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La guerra en Ucrania empuja a Moldavía hacia Occidente

Kiev, 3 jun (EFE).- La resistencia ucraniana a la invasión rusa ha ayudado a la ex república soviética de Moldavia a pasar de ser una zona tapón entre Rusia y Occidente a acercarse con paso firme a la Unión Europea (UE) y acoger esta semana una cumbre histórica que reunió en su territorio a los principales líderes del continente.

“La cumbre nos muestra que Moldavia es aceptada como parte de Europa y del mundo occidental”, dice a EFE Víctor Ciobanu, un influyente analista moldavo que tiene un programa de televisión semanal en lengua rusa para contrarrestar la propaganda del Kremlin entre la audiencia rusófona de Moldavia.

Este veterano comentarista formado en la antigua URSS ve “un cambio total de paradigma” en la percepción europea de los países post-soviéticos del continente, provocado por la invasión militar rusa y el desarrollo de la guerra en Ucrania.

“Hasta hace poco había un consenso entre los grandes poderes de que éramos lo que llamó (el consejero de seguridad estadounidense Zbigniew) Brzezinski un cordón sanitario; de alguna forma nos habíamos consolado con la idea de que nuestro destino era ser una zona tapón entre el Este y el Oeste”, explica Ciobanu.

TODO CAMBIÓ EL 24-F

Todo cambió, continúa el analista, el 24 de febrero del año pasado, cuando la agresión militar rusa contra Ucrania dejó claro que ya no cabía la opción de la ambigüedad para Moldavia.

Tras unas primeras semanas de pánico a que Rusia se hiciera con el puerto ucraniano de Odesa, a menos de 200 kilómetros de la capital moldava, y abriera un corredor terrestre hasta el enclave separatista prorruso de Transnistria, en territorio de Moldavia, los moldavos pro-occidentales respiraron tranquilos al ver que Ucrania resistía.

“Ucrania es vista hoy de manera inequívoca como una cabeza de puente del mundo occidental que defiende a Europa de los rusos”, señala Ciobanu.

Este nuevo papel ha acercado a la UE y a la OTAN a Kiev, pero también a Moldavia, que el año pasado recibió el estatuto de país candidato al club comunitario europeo junto con Ucrania y nunca había recibido tanto apoyo económico, político e incluso militar de Bruselas y los Estados miembros.

“Geográficamente, Moldavia está entre Rumanía, que ya es miembro de la OTAN, y Ucrania”, dice el analista, que subraya la protección que esto supone para su país frente a las aspiraciones de Moscú de reintegrar el territorio moldavo al su imperio.

“Asistimos a un corrimiento de las fronteras, a un proceso histórico en que las zonas tampón desaparecen y Moldavia y Ucrania se han convertido ya en parte de Europa”, afirma Ciobanu sobre los cambios que llevaron a que el pueblo moldavo de Bulboaca, donde se organizó la cumbre, fuera este jueves la capital política de Europa.

EL PROBLEMA DE TRANSNISTRIA

El fracaso de Rusia a la hora de tomar Odesa también ha desactivado en gran medida la amenaza que para Moldavia suponía la presencia del contingente de tropas rusas heredero del que declaró la independencia de facto de la zona cuando Moldavia se declaró la secesión de la URSS a principios de la década de 1990.

Con Ucrania impidiéndole el acceso por tierra o aire a Transnistria, Moscú es incapaz de reforzar a unas tropas demasiado poco numerosas y mal entrenadas para abrir otro frente y crear un problema real a Chisinau o a Kiev.

Por otra parte, el creciente aislamiento ruso aleja de sus jefes en Moscú a una oligarquía transnistria menos interesada en cuestiones ideológicas que en el comercio con Ucrania, Moldavia y la UE.

La cuestión transnistria apareció en la cumbre de la Comunidad Política Europea celebrada esta semana en Moldavia. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, volvió a ofrecer de manera velada ayuda para resolver por lo militar el problema: “Ucrania puede reaccionar y ayudar sólo si existe una petición de las autoridades” moldavas.

Zelenski también expresó su confianza en que una victoria ucraniana sobre Rusia servirá para desencallar este conflicto enquistado.

por Marcel Gascón

(c) Agencia EFE