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Guideon Saar: el hombre fuerte que volvió para plantar cara a Netanyahu

Jerusalén, 11 ene (EFE).- Guideon Saar, el hombre que trató sin éxito de desbancar a Benjamín Netanyahu desde dentro del Likud, lo intentará ahora desde fuera. Y esta vez, según las encuestas, tiene más posibilidades.

Se le esperaba desde 2014, cuando siendo número dos del Likud y uno de los perfiles más populares, presentó su dimisión como ministro de Netanyahu y abandonó la política. Los analistas ya anticipaban que volvería para plantar cara al que ha ocupado durante más años una jefatura de Gobierno en la historia de Israel.

Lo intentó a finales de 2019, desde dentro, en unas primarias que él mismo promovió y en las que se presentó como único rival a Netanyahu. No pudo superar la barrera del 30 % de apoyo pero expuso cierta disensión interna y rompió con la imagen de que el Likud es partido de un solo hombre, el apodado Bibi.

Hijo de un médico argentino y de una profesora israelí, Saar lanzó un órdago un año después, el pasado diciembre, cuando Israel afrontaba la cuarta convocatoria de unas elecciones en dos años para el próximo mes de marzo.

"Ya no puedo apoyar a un Gobierno encabezado por Netanyahu, ni puedo ser miembro de un Likud liderado por él", declaró durante la presentación de su nueva formación "Nueva esperanza", creada con la única prioridad de desplazar al actual primer ministro.

Y advirtió: "Quien quiera que Netanyahu siga siendo primer ministro no debe votar por mí, porque bajo ninguna circunstancia lo apoyaré".

Nacido en Tel Aviv en 1966 y militante desde la adolescencia en organizaciones derechistas, se licenció en Ciencias Políticas y más tarde en Derecho, y con 32 años fue nombrado secretario del Gabinete del primer gobierno de Bibi (Netanyahu).

Saar mantuvo esta posición con el Gobierno de Ariel Sharón durante la Segunda Intifada (levantamiento palestino entre 2000-2005) y se le designó como líder de la delegación israelí enviada a Naciones Unidas, encargada de evitar el establecimiento de un comité internacional para investigar la polémica Operación Escudo Defensivo (2002) del Ejército israelí en Cisjordania, con alto coste humano.

Como diputado ha promovido más de 30 proyectos de ley, varios de los cuales incluyeron reformas en la judicatura, y en 2009 asumió la cartera de Educación, desde la que promovió por primera vez excursiones escolares a colonias israelíes y estableció la Universidad de Ariel, la primera en territorio ocupado.

Como ministro de Interior desde 2013, Saar era ya uno de los políticos más populares y hombre fuerte de la formación: en 2008 y 2012 fue elegido como cabeza de lista de candidatos en las primarias del Likud para el Parlamento israelí (Knéset).

Los rumores sobre sus desavenencias con el primer ministro aumentaron cuando dejó la cartera de Interior en 2014, para darse un respiro en la política y centrarse en su familia, su mujer y cuatro hijos.

Durante los cuatro años de retirada, sirvió como asesor legal y profesor y trabajó como investigador en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel (INSS), hasta que volvió a la política con claras intenciones de desbancar a Netanyahu, ya tocado por la sombra de la corrupción y el juicio que afronta por fraude, cohecho y abuso de confianza.

Tras las primarias de 2019, Netanyahu le dejó sin cartera en el último Gobierno de unidad de mayo: un castigo por retarlo, interpretó la opinión pública.

El Likud "se ha convertido en una herramienta, un recipiente para servir los intereses personales de quien está a la cabeza, incluso aquellos intereses relacionados con sus cargos delictivos", señaló Saar el mes pasado.

Por ello, reprochó, la formación ha perdido "los valores y la idea que ha sido reemplazada por la adulación y la futilidad rayana en un culto a la personalidad, de un hombre de carne y hueso".

En cuestiones domésticas, Saar insiste en resolver la crisis social y económica y en la reforma judicial. En la cuestión palestina, no se ha diferenciado de la línea ideológica de Netanyahu, y ha defendido la anexión del Valle del Jordán y de las colonias judías en Cisjordania ocupada.Considera que la solución de dos estados es "una ilusión".

Este político, con más de dos décadas de experiencia en altos cargos, ha conseguido llevarse a diputados de peso del Likud y posicionarse como la segunda fuerza en intención de voto, con capacidad de negociación entre los aliados tradiciones de Netanyahu.

A su favor, ha conseguido agarrar el timón y navegar en la ola del sentimiento anti-Netanyahu que se ha instalado en la campaña política; en su contra que, precisamente por ello, su candidatura termine por arrastrar más votos del resto formaciones que de quien, según las encuestas, sigue siendo el capitán del barco.

Laura Fernández Palomo

(c) Agencia EFE