¿Hay más cáncer ahora que antes?

¿Hay más cáncer ahora que antes? La respuesta es relativa y varios factores influyen en nuestra percepción | imagen Pixabay
¿Hay más cáncer ahora que antes? La respuesta es relativa y varios factores influyen en nuestra percepción | imagen Pixabay

Existe una tendencia, cada vez más extendida, que achaca todo tipo de males a la moderna sociedad en la que vivimos y considera que tiempos pasados siempre fueron mejores. Esa nostálgica percepción de la realidad puede empujarnos a pensar que la vida en el pasado era más fácil, más cómoda o más saludable. Son comentarios bastante fáciles de rebatir con un rápido vistazo a los datos mundiales de esperanza de vida, estadísticas sanitarias o tasas de mortalidad infantil… hoy vivimos más, con más calidad de vida y con más esperanzas de alcanzar edades más avanzadas, no hay debate frente a los números. Sin embargo, de vez en cuando, alguien saca a relucir la frase: ahora hay más cáncer que antes. Por experiencia sabemos que una cuestión tan amplia y complicada como esta no puede resolverse con una simple frase, sabemos que la percepción de la realidad suele tener muchos matices y, desde luego, sabemos que muchos de los que utilizan esta afirmación lapidaria prefieren quedarse con una frase simple que con una argumentación complicada.

La respuesta a la pregunta del título es doble: Sí, pero no. Si miramos los datos anuales que ofrecen las instituciones oficiales parece claro que los casos de cáncer, en general, han aumentado. Si quieres quedarte aquí, con una frase simple, puedes dejar de leer ya, pero si te animas a realizar un análisis algo más profundo, descubrirás que la realidad es siempre más intrincada de lo que parece y está repleta de malentendidos y sesgos de percepción.

Principales agentes que aumentan la probabilidad de contraer cáncer: tabaco, alcohol, obesidad, sedentarismo
Principales agentes que aumentan la probabilidad de contraer cáncer: tabaco, alcohol, obesidad, sedentarismo

El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, por detrás de las cardiovasculares, y según los datos de la OMS casi una de cada seis defunciones se debe a esta enfermedad. No obstante, cáncer es un nombre general que engloba docenas y docenas de tipos diferentes, no hay un solo cáncer, hay una enorme variedad de ellos y no todos aumentan o disminuyen en igual proporción. La incidencia de algunos tipos está decreciendo y la de otros está aumentando, por lo cual no es sencillo contestar con rotundidad la cuestión del titular.

En palabras sencillas, y a grandes rasgos, el cáncer es un malfuncionamiento de nuestras células. Nuestro organismo funciona gracias a que cada célula sigue las instrucciones genéticas precisas y realiza su tarea a la perfección. En caso de que algo vaya mal, también posee un mecanismo (apoptosis) que obliga a la célula a “suicidarse” para no corromper al resto. Los diferentes tipos de cáncer no son más que células que no funcionan como deberían y que no desaparecen mediante apoptosis sino que extienden sus errores a otras células.

El cáncer ha existido siempre y está presente en la inmensa mayoría de especies vivas. Se conservan registros fósiles de dinosaurios con cáncer o momias del Antiguo Egipto, el mal funcionamiento de algunas células es una cuestión atemporal y adherida a la vida misma, y no parece que vivir en un siglo o en otro sea un factor genético determinante. Si realmente es cierto que ahora hay más cáncer, las claves debemos buscarlas en factores ambientales.

Llegamos pues a la primera afirmación: Ahora hay más cáncer. Evidentemente, claro que sí. El malfuncionamiento de nuestras células está asociada directamente con la edad, y ahora vivimos mucho más que hace tan solo unas décadas. La esperanza de vida mundial ha superado los 71 años, cada vez alcanzamos edades más avanzadas y las enfermedades asociadas al envejecimiento serán más frecuentes. En este aspecto no debería ser motivo de alarma: Si cada vez somos más viejos, deberíamos acostumbrarnos a que enfermedades asociadas a la edad como el cáncer, y otras neurodegenerativas como el Alzhéimer, la demencia o el Parkinson, sean más habituales.

La esperanza de vida ha crecido notablemente en las últimas décadas y con ella las enfermedades asociadas al envejecimiento.
La esperanza de vida ha crecido notablemente en las últimas décadas y con ella las enfermedades asociadas al envejecimiento.

Otra razón es la percepción de la enfermedad. Los métodos de diagnóstico han avanzado exponencialmente y ahora somos capaces de detectar el cáncer con más facilidad que en épocas pasadas. Posiblemente tu tatarabuelo muriera de cáncer, pero en su época no contaban con las técnicas necesarias para saberlo. Ahora es fácil sentirse inclinado a pensar que hay más cáncer porque detectamos más cáncer… si no lo detectas, como con tu tatarabuelo, ni siquiera piensas que es un problema.

Estos dos aspectos influyen notablemente en la percepción de aquellas personas que creen que hay más cáncer ahora que antes. En primer lugar, hay más cáncer (llegamos a edades más avanzadas y por lo tanto las enfermedades asociadas al envejecimiento crecen) y diagnosticamos más cáncer (por tanto, se hace más visible el problema). El hecho de que detectemos más tumores ahora, no significa que haya más que antes, lo que significa es que ahora los detectamos mejor.

Otro factor que afecta nuestra imagen de la enfermedad es la sensación de miedo a lo desconocido. Si surge un nuevo tipo de tecnología, una técnica genética novedosa o algún avance rompedor, siempre aparecen voces que alertan de que “eso produce cáncer”… Ya sea con los microondas hace unas décadas, ahora con los móviles y pronto seguro que lo vemos con las técnicas de edición genética. Sin embargo, olvidamos fácilmente que la inmensa mayoría de casos de cáncer se dan siempre por las mismas causas: tabaquismo, alcohol, mala alimentación o falta de ejercicio diario.Nuestro cerebro no es muy bueno analizando los riesgos y el miedo no atiende a datos. Aún recuerdo una fotografía de un señor en una manifestación contra una central nuclear afirmando que “daba cáncer”… mientras sostenía un cigarrillo en su mano. Es tentador, aunque erróneo, atribuir los casos de cáncer a las nuevas tecnologías de la sociedad moderna y olvidar que la obesidad, el exceso de azúcar o el sedentarismo se han convertido en verdaderas plagas de nuestro día a día, y con mucho más efecto en el desarrollo de algún tipo de cáncer.

Para saber si realmente hay más cáncer ahora que antes, deberíamos analizar cada clase de cáncer por separado. Algunos tipos sí están aumentando, como por ejemplo los mortales melanomas, mientras que otros tipos de cáncer han encontrado solución con terapias que permiten a millones de personas sobrevivir a la enfermedad. Los datos de supervivencia al cáncer son cada vez más esperanzadores: En 2016, se contabilizaron 15,5 millones de supervivientes de cáncer en los Estados Unidos y se prevé que aumente a cerca de 20,3 millones para 2026.

No solo deberíamos analizar los casos de cáncer… también deberíamos fijarnos en las tasas de supervivencia. En nuestros días es más fácil superar un cáncer que en tiempos pasados, cuando era una sentencia de muerte asegurada.
No solo deberíamos analizar los casos de cáncer… también deberíamos fijarnos en las tasas de supervivencia. En nuestros días es más fácil superar un cáncer que en tiempos pasados, cuando era una sentencia de muerte asegurada.

Paradójicamente, y en contra de aquellos que creen que el cáncer es un derivado de la sociedad tecnológica y moderna en la que vivimos, lo cierto es que la mayoría de los casos y fallecimientos por cáncer se dan en los países menos desarrollados, lo que indica que el avance de la medicina, la ciencia y la tecnología de los países modernos no pueden ser causa de más cáncer, sino de todo lo contrario. Según datos de la propia OMS, el 70% de todas las muertes por cáncer registradas en 2012 se produjeron en África, Asia, América Central y Sudamérica. Se prevé que los casos anuales de cáncer en estas regiones aumentarán de 14 millones en 2012 a 22 millones en las próximas dos décadas.

En definitiva, y a modo de resumen: la respuesta a si ahora hay más cáncer que antes, sigue siendo relativa. Vivimos más, ergo hay más cáncer. Los detectamos más fácilmente, ergo percibimos que hay más cáncer. Olvidamos, frecuentemente, las causas más comunes del cáncer (tabaquismo, alcohol, sedentarismo, obesidad) y nos sentimos inclinados a echarle la culpa a otras causas. El avance de la medicina y la ciencia de las sociedades modernas han conseguido tasas de supervivencia cada vez mayores, y la falta de desarrollo está asociada a peores cifras de mortalidad. Es fácil afirmar que ahora hay más cáncer, aquellos que lo hacen tienen razón… lo que ocurre es que ni siquiera saben por qué.

Referencias científicas y más información:

National Cancer Institute Annual Report to the Nation on the Status of Cancer

Organización Mundial de la Salud OMS: Datos y cifras sobre el cáncer

Instituto nacional del cáncer Web oficial