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La guerra Sánchez-Ayuso también tiene un clon invertido en Reino Unido entre Johnson y el alcalde de Manchester

La segunda ola de coronavirus está golpeando con fuerza a las sociedades europeas y países como Reino Unido, España, Francia o Alemania están experimentando récords de contagios en los últimos días. Las medidas a aplicar en las zonas más afectadas también están provocando momentos de tensión entre las autoridades.

Pasó en Madrid (España), con el enfrentamiento entre la Comunidad y el Gobierno central sobre cómo contener la pandemia, y ahora está ocurriendo en Gran Manchester, donde el alcalde se opone a las duras restricciones que ha impuesto el Gobierno de Boris Johnson en la región. Las similitudes entre ambos situaciones son claras salvo por una salvedad: mientras que en España un Ejecutivo de izquierdas ha impuesto su criterio a una autoridad regional de derechas; en Reino Unido ha ocurrido completamente al revés.

Boris Johnson y Andy Burnham en una imagen de 2019. (Lorne Campbell/Pool via REUTERS)
Boris Johnson y Andy Burnham en una imagen de 2019. (Lorne Campbell/Pool via REUTERS)

Desde principios de septiembre los casos en suelo británico han subido sin cesar, superándose el 20 de octubre los 21.000 nuevos contagiados y los 200 fallecidos. Unas cifras disparadas, especialmente en el norte del país, que obligan a tomar medidas.

En regiones como Merseyside, cuya capital es Liverpool, con casi 600 casos por cada 100.000 habitantes ya se habían aplicado restricciones de tipo 3, las más duras para frenar los contagios. Sin embargo, ha sido con la inclusión de Gran Manchester, un área vasta que comprende diez municipios metropolitanos y tiene una población de casi 3 millones de personas la que ha desatado la guerra en el país.

Y es que su alcalde, Andy Burnham, se ha mostrado en desacuerdo con la aplicación de las medidas restrictivas. Ya hace unos días, cuando se empezaba a hablar de esa posibilidad mostró su rechazo afirmando que el norte del país “no sería un conejillo de indias” y reclamando un cierre nacional como única solución para controlar los contagios.

"Tenemos que proteger la salud de la nación, pero hagámoslo como una nación y no solo el norte de Inglaterra como el conejillo de indias de una política mal pensada de Downing Street que no tiene sentido en el mundo real", afirmó el regidor.

Cabe recordar en este sentido que el Gobierno de la Comunidad de Madrid también rechazó el cierre de la región y exigió al Ejecutivo nacional una serie de indicadores comunes para todo el país (más de 500 casos de incidencia acumulada a 14 días, 10% de las PCR positivas y una ocupación de camas UCI superior al 35%). Finalmente ante la falta de acuerdo entre ambos interlocutores, el Gobierno de Pedro Sánchez terminó imponiendo el estado de alarma en la capital y otros municipios de la región.

Tras el rechazo público de Burnham a estas restricciones, empezó una partida de ajedrez entre ambas instituciones con el objetivo de pactar las condiciones, pero al igual que en Madrid no ha habido acuerdo y el Gobierno central ha terminado aplicando las medidas a la fuerza.

Las de tipo 3 se caracterizan por el cierre completo de pubs y bares (a no ser que puedan ofrecer sus servicios como restaurantes), la prohibición de reuniones en los hogares (amigos y familiares sí que pueden reunirse para dar un paseo) o la recomendación encarecida de evitar entrar o salir en el área afectada. Otro tipo de negocios como casas de apuestas también deben cerrar sus puertas.

Manchester tras la imposición de las restricciones de tipo 3. (Photo by Christopher Furlong/Getty Images)
Manchester tras la imposición de las restricciones de tipo 3. (Photo by Christopher Furlong/Getty Images)

La fuente del problema

En los últimos días, el caballo de batalla estaba en el paquete de ayudas para trabajadores y empresas que se vieran perjudicados por el cierre de sus negocios. La ardua negociación, que duró 10 días, tuvo un final amargo por apenas 5 millones de libras, lo que representa 1,78 libras por cada residente.

Mientras que el Gobierno de Johnson ofrecía 60 millones de libras en ayudas, la última oferta de Burnham se quedó en los 65, después de haber bajado desde los 90 millones iniciales. La propuesta de 75 tampoco cayó en saco rato, ya que el Ejecutivo no aumentó su oferta en ningún momento, por lo que se ha producido un cruce de reproches entre ambas instituciones, culpándose de la falta de acuerdo.

Aunque las restricciones ya se han aplicado, Downing Street ha dejado claro que su oferta sigue encima de la mesa. Conviene señalar que dos regiones vecinas, Merseyside y Lancashire, ya estaban previamente en el nivel 3 y habían recibido unas 20 libras por residente, que llevándolo al caso de Gran Manchester se correspondería con unos 56 millones de libras, una cifra similar a la ofrecida por Johnson. Dentro de esos 60 millones, 22 están destinados a la salud pública e incluyen pruebas, rastreo y aislamiento de personas contagiadas por coronavirus.

Por su parte Burnham, con el apoyo de otros líderes regionales, recuerda que los 90 millones apenas representarían el coste de un 80% de los permisos y planes de autónomos, por lo que los 60 millones solo alcanzarían un 66% de lo solicitado.

Así pues la tensión se mantiene entre las instituciones y muestra que lo ocurrido en Madrid apenas un par de semanas antes no es un hecho aislado. Reino Unido y España también comparten el haber sido los dos países europeos más afectados por la pandemia en la primera ola y liderar las cifras de contagios en la segunda junto con Francia. Habrá que ver cómo evoluciona la situación.

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