Haley, Pence... los republicanos ya piensan en el futuro

Nikki Haley después de terminar su discurso en la convención del partido Republicano desde Washington el 24 de agosto del 2020. Haley asoma como una de las favoritas para asumir la conducción del partido cuando Trump deje la Casa Blanca. (AP Photo/Susan Walsh)

WASHINGTON (AP) — Los republicanos se enfocan actualmente en impulsar la reelección de Donald Trump durante su convención nacional. Pero también en lo que, o en quien, se viene después.

Dejando a un lado los discursos, la propaganda y la teatralidad, se detectan las primeras maniobras con miras al futuro y a los potenciales candidatos a presidente para el 2024.

“Están pasando muchas cosas entre bambalinas”, aseguró el estratega republicano Alex Conant, quien trabajó con la campaña de Marco Rubio en el 2016. Añadió que la puja empezará en serio después de los comicios de noviembre, en los que el electorado decidirá si Trump pasa a la historia como un malentendido que duró solo un término o como el fundador de un nuevo Partido Republicano.

En la convención participan una cantidad de posibles candidatos futuros, sobre todo Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante las Naciones Unidas, que habló el lunes por la noche, y el vicepresidente Mike Pence. También tuvieron o tendrán el escenario para ellos los senadores Tom Cotton y Rick Scott, el secretario de estado Mike Pompeo y Don Trump Jr., hijo del presidente.

Muchos anticipan que en el 2024 se repetirá lo que sucedió en el 2016, en que una cantidad de senadores, gobernadores y figuras del partido se postularon junto a un personaje de la reality TV que pocos tomaron en serio.

Esta vez, “Mike Pence y Nikki Haley son, de lejos, los grandes favoritos”, sostuvo Scott Walker, exgobernador de Wisconsin y quien se postuló en el 2016. “Hay otros, pero nadie está en ese nivel”.

Mucho dependerá de lo que pase con Trump en noviembre. Si pierde, abrirá las puertas a detractores como el gobernador de Maryland Larry Hogan, un moderado que ha expresado alarma ante el manejo que hace Trump de la pandemia del coronavirus y que hace poco escribió un libro y lanzó una iniciativa que promueve “soluciones bipartidistas, de sentido común”.

En el otro extremo está Pence, quien por años ha sido el más fiel soldado de Trump. Sus aliados saben que su futuro político podría depender de que Trump sea reelegido y trabajan denodadamente con ese fin.

Pence ha hecho 73 viajes a más de dos docenas de estados desde octubre. Ha mantenido conversaciones con grupos conservadores y ha dado 152 entrevistas.

Si Trump no gana en noviembre, habrá qué ver cómo afecta eso a Pence y si tiene el carisma o la ascendencia suficientes como para buscar la presidencia por sí solo. Hay quienes dicen que Pence lleva sobre sus hombros toda la carga que pesa sobre Trump, sin arrastrar a todos sus partidarios.

Un nombre que suena mucho es el de Haley, quien logró sobrevivir al gobierno de Trump con su reputación intacta, si no reforzada. Desde su partida, ha tratado de mantener un delicado equilibrio, mostrando cierta independencia del presidente aunque sin provocarlo directamente.

En su discurso del lunes Haley promovió la candidatura de Trump al tiempo que se presentó a los votantes.

“Soy una hija orgullosa de inmigrantes de la India. Vinieron a Estados Unidos y se radicaron en una ciudad pequeña del sur”, expresó. “Mi padre usaba un turbante. Mi madre un sari. Yo era una niña de tez morena en un mundo en blanco y negro”.

Esa historia puede hacerla una candidata atractiva en momentos en que el electorado se rejuvenece y se hace cada vez más diverso. También puede argüir que tiene la experiencia necesaria.

“Sea cual sea el resultado de la elección, los conservadores y los republicanos van a ver en Nikki Haley uno de los mensajeros de su causa más talentosos del país”, afirmó Rob Godfrey, quien fue portavoz de Haley cuando era gobernadora de Carolina del Sur.

Haley ha estado haciendo campaña a favor de varios candidatos republicanos al Senado.

“Está haciendo muchos amigos”, comentó Godfrey.

Este es el tipo de cosas que hacen potenciales candidatos entre bambalinas. Crean contactos, conocen a los donantes, a los dirigentes conservadores y a los líderes de los estados donde se realizan las primeras primarias, y tratan de alcanzar una proyección nacional.

Gane o pierda, el impacto de Trump se seguirá haciendo sentir luego de transformar el partido que moldearon Ronald Reagan y los Bush, para convertirlo en un movimiento nacionalista, populista, movilizado por el resentimiento de los blancos.

El historiador Douglas Brinkley duda que Trump dé un paso al costado cuando deje la Casa Blanca.

“Nunca desaparecerá de la escena”, declaró. “El que pierda no implicaría el fin del fenómeno Trump en la política de Estados Unidos. Y será muy difícil para un republicano conseguir la nominación sin el apoyo de Trump en el 2024”. A menos que Trump tenga tantos problemas legales que pasa a ser un paria.

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Madhani informó desde Chicago. El reportero de la Associated Press Steve Peoples colaboró desde Nueva York.