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Un grave accidente la ayudó a fundar un negocio millonario que ayuda a mujeres

Susanne Najafi
Susanne estuvo hospitalizada por varias semanas.

Un accidente decidiría el resto de su vida.

Cuando Susanne Najafi hacía esquí en unas laderas de Suecia en 2009, se cayó y se rompió el cuello.

"Estaba tratando de levantarme, pero me di cuenta de que no podía mover los brazos. Fue entonces cuando me di cuenta de que era un poco más serio", relata.

"El médico me dijo que había estado a un milímetro de cortarme el nervio de la columna vertebral. Al final fui muy, muy afortunada", dice.

Tuvo que pasar meses de recuperación con un collarín ortopédico, pero la perspectiva de la joven de 28 años era positiva.

"Pensé: 'vaya, me dieron otra oportunidad'. Para mí, este fue un punto de inflexión. Me di cuenta de que la vida es demasiado corta para no seguir tu camino o no hacer las cosas que te apasionan".

Entonces, esta mujer sueca decidió abandonar una prometedora carrera de marketing con el gigante de bienes de consumo Procter & Gamble.

"Renuncié a mi trabajo y comencé a escribir muchos proyectos. Entonces pensé comenzar un negocio de comercio electrónico, porque sé mucho sobre productos de consumo y datos'", señala.

En un lapso de cuatro años, comenzó a dirigir una empresa sueca de productos de belleza que facturó US$13,4 millones y hoy es copropietaria de la exitosa firma de inversiones.

Camino al éxito

Nacida en Suecia, Susanne Najafi pasó sus primeros años en Rinkeby, un barrio de inmigrantes en la capital del país, Estocolmo.

Sus padres se habían mudado allí desde Irán, después de la revolución de ese país en 1979.

La joven recuerda las carreras con su padre cuando era niña.

Fotografía de una joven Susanne Najafi con su familia
Los padres de Susanne Najafi se refugiaron en Suecia después de la Revolución islámica.

"Corría como Usain Bolt, a pesar de que tenía 35 años y yo 5. Cuando llegaba a la meta antes que yo, decía: 'No obtendrás nada gratis, ganarás cuando ganes realmente'".

"Eso despertó un lado muy competitivo en mí".

Su primer contacto con el espíritu empresarial se produjo durante una pasantía con la marca de cosméticos sueca Oriflame, mientras estudiaba en la Escuela de Economía de Estocolmo.

Ansiosa por explorar sus raíces iraníes, a los 23 años pasó casi un año en Teherán, estableciendo una filial.

Armada simplemente con una "lista de tareas", Najafi dice que se dio cuenta de que comenzar una empresa "no era más difícil ni más grande que eso".

Primeros intentos como empresaria

Después de cuatro años en Procter & Gamble, y luego del accidente, sus primeros negocios comerciales incluyeron una compañía de perfumes y una marca de cuidado del cabello, pero pronto quiso tener algo más.

Al vender su departamento para recaudar fondos, sus otras empresas incluyeron una compañía de lentes de contacto y una firma de joyería impresa en 3D.

Mientras jugaba al póker, Najafi conoció a sus primeros grandes inversores.

Ganó juegos en torneos para inversores y nuevas empresas tecnológicas, lo que ayudó a elevar su perfil.

Susanne Najafi
Actualmente Susanne Najafi es conferencista de varios eventos.

Sin embargo, no todas sus primeras empresas tuvieron éxito, como un negocio de farmacia.

"El momento fue incorrecto. Todo lo que no debería suceder, sucedió", admite.

"Durante esos años, en realidad comencé siete compañías. Muchas de ellas fracasaron. A algunas de ellas les fue muy bien".

Una empresa de mujeres

Para 2012, su negocio principal era Unity Beauty Group, que tuvo una "expansión agresiva".

Compró la cadena de belleza Parelle, lanzó una tienda digital y un año después la fusionó con la plataforma de belleza en línea Eleven.

Con una facturación combinada de 130 millones de coronas suecas (unos US$13 millones), las cosas se movieron rápidamente: abrió una nueva tienda y, un par de años después, el número de empleados aumentó a 30.

Luego, en 2015, Najafi vendió su parte en la empresa, con el objetivo de convertirse en inversionista en varias compañías.

Sara Wimmercranz y Susanne Najafi
Susanne Najafi dirige Backing Minds junto a Sara Wimmercranz.

Un año después, lanzó su firma de inversión, Backing Minds, junto con su socia comercial Sara Wimmercranz, fundadora del minorista de calzado en línea sueco Footway.

Cuando ambas se conocieron hace una década, también jugando al póker, se enteraron de que estaban entre las pocas mujeres que aseguraban la inversión en el país.

Esto suscitó una mirada más cercana a las estadísticas sobre quién recibe fondos y quién no.

"Fue entonces cuando nació la idea de Backing Minds", dice Susanne.

La compañía, como la primera empresa de capital de riesgo fundada por mujeres en los países nórdicos, ha sido pionera en su campo.

"En Suecia es más común llamarse Johan o Hendrik que ser mujer en el capital de riesgo", dice Najafi.

Sesgo de género

Un informe del año pasado destacó el alcance del problema del sesgo de género no solo en Suecia, sino en toda la región nórdica.

De acuerdo con el documento, de los US$2.200 millones de capital de riesgo invertido en países nórdicos en 2018, el 87,5% se destinó a nuevas empresas creadas por hombres.

Mientras, un 10,5% fue a equipos de género mixto y solo el 1% a mujeres.

Najafi agrega que si bien las tres cuartas partes de las empresas suecas se encuentran fuera de Estocolmo, obtienen "menos del 8% de la inversión".

An x-ray of Susanne Najafi's broken neck
La joven vio en el accidente una nueva oportunidad.

Mientras tanto, creadores de empresas con ancestros inmigrantes reciben solo "una fracción".

"En lugar de ver esto como un problema, pensamos: 'esta es una gran oportunidad de negocio'", indica.

Backing Minds ha respaldado hasta ahora a ocho empresas.

Una es la compañía de transferencia de dinero Transfer Galaxy, con sede en Vivalla, una comunidad mayoritariamente inmigrante en el oeste de Suecia.

El equipo había lanzado su propuesta - sin éxito- a más de 100 inversores. Ahora envía unos US$10 millones a través de su plataforma cada mes.

Otra firma que Najafi y su equipo han respaldado es un negocio de pruebas de diagnóstico de ADN, Dynamic Code.

"A [la fundadora] le dijeron que era demasiado vieja para comenzar una empresa de tecnología. Tenía 50 años".

Susanne Najafi
Susanne Najafi cree que sin el accidente su vida hubiera sido diferente.

Check Warner es la fundadora de Diversity VC, un grupo de presión con sede en Reino Unido que tiene como objetivo promover y fomentar una mayor diversidad en el sector de inversión.

En su criterio es "muy alentador" ver el trabajo de Backing Minds y otros fondos de inversión, que "existen para buscar y brindar oportunidades a los que quieren empezar una empresa y que de otro modo tendrían dificultades para recaudar dinero de las compañías tradicionales de capital de riesgo".

Susanne Najafi dice que Backing Minds ahora planea expandirse fuera de los países nórdicos a otras partes de Europa.

"Estoy realmente orgullosa de mis éxitos y fracasos, porque me han llevado igualmente a donde estoy".

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