La guerra del fútbol: la sanción de la UEFA al Manchester City y el contraataque que se avecina desde Abu Dhabi

Más de cincuenta mil hinchas se pondrán de espaldas apenas suene el himno de la Champions. Y las pancartas dominarán el estadio. Manchester City anuncia su gran protesta contra la UEFA cuando reciba a Real Madrid el 17 de marzo en el Etihad. Pero eso no será nada. La familia real de Abu Dhabi, propietaria del segundo club financieramente más poderoso del fútbol, dueña de un megayate de 600 millones de dólares, dos tercios de Titanic protegidos con defensa antimisiles, calificó de "terroristas" y encarceló a un grupo de 160 intelectuales que en 2011 pidió tímidamente por carta modestas reformas democráticas. Un régimen que "desafía" embargos de armas de la ONU difícilmente se sienta "intimidado" ante la acusación de violar el Fair Play Financiero (FPF) del fútbol. Sus abogados y contadores, afirma la prensa inglesa, están acumulando "evidencia inflamatoria contra otros clubes". Previsión para "una pelea épica" que podría "destruir al fútbol tal como lo conocemos". "Pagaremos 30 millones de euros a los cincuenta mejores abogados del mundo". Diez años de litigios. Otro de los correos privados amenazaba peor: "Destruir a toda la organización en cuestión de semanas".

El equipo del Kun Agüero está furioso por la sanción de dos años sin Champions y multa de 30 millones de euros que le impuso la UEFA. Se pregunta por qué no fue sancionado el PSG, el otro club-Estado también inflado por petrodólares, pero más amigos, de Qatar, sede del Mundial 2022. Manchester City cree que las viejas élites del fútbol no soportan la irrupción de los "nuevos ricos". Sus fanáticos despotrican contra Alexander Ceferin, presidente esloveno de la UEFA. Afirman que la sanción busca provocar la partida de Pep Guardiola, que ya avisó que seguirá aunque el City sea descendido a Segunda. Pep es un viejo sueño de Andrea Agnelli, presidente de Juventus. Ceferin es el padrino de su pequeña hija. Son buenos amigos en un negocio dominado por la tensión desde que la UEFA anunció un nuevo formato de Champions y la FIFA su Mundial de Clubes.FIFA y UEFA, dicen algunos clubes, "deberían limitarse a su rol de reguladores, no competidores de nuestros propios torneos". Según The New York Times, se trata de "superclubes extravagantemente ricos que tampoco soportan que otro les diga cómo deben gastar su dinero". Antes que el City, la UEFA sancionó al Milan hoy en manos del omnipotente "Mr Fondo Buitre" Paul Singer. Curioso que, en medio de tanto tiburón, el nuevo escándalo haya sido provocado por un estudiante de historia y anticuario que, en el momento del estallido, tenía 27 años y unos pocos euros en su cuenta corriente.

Rui Pedro Gonçalves Pinto, que pasó la niñez frente a una computadora, cuenta que se indignó en 2015 con el escándalo de corrupción del FIFAGate y por el fútbol desigual, sin chances para su querido Porto, que, sin dinero, se entregaba a Doyen, un fondo de inversión kazajo. Rui Pinto se apoderó de miles de correos internos que descubrían la mugre de comisiones, dobles contratos, cuentas ilegales y agentes que se convertían en dueños no declarados de los jugadores. "El deporte que tanto amamos está podrido. Es hora de decir basta", decía el correo que envió al diario portugués Record el 29 de septiembre de 2015 bajo el título "Bienvenido a Football Leaks" y alojado por LiveJournal, un servicio de blogs ruso.

Primero fueron Porto y Doyen. Pero luego el más poderoso Benfica. Y Olympique de Marsella. Y el holandés Twente, cuyo presidente debió renunciar. La revista alemana Der Spiegel recibió 88 millones de documentos, una filtración casi el doble de los Papeles de Panamá, sesenta veces mayor que la de Edward Snowden. Der Spiegel se asoció con otros siete medios europeos. En España, el diario El Mundo fue demandado después de publicar contratos privados de Real Madrid y, peor aún, tras revelar la acusación de violación contra Cristiano Ronaldo en un hotel de Las Vegas. También apareció la Fundación Leo Messi. Y Manchester City. El club que enviaba CEOS a Sudamérica a pontificar sobre el fútbol-empresa.

Las filtraciones de Rui Pinto permitieron recuperar cerca de 35 millones de euros y abrir procesos de evasión fiscal contra clubes y jugadores consagrados. Y eso que la justicia procesó apenas una quinta parte de los documentos. Su última y más reciente filtración desnudó a Isabel dos Santos, la mujer más rica de Africa, acusada en Angola de malversar más de 1000 millones de dólares. Pero revelar delitos financieros no es gratis. Los hackers o soplones pueden ser "denunciantes" o "delincuentes". Depende a quién denuncien. Rui Pinto es acusado de 90 cargos, incluidos cibercrimen y extorsión. Afronta una posible pena máxima de 25 años. Permaneció primero seis meses aislado. Pasó casi medio centenar de interrogatorios. No ve a los otros presos y lee sobre espionaje en la Segunda Guerra Mundial. Este sábado, cuando se cumpla un año de su prisión preventiva, sus defensores -consorcios de periodistas de investigación, ONGs, abogados- volverán a reclamar su libertad en Lisboa. Lo defiende William Bourdon, abogado de Snowden, quien llegaría desde Rusia para apoyarlo cuando comience el juicio. "Los denunciantes como Snowden o como Rui Pinto son los más peligrosos, porque -como dice Bourdon- pueden venir de la nada".