La guerra contra Ucrania vuelve a poner en el mapa a Moldavia

Bucarest, 2 mar (EFE).- El responsable de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, viajó este miércoles a Chisinau, Moldavia, para ofrecer apoyo a esta república exsoviética ante las consecuencias que podría tener la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Moldavia, el país más pobre de Europa, comparte frontera con Ucrania y alberga desde principios de la década de 1990 en su territorio una "república" de facto separatista alineada con Moscú y protegida por soldados rusos conocida como Transnistria.

Según alertó el Gobierno francés la semana pasada, Moldavia podría ser el próximo objetivo del presidente ruso, Vladímir Putin.

Y, en una reciente aparición pública, el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, señalaba sobre un mapa de Ucrania en el que Transnistria aparece como posible objetivo ruso.

En estas circunstancias se produjo hoy la visita de Borrell, que le prometió a la presidenta moldava, la proeuropea Maia Sandu, apoyo económico y material para atender el alud de refugiados ucranianos.

CIBERSEGURIDAD Y DESINFORMACIÓN

Durante una rueda de prensa con Sandu, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE) explicó que una misión de expertos se encuentra en Chisinau para establecer las necesidades del país en materia de ciberseguridad.

Desde que Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea en 2014, se produjeron numerosos ataques cibernéticos contra Kiev, supuestamente perpetrados por encargo de Moscú.

Estas amenazas son, junto a la desinformación, uno de los elementos que más preocupan a la UE, por lo que Borrell subrayó hoy la necesidad de ayudar a Moldavia a combatir las noticias falsas.

"La desinformación se ha convertido en una guerra en sí misma y es un componente activo de lo que ocurre en Ucrania", dijo el alto representante, dispuesto a apoyar a Moldavia en sus esfuerzos para garantizar el acceso de sus ciudadanos a información veraz.

CAMPO DE BATALLA DE LA NUEVA GUERRA FRÍA

Con una importante población rusófona y una oposición que no esconde su sintonía con el Kremlin, Moldavia es uno de los países que se debate entre permanecer en la esfera de influencia de Moscú y acercarse a Europa.

Tras su reunión con Borrell, Sandu reafirmó su apuesta inequívoca por lo segundo: "Tenemos la obligación de hacer todo lo posible para que Moldavia siga siendo parte del mundo libre", dijo.

Al mismo tiempo, no ocultó su preocupación sobre cómo la invasión de Ucrania puede afectar al futuro de su país.

"Moldavia ha demostrado muchas veces que se merece una perspectiva clara y un futuro junto a los Estados europeos", dijo Sandu, que espera "un avance rápido por esta vía".

"Apoyando las aspiraciones europeas de nuestros ciudadanos, la UE puede demostrar en Moldavia la fuerza de la democracia y la libertad", dijo la mandataria, que llegó al poder a finales de 2020 y ha sido alabada por los Gobiernos occidentales por su programa anticorrupción y su agenda de reformas.

ENTRE EL MIEDO Y LA ESPERANZA

La violenta invasión rusa de Ucrania ha provocado inquietud en un país pequeño y sin fuerza militar. Pero la crisis también ha puesto en el mapa a Moldavia.

Sandu se entrevistó en los últimos días con los principales líderes occidentales y el terremoto que vive la región podría abrir la puerta a un proceso acelerado de integración para Moldavia, cuyo horizonte parecía hasta ahora muy lejano.

"Si Ucrania resiste y sobrevive como Estado soberano podríamos entrar con ellos", aseguró el experto en política exterior Iulian Fruntasu, antiguo embajador moldavo en Londres.

Aludió a otra opción, aunque "menos probable": que Moldavia acceda a la UE mediante una "reunificación" con Rumanía, país con el que comparte la lengua y al que perteneció como provincia en la época de entreguerras.

Para ello, dijo Fruntasu por teléfono a Efe en Bucarest, el país debería renunciar a Transinstria, un precio que no parece demasiado alto si llevara a conseguir la adhesión a la UE.

TRANSNISTRIA COMO PRECEDENTE

El exdiplomático recordó que la histórica visita de Borrell se produce justo en el 30 aniversario del inicio de la Guerra del Nistru, en el que las fuerzas prorrusas de Transnistria se rebelaron contra el Estado recién proclamado de Moldavia.

El conflicto llevó a una situación como la que ahora viven también Ucrania, con las entidades prorrusas del Donbás, y Georgia, con las regiones rebeldes sostenidas por Moscú de Osetia del Sur y Abjasia.

"Entonces nadie nos apoyó y los rusos han ido subiendo la apuesta: Georgia, Crimea, Donbás y ahora la guerra total con Ucrania", dijo Fruntasu.

"A los dictadores militaristas hay que pararles pronto o siempre aparecerá un nuevo Hitler en el continente europeo", añade el exdiplomático.

Marcel Gascón

(c) Agencia EFE