El Gladiador de Cuba no puede romper el cerrojo del Monkey God y cae en la pelea más dura de su carrera
La decepción podía leerse en el rostro de Gustavo Balart. Después de años de sacrificio para llegar a este momento cumbre de su carrera, el mundo se le vino abajo al retador cubano que no pudo sobrevivir al primer asalto en su intento de estremecer el legendario estadio Lumpinee en Tailandia.
Cuando Jarred Brooks cerraba su llave debajo del cuello del “Gladiador” y este no tenía más remedio que tocar con su mano en muestra de derrota antes del final del primer round, se ponía punto final a un drama que había comenzado una jornada antes en la báscula.
Balart falló las pruebas de peso e hidratación y eso le imposibilitaba pelear por la corona interina de las 125 libras de ONE Championship, uno de los mejores circuitos de artes marciales mixtas, pero al menos le quedaba la oportunidad de demostrar sus capacidades ante un ex campeón como Brooks.
Sin faja pero con una victoria ante el guerrero conocido como “Monkey God’‘, Balart habría tenido argumentos para reclamar más adelante una cita contra el campeón regular Joshua Pacio, quien no volverá hasta la próxima temporada debido a una lesión.
Brooks había prometido pararse a intercambiar golpes con su oponente, pero apenas sonó la campana comenzó a buscar los derribos que llegarían cuando apenas transcurrieron segundos, impidiéndole al santiaguero el despliegue de sus manos y piernas.
Aunque en algún momento Balart logró poner a Brooks de espaldas sobre la lona, minutos más tarde volvía a caer víctima de las proyecciones del estadounidense que ya comenzaba a buscar una estrangulación trasera, cerrando sus manos bajo el cuello del campeón panamericano de lucha grecorromana.
Si Balart sobrevivía a un primer intento de estrangulación, para el siguiente le fue imposible impedir el cerco de los brazos de Brooks, quien obligó al cubano a hacer el toque de rendición a los 4:37 minutos del round, que fue atendido de inmediato por el árbitro Herb Dean.
Con toda seguridad, ONE Championship ordenará una revancha entre Brooks y Pacio para unificar el título, mientras el cubano tendrá que emprender nuevamente el camino hacia la pintura de la corona desde que regrese a Miami y a su cuartel general de American Top Team.