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Qué es el oro sucio (y cuando exportar excremento puede generar millones a un país)

Los excrementos de las aves que cubren una veintena de islas en Perú se pueden convertir en millones de dólares. Se trata del guano, un reconocido abono orgánico que ya se comercializaba en 1840

Los excrementos de aves como el guanay, el piquero, el alcatraz y el pelícano forman el guano, el abono que Perú vende como abono (Foto: Reuters / Enrique Castro-Mendivil)
Los excrementos de aves como el guanay, el piquero, el alcatraz y el pelícano forman el guano, el abono que Perú vende como abono (Foto: Reuters / Enrique Castro-Mendivil)

Un kilo de excremento puede costar hasta 10 euros en Europa. Bueno, no de cualquier tipo. Se trata del guano, heces de aves, focas marinas y murciélagos, que son ricas en minerales y perfectas para el abono orgánico. En Perú existen islotes enteros repletos de este desperdicio natural, que ahora buscan impulsar para convertirlo en un negocio rentable.

La idea no es nueva. Perú ganó gran fama internacional a inicios de su vida republicana justo por sus reservas de guano. Los primeros datos oficiales sobre los que se tiene registro en la industria datan de 1841 cuando, según un informe del Banco Central de Perú, se exportaron 8.085 toneladas de guano. El pico más alto se logró en 1870, cuando el país logró colocar en el extranjero poco más de 728 mil toneladas de este abono.

Tan importante fue entonces la exportación de excrementos, que los historiadores le pusieron a Perú el mote de “la república del guano” justo entre 1842 y 1979. Hay registros que afirman que durante esa etapa se vivieron al menos dos guerras por el control de la veintena de islas peruanas donde se genera este rico abono, pues España, Chile y Estados Unidos querían apropiarse de esos espacios.

El guano –que en idioma quechua se escribe Wánu, traducido como abono– es reconocido por su concentración elevada de nitrógeno, fósforo y potasio. Estos componentes ayudan a nutrir los suelos, aumentando la presencia de microorganismos y mejorando las condiciones para que las plantas se enraícen y crezcan.

El oro sucio

La explotación descontrolada del guano –así como el posterior cambio climático- acabó con una industria con mucho potencial. Se estima que cuando se comenzó la extracción de estos desechos en el siglo XIX, los excrementos en las islas peruanas se alzaban sobre los 50 metros de espesor, pero en la actualidad no pasan de 30 centímetros. La consecuencia es directa en el número de aves que también disminuyó, pues la población descendió de los 30 millones hasta 3 millones en la actualidad.

Perú aspira a recolectar este año más de 100 mil toneladas de guano, a niveles de su producción de finales de la década de 1840 (Foto: Reuters / Pilar Olivares)
Perú aspira a recolectar este año más de 100 mil toneladas de guano, a niveles de su producción de finales de la década de 1840 (Foto: Reuters / Pilar Olivares)

En 2020 el gobierno peruano reportó la comercialización de 14,144 toneladas de guano, lo que se tradujo en una ganancia de casi 18 millones de soles (unos 4 millones de dólares), según datos divulgados por la estatal Agencia Peruana de Noticias. A la fecha, solo 40% de la producción se está exportando.

Perú quiere reimpulsar la industria. Mucho más ahora que el guano fue avalado en mayo de 2021 como un producto orgánico por la CAAE, organismo internacional –acreditado por el Departamento de Agricultura de EEUU– que otorga estos certificados a escala internacional.

En 2020 desplegaron a guardacostas para luchar contra dos fenómenos: enfrentar la pesca no autorizada, que ahuyenta de la zona a las aves –principalmente el guanay, el piquero, el alcatraz y el pelícano- para que no se coman los peces; y la extracción ilegal del guano, que busca comercializar el producto a través del mercado negro.

Un trabajador camnina alrededor de bolsas de guano en las isla Ballestas de Perú /REUTERS/Pilar Olivares
Un trabajador camnina alrededor de bolsas de guano en las isla Ballestas de Perú /REUTERS/Pilar Olivares

¿Por qué es tan bueno?

“Su potencia se debe principalmente a dos factores, la buena alimentación de las aves guaneras, que consumen anchoveta (un pequeño pez con alto valor nutricional), y el tiempo de maduración del guano, que es recogido después de 5 a 7 años de permanencia en las islas”, asegura un reportaje publicado por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Perú. Trabajar con este tipo de abono le permite al productor obtener directamente el certificado de una cosecha orgánica, con lo que su producción se vuelve más competitiva en el mercado.

En Tailandia el guano se produce en las cuevas a través de los excrementos de murciélagos (Foto: Reuters/Sukree Sukplang)
En Tailandia el guano se produce en las cuevas a través de los excrementos de murciélagos (Foto: Reuters/Sukree Sukplang)

Además, en el caso de la industria del cannabis, prefieren el guano que se obtiene de los excrementos de murciélago, que se encuentran con más facilidad en cuevas de Madagascar e Indonesia. Un reportaje publicado por Dina-fem, un banco que comercializa semillas a escala internacional, afirma que además de las bondades minerales, las heces de estos mamíferos nocturnos tienen bajos niveles de sal, una cualidad positiva que evita que las plantas se quemen por el exceso de abono.

El ministro de Agricultura de Desarrollo Agrario y Riego de Perú, Óscar Zea, puso este año la vara alta para la industria. Tienen como reto extraer más de 100 mil toneladas de guano de las islas en 2022, lo que los ubicaría al nivel de “producción” que registraba el país en 1848.

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