la Iglesia no respondió a las preguntas acerca de si la Iglesia le daría a Houston una liquidación por sus años de servicio o alguna otra indemnización en el futuro. La oficina de prensa tampoco quiso decir si la esposa de Houston, Bobbie, quien también ostentaba el título de pastora de alto rango a nivel mundial, seguía siendo empleada de la Iglesia.

El jueves, un día después de la renuncia de Houston, el servicio de transmisión en continuo Discovery+ emitió un documental en tres episodios: “Hillsong: A Megachurch Exposed”, en el que describe esta megaiglesia como una institución dañina obsesionada con la imagen, el control y el crecimiento a cualquier costo. Presenta entrevistas con detractores, exempleados, miembros y una mujer que afirma haber tenido una aventura amorosa de varios meses con Carl Lentz, quien en ese momento era el famoso pastor líder de las filiales de Hillsong en la costa este. La oficina de prensa de la Iglesia dijo en una declaración por correo electrónico que la imagen de Hillsong que presenta el documental es “casi irreconocible” para la comunidad de la Iglesia.

Hillsong ejerce cierto control sobre las operaciones financieras de todas las iglesia asociadas, aunque las congregaciones establecen sus propios presupuestos. Las iglesias también aportan a la Iglesia global el cinco por ciento de las contribuciones que reciben. A cambio, obtienen recursos de organización y enseñanza y lo que alguna vez fue una indiscutible valiosa asociación a una de las más reconocidas Iglesias evangélicas del mundo.

Para algunos líderes de las filiales locales de Hillsong, la carga se ha vuelto demasiado pesada como para que los beneficios de la afiliación valgan la pena.

La semana pasada, el pastor líder de Hillsong Atlanta, Sam Collier, le envió un correo electrónico a su Iglesia para informarle que iba a retirar su iglesia de Hillsong tras “los ataques, calumnias y acusaciones constantes de los medios” contra Hillsong, algunos de los cuales él reconocía que eran válidos.

“Todos los cuestionamientos, especulaciones, el escándalo, los artículos y todo lo anterior llegaron a un punto que la gente de nuestra Iglesia ya no quería enfrentar”, señaló Collier en una entrevista. Su contratación como el primer pastor líder negro se anunció más o menos una semana antes de que se publicaran las noticias del comportamiento indebido de Lentz en 2020, lo que significa que todo su mandato en la iglesia ha estado empañado por el escándalo que emana de las entidades de Hillsong alejadas de Atlanta.

Hillsong Atlanta tuvo su último culto el domingo.

“Creemos que el Señor nos está invitando a que pasemos al siguiente ciclo”, le dijo Collier a su congregación.

Collier va a abrir una nueva iglesia el domingo de Pascua y espera que una buena parte de su congregación de Hillsong se vaya para allá. La oficina de prensa de Hillsong señaló que no había planes de volver a abrir Hillsong Atlanta.

Hace unas dos semanas, Hillsong Kansas, otra filial que se abrió en 2019, se separó de manera discreta de Hillsong y la reabrió como Kingdom City Church. La oficina de prensa de la Iglesia a nivel mundial afirmó que “la decisión de separarse fue por mutuo acuerdo” de ambas partes antes de la salida de Houston. Una persona que contestó el teléfono en Kingdom City la semana pasada dijo que la Iglesia no haría comentarios.

El sitio web de Hillsong dice que cada semana asisten al culto 150.000 personas en 30 países, pero ese cálculo se hizo antes de la pandemia. La oficina de prensa explicó que no es posible hacer un cálculo preciso debido a las restricciones de la pandemia en algunos países y resaltó la participación en internet, la prioridad de la Iglesia durante mucho tiempo que aumentó durante la pandemia.

En 2020, la relación de la Iglesia con el dinero, el sexo y la fama volvió a estar bajo escrutinio cuando Houston despidió a Lentz por cuestiones de liderazgo y pérdida de confianza, además de una revelación reciente de fallas morales”. Lentz, quien en algún momento fue mentor de Bieber y una celebridad por derecho propio, confesó que le había sido infiel a su esposa y se retiró de la vida pública.

Para Crist, dejar Hillsong fue la culminación de varios años de dudas sobre esa institución. Comentó que hace algunos años estuvo en desacuerdo con que, debido a una reestructuración de la Iglesia a nivel mundial, disolvieran su consejo administrativo de líderes locales y lo pusieran directamente bajo la autoridad del consejo administrativo global con sede en Australia. También se encolerizó cuando le pidieron a él y a otros pastores líderes que firmaran acuerdos de no competencia y no descrédito a raíz del escándalo en las filiales de la costa este. Crist no firmó nunca.

La oficina de prensa de la Iglesia consideró que los acuerdos eran elementos estándares de sus contratos generales con los líderes de la Iglesia.

“Esta decisión no se tomó a la ligera, sino que la tomamos teniendo en consideración su costo tan importante”, comentó Crist, haciendo referencia al posible desencanto y sufrimiento. Pero “tenemos que ver y escuchar a cualquier persona que haya sido victimizada en nuestra Iglesia”.

© 2022 The New York Times Company