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La batalla de una empresa por desmontar un mito racista que ha descalificado por décadas a la comida china

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La gastronomía china no usa mantequilla ni nata en sus recetas y la cantidad de la leche empleada en los platillos es mínima. También tiene bajos niveles de azúcar y utiliza vegetales muy variados. Sin embargo, su consumo ha sido satanizado por el mundo occidental por el uso de un polémico condimento: el MSG. (Getty Images)

Me encanta la comida china pero llevo 20 años evitándola. El motivo es que estaba convencida de que uno de sus ingredientes eran un factor desencadenante de mis migrañas.

Ahora resulta que no sólo me he privado innecesariamente de deliciosos platillos sino que además he ayudado a propagar y perpetuar un mito racista sin fundamento científico.

Numerosas investigaciones han desestimado la mala fama del glutamato monosódico, también conocido como MSG. Y una en particular, Uptaking Race: Genre, MSG, and Chinese Dinner, desmenuza cómo nuestras preferencias a la hora de comer están influenciadas por nuestro bagaje ideológico y contexto cultural. Y cuando nos rechazamos cierto tipo de alimentos en realidad estamos cayendo en conductas aprendidas con un fuerte trasfondo racista

La empresa japonesa Ajinomoto inició una campaña en 2020 para limpiar la reputación del MSG y demandó al reconocido diccionario Merriam-Webster's y exigió que modifique la referencia sobre el Síndrome del Restaurant Chino por considerarlo “racista y sin basamento científico”.

El diccionario define al Síndrome del Restaurant Chico como “una serie de síntomas (como entumecimiento del cuello, brazos y espalda, con dolor de cabeza, mareos y palpitaciones) que podría afectar a personas susceptibles que ingieren alimentos y, especialmente, comida china muy condimentada con glutamato monosódico".

La académica Jennifer LeMesurier dijo a Inverse que el origen del mito y la manera como se ha tergiversado hasta convertirse en una creencia culinaria tiene sus raíces en la historia japonesa, investigaciones de dudosa procedencia y se manifiesta en la creciente violencia contra los asiáticos desde que comenzó la pandemia del Covid-19.

¿Qué es el MSG?

El glutamato monosódico es la sal de sodio del glutamato, un aminoácido que se forma de manera natural en muchos alimentos y es un elemento indispensable de la proteína en nuestro organismo.

Fue descubierto en las algas marinas kombu en 1908 por el profesor japonés de física química Kikunae Ikeda.

(VIDEO) Los secretos milenarios de la deliciosa comida china

El científico extrajo el aminoácido disuelto en agua y lo neutralizó con hidróxido de sodio para formar MSG. El glutamato solo es amargo, pero el MSG tiene un sabor único que llevó a Ikeda a clasificarlo como un quinto sabor: unami. Hasta entonces los otros 4 gustos conocidos eran: salado, dulce, amargo y ácido.

El MSG se forma de manera natural en alimentos como el tomate, la zanahoria, la cebolla, las patatas, la yema del huevo, el queso, la salsa de soya y las anchoas. También se produce mediante la fermentación de alimentos como la caña de azúcar, la remolacha, las legumbres, los hongos y las algas.

La innovación de Ikeda permitió que el MSG pudiera usarse como condimento en las sopas y guisos como la sal, pero un “juego racista” de algunos médicos y periodistas estadounidenses condenaron su uso en la década de 1960.

Chiste mal interpretado

Todo comenzó con una carta publicada en la Revista Médica de New England en 1968 por el pediatra Ho Man Kwok, en la que exploraba los motivos del entumecimiento de la espalda y el cuello después de comer comida chino-estadounidense.

Aunque el médico no llegó a ninguna conclusión, resaltó que “otros han sugerido que pudiera ser ocasionado por el glutamato monosódico ampliamente usado como condimento en en los restaurantes chino”.

Pero no fue la misiva sino las reacciones lo que comenzó la mala fama del MSG.

Al analizar las respuestas de otros médicos, LeMesurier dijo que algunos escribieron mensajes burlones y hasta poemas, riéndose de la idea de que el MSG fuera dañino.

Pero los periodistas de la época interpretaron los mensajes de manera literal y creyeron que se trataba de una advertencia.

La desinformación sobre el MSG se propagó en un instante y la comunidad científica intentó replicar experimentos con las cantidades consumidas por Kwok.

Pero no se trataba de experimentos controlados en humanos, sino test agresivos como inyectar altas dosis de MSG en la piel o el cerebro de animales, que terminaron dejando secuelas.

Los experimentos continuaron durante décadas. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha mantenido desde 1959 que el glutamato es un condimento que no representa ningún riesgo para la salud si se consume de la manera indicada.

Y en los últimos años, los científicos han estudiado los efectos beneficiosos del MSG, al reemplazar a la sal en algunas golosinas saladas porque tiene un 40% menos de sodio.

Impacto cultural

Pero la penetración del mito ha tenido un efecto importante en los asiáticos-estadoundenses y los migrantes asiáticos.

LeMesurier dijo que las creencias sobre el MSG han moldeado la percepción de Occidente hacia la comida china como algo barato, malsano y hasta sucio. Y lamentablemente esa visión muchas veces se proyecta a las personas que preparan y consumen esos alimentos.

La obsesión cultural del mundo occidental por el bienestar y “la pureza” de los alimentos sólo permite disfrutar de la comida china en los días de excesos, en esos momentos que decidimos saltarnos las reglas comiendo o bebiendo lo indebido o en exceso, LeMesurier.

Creer en el mito del MSG no nos hace ser personas que odiamos a los asiáticos, pero nos coloca en el bando de los que creen que la comida asiática es inferior, más barata y potencialmente más riesgosa.

Y esa percepción está vinculada a la creencia que los descendientes de los asiáticos siguen siendo extranjeros aunque tengan décadas asentados en América y favorece los ataques violentos en contra de la comunidad asiática desde que comenzó la pandemia.

Los expertos sugieren dejar de asociar el MSG con la comida china y recordar que es un aminoácido que se encuentra en cientos de productos.

Entre los alimentos y golosinas que incluyen el MSG en sus recetas están los doritos, las patatas Pringles y la sopa de fideos con pollo Campbell. Las cadenas de comida rápida Kentucky Fried Chicken y Chick-fil-A también lo usan como condimento.

Yo le daré mi voto de confianza a los restaurantes de comida china de Madrid y probaré su menú con nuevos ojos. Y en vez de desconfiar de la salubridad de todos los ingredientes, disfrutaré de sus olores y sabores como lo hago cuando como en establecimiento de comida española o caribeña. Sin prejuicios seguro que el menú me sabrá mucho mejor.

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