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Harrison Ford le debe su fortuna a una casualidad fortuita

Con casi 80 años (los cumple el 13 de julio), Harrison Ford ocupa un lugar privilegiado en el recuerdo popular del mundo cinematográfico. Básicamente, no existe generación viviente que no conozca a Indiana Jones o Han Solo, mientras su filmografía representa lo mucho que ha dejado huella en la historia, con más de $9.3 mil millones recaudados en taquilla a lo largo de toda su carrera.

Sin embargo, el éxito no siempre estuvo de su parte. Más bien, todo lo contrario. Si no fuera por su faceta buscavidas y una casualidad fortuita, quizás hoy no sería uno de los actores más emblemáticos de la cultura popular.

El actor estadounidense Harrison Ford posa para las fotos durante la conferencia de prensa de la película The Call of the Wild en el Four Season Hotel el 5 de febrero de 2020 en la Ciudad de México, México (Foto de Eyepix/NurPhoto a través de Getty Images)
El actor estadounidense Harrison Ford posa para las fotos durante la conferencia de prensa de la película The Call of the Wild en el Four Season Hotel el 5 de febrero de 2020 en la Ciudad de México, México (Foto de Eyepix/NurPhoto a través de Getty Images)

Ford siempre se consideró una flor de crecimiento tardío. Y curiosamente, a pesar de ser hijo de actores, no le dio una oportunidad a la interpretación hasta su último año en la universidad, y solo porque creía que podía servir de remedio para curar su timidez. Poco sabía que iba a descubrir una de las pasiones de su vida. Nacido y criado en Chicago, se mudó a Los Angeles buscando trabajo como actor a los 22 años. Sin embargo, solo conseguía roles pasajeros como figurante o extra, sin ningun tipo de crédito oficial. No fue hasta 1967, a los 25 años, que obtuvo su primer rol acreditado en el western La cabalgada de los malditos protagonizado por Glenn Ford. No obstante, el éxito no llegaba.

Apareció en series, programas de televisión y algunas películas, pero no terminaba de destacar. Es más, el jefe de Columbia Pictures pensaba que no tenía futuro alguno en Hollywood y esta inestabilidad constante era un gran problema al estar casado con Mary Marquart y ser padre de dos hijos a los que debían cuidar, vestir y alimentar, Benjamin (1966) y Willard (1969). Así que, sin más remedio, decidió buscarse otra salida laboral aprendiendo el oficio de carpintero. “Con la carpintería alimenté a mi familia y comencé a elegir entre los roles que me ofrecían” dijo en una ocasión (vía Peter Weir Cave, 1986). De esta manera podía mantenerse económicamente hasta que aparecieran producciones más interesantes. “Pero nunca renuncié a mi ambición de ser actor. Estaba frustrado pero nunca me sentí derrotado” sentenció. Sin embargo, no tenía idea de la puerta que abriría precisamente trabajando con la madera.

Y existe una prueba de esta etapa. Se trata de una foto que publicó Sergio Mendes en Facebook en 2015, mostrando a un joven Harrison Ford semidesnudo durante un descanso en la construcción del estudio de grabación del músico brasilero en 1970. “Antes de Han Solo, hubo un gran carpintero llamado Harrison Ford. Y aquí está con su equipo, el día que terminaron de construir mi estudio de grabación en 1970… Gracias Harrison Ford… que la Fuerza te acompañe” escribía la leyenda musical suramericana.

Una de esas oportunidades llegó en 1973 cuando George Lucas lo contrató para un papel menor en su segunda película, American Graffiti, sin embargo, a pesar de recibir buenas críticas y lograr una respuesta abrumadora en taquilla, no fue un trabajo que lo sacó de pobre. Ford terminó de rodar y volvió a la carpintería mientras seguía esperando nuevas ofertas. Ni siquiera cuando Francis Ford Coppola lo contrató en papeles pequeños para La conversación (1974) y Apocalypse Now (1979) pudo dejar a un lado los clavos y el martillo.

Resulta curioso imaginarse el panorama ahora. Harrison Ford, con un rostro reconocible en el mundo entero, ilusionándose con papeles en pantalla para luego volver a trabajar como carpintero, consciente de que así como aparecían oportunidades, también podía no aparecer ninguna. Es decir, después de una década esperando su gran salto en Hollywood, seguía volviendo a la carpintería después de cada proyecto evidenciando que su futuro en Hollywood, al final, no estaba asegurado.

Y es que si bien ya había trabajado con George Lucas, el director jamás pensó en él cuando ideaba el personaje de Han Solo. Y esto es porque el director tenía una regla: no quería repetir con los mismos actores que había contratado previamente porque tenía miedo que el mundo encasillara a Star Wars como una especie de ‘American Graffiti en el espacio’. Pero, en realidad, Harrison Ford tenía un aliado en la industria que cumplió un rol esencial a la hora de crear la casualidad más fortuita de su vida.

Esa persona era el director de casting Fred Roos, quien creía ciegamente en su potencial para convertirse en estrella. De hecho, fue una pieza clave en sus inicios al ser amigo de Francis Ford Coppola, quien curiosamente era el productor de American Graffiti y más tarde lo contrató en La conversación y Apocalypse Now como señalaba previamente. Justamente fue Roos quien insistió a George Lucas que reconsiderara su “regla” y contratara a Harrison Ford para el papel de Han Solo. Y para demostrarle que estaba acertado ideó un plan: contrató al actor para que construyera una puerta en las oficinas de la productora de Coppola, American Zoetrope, en el mismo día y lugar que Lucas había organizado el casting para Star Wars.

Y el plan funcionó, porque cuando Lucas lo vio trabajando allí entre los marcos de las puertas, le pidió que le ayudara con las audiciones de otros actores leyendo el libreto. Pero algo resonó en la mente del cineasta porque a pesar de contar con nombres como Al Pacino, Robert De Niro, James Caan, Jack Nicholson, Kurt Russell y muchos más en su lista, decidió que el papel del arrogante piloto era ideal para Ford. “Estaba trabajando en una entrada elaborada en las oficinas de Francis Ford Coppola, como carpintero, cuando George entró con Richard Dreyfuss, siendo la primera entrevista que tenía para Star Wars. En cierto modo algo resonó en George y, al final, me convertí en Han Solo” dijo Ford en una ocasión (vía Express).

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Harrison alcanzó el éxito inmediato en 1977 con la primera entrega de Star Wars. Ya era un adulto de 35 años y a pesar de cobrar $1.000 a la semana en aquel rodaje, ya no tuvo que volver a la carpintería. Al menos para ganarse la vida, porque sí continuó con el oficio pero construyendo muebles para su vivienda con su segunda esposa, la guionista Melissa Mathison.

Cinco años después llegó el final de la primera trilogía, subiendo su caché a $500.000 como evidencia del éxito que estaba cosechando en la cultura popular de los 80s gracias a Han solo, pero también a En busca del arca perdida con el debut de Indiana Jones en 1981.

Curiosamente, George Lucas quería volver a su regla y no contratar a Ford como Indiana Jones al ser el productor de la historia. Pero Steven Spielberg estaba convencido de que era la mejor opción y logró convencer a su socio una vez que Tom Selleck -el favorito de Lucas- rechazó la oferta a raíz de sus compromisos con la serie Magnum P.I. Es decir, Ford sin dudas terminó rompiendo todos los esquemas de Lucas.

BEVERLY HILLS, CA - 17 DE AGOSTO: Harrison Ford es un actor y productor de cine estadounidense. Obtuvo fama mundial por sus papeles protagónicos como Han Solo en la serie de películas de Star Wars y como el personaje principal de la serie de películas de Indiana Jones. Fotografiado en su casa el 17 de agosto de 1984, era un gran carpintero y hacía mesas y sillas para su casa cuando estaba casado con su segunda esposa, la guionista Melissa Mathison, con quien se casó en marzo de 1983 y vivía en Mandeville Canyon, Beverly Hills, California ( Foto de Paul Harris/Getty Images)

En menos de una década, en 1986, ya ganaba $5 millones por película (La costa mosquito), ganando $25 millones más un porcentaje de la taquilla por su regreso al papel de Han Solo en 2015 con Star Wars: el despertar de la fuerza.

Y lo demás es historia. Se estima que Harrison Ford ha amasado una fortuna valorada en 300 millones de dólares, convirtiéndose en un rostro habitual de nuestra cultura cinematográfica y manteniéndose en el radar del mundo a lo largo de toda su carrera. Incluso ahora que está a punto de cumplir los 80, esperando con ansías su retorno al papel de Indiana Jones con la quinta película que veremos en junio de 2023. Y todo gracias a nunca darse por vencido, sobreviviendo gracias a un oficio que le permitió estar cerca hasta que llegara la oportunidad esperada.

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