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Glencore admitió que pagó sobornos en Venezuela que podrían llegar a la Argentina

La sede de la firma anglo-suiza de materias primas Glencore en Baar, Suiza; la compañía reconoció el pago de sobornos en Venezuela
La sede de la firma anglo-suiza de materias primas Glencore en Baar, Suiza; la compañía reconoció el pago de sobornos en Venezuela

El gigante del comercio de materias primas y la minería, Glencore, admitió que su entramado de corrupción abarcó países de América Latina y África, y se comprometió a pagar hasta US$ 1500 millones en multas en Estados Unidos, el Reino Unido y Brasil.

La operatoria criminal incluyó sus operaciones en Venezuela, donde detalló que pagó sobornos a funcionarios de la petrolera estatal de ese país, PDVSA, como también a ejecutivos de la petrolera estatal, Petrobras. En ambos casos, recurrió a empresas y consultoras como intermediarias.

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Los negocios de Glencore en Venezuela arrastraban sospechas desde hacía más de quince años, incluidas dos de sus ramificaciones que llegan hasta la Argentina. La primera, por el suministro de fuel oil desde Caracas; la segunda, por su intermediación en el suministro de maquinaria agrícola argentina al régimen bolivariano a cambio de combustible.

A lo largo del documento de 27 carillas que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó ante la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, sin embargo, los investigadores no aludieron a la Argentina, ni detallaron los nombres de las firmas y personas involucradas en la trama delictiva. Pero aportó fechas y otras precisiones.

La petrolera estatal Pdvsa disminuyó drásticamente su rendimiento
La petrolera estatal Pdvsa disminuyó drásticamente su rendimiento


La petrolera estatal de Venezuela Pdvsa está involucrada en los sobornos de Glencore

La operatoria delictiva de Glencore en Venezuela, detalló, comenzó “en o alrededor de 2009″ y se extendió “al menos hasta 2016″, a través de una “compañía intermediaria venezolana y otras compañías vinculadas que tenían operaciones comerciales en Estados Unidos”.

Los sobornos en Venzuela, de acuerdo a los investigadores, le permitieron obtener “ventajas indebidas” a Glencore, como el pago preferencial de PDVSA por sus servicios en la compra y venta de combustibles, a cambio de un porcentaje de cada factura. Así, giró casi US$ 1,3 millón a la firma intermediaria y embolsó más de US$ 11,9 millones.

Mediante un comunicado, la multinacional se limitó a anunciar el acuerdo alcanzado con los investigadores, pero evitó dar más precisiones. “Glencore ha resuelto las investigaciones previamente reveladas por las autoridades de Estados Unidos, el Reino Unido y Brasil sobre actividades pasadas en ciertos negocios del Grupo relacionadas con el soborno”, anunció.

LA NACION procuró consultar a Glencore para conocer más sobre sus operaciones delictivas en Venezuela y sus eventuales ramificaciones hacia la Argentina.

Hugo Chávez y Néstor Kirchner firmaron acuerdos con PDVSA
Hugo Chávez y Néstor Kirchner firmaron acuerdos con PDVSA


Hugo Chávez y Néstor Kirchner firmaron acuerdos con PDVSA

En esa trama de negocios entre Caracas, Buenos Aires y Glencore, un ejecutivo resultó clave durante años, Roberto Wellisch, como rostro visible de la firma Palmat International, que intermedió en las operaciones por el suministro de maquinaria agrícola argentina a Venezuela.

Wellisch también intervino en la provisión de fuel oil venezolano a la Argentina como representante en Caracas de Glencore, a la que PDVSA subcontrató para esa operación, acordada por los entonces presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

Historial delictivo

El historial de Glencore abunda en turbulencias desde su origen. La fundó el empresario Marc Rich, quien afrontó acusaciones por corrupción y evasión que lo llevaron a escapar de Estados Unidos e integrar la lista de las diez personas más buscadas por el FBI durante años, hasta que Bill Clinton lo perdonó en 2001, en su último día como presidente.

Glencore también afrontó acusaciones previas en Colombia, en tanto que ahora lidia con procesos abiertos en Suiza y Holanda, mientras salen a la luz detalles sobre los eufemismos que utilizaron sus ejecutivos para aludir a los pagos ilegales. Entre ellos, “diarios”, “archivos”, “municiones” y “chocolates”.

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De acuerdo a los investigadores, Glencore incluso montó “mesas de dinero” para afrontar los pagos de sobornos en sus oficinas de Londres, hasta 2011, y de Baar, Suiza, hasta 2016,

En ese sentido, y de acuerdo al escrito que el Departamento de Justicia presentó en los tribunales neoyorkinos, los delitos de Glencore fueron más allá de Venezuela. También delinquió en Brasil y cinco países africanos: Nigeria, Camerún, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial y la República Democrática del Congo. Y señaló como protagonistas a ejecutivos e intermediarios venezolanos, brasileños, mexicanos, británicos y africanos.

“El soborno era parte de la cultura corporativa”, sostuvo el fiscal de Estados Unidos para el distrito sur de Nueva York, Damian Williams. “El mensaje desde la cúspide era: ‘lo que sea necesario’”, remarcó.