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Ghana, la selección que emociona a todos en Qatar 2022 con sus partidos dramáticos

Ghana ha brindado dos partidos dramáticos en Qatar 2022, contra Portugal y Corea del Sur. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Ghana ha brindado dos partidos dramáticos en Qatar 2022, contra Portugal y Corea del Sur. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

En Qatar 2022, como en cada Mundial, la atención se suele centrar en los grandes nombres. Aplica para equipos y para jugadores. Pero Ghana ha roto cualquier paradigma para convertirse, hasta ahora, en la selección que más generosa ha sido con el espectáculo. No ha habido descanso para ellos en 180 minutos: perdieron 3-2 contra Portugal en un vibrante partido que encendió la emoción en este campeonato, y ahora han derrotado a Corea del Sur en otro frenético partido que acabó 3-2 y que les mantiene con vida para la última jornada. No tenían otra opción: sacar los tres puntos o volver a casa.

El partido amenazó con ser un terremoto de emociones desde el comienzo. Corea del Sur hizo gala de su energía, con una presión asfixiante que bloqueaba cualquier intento ghanés de hacerse con el partido. Los asiáticos quisieron tener el control, pero en su presupuesto no estaban los caprichos que tanto endiosan al futbol. En un saque de falta, Mohamed Salisu se encontró un rebote en el área coreana y no desaprovechó. Los ánimos coreanos se vieron disminuidos por ese baldazo. Y Ghana no desaprovechó la inercia. Jordan Ayew mandó un centro preciso que Mohamed Kudus, la figura ghanesa de este Mundial, remató de cabeza para poner el 2-0.

De partido formidable contra Portugal, Kudus ha sido uno de los jugadores más determinantes del campeonato. Está en todos lados y, lo mejor, comprende a la perfección los tiempos del juego, para saber cuándo trabajar en mediocampo y cuándo sumarse al frente y atacar los espacios que el rival no ve. Su irrupción simboliza a un equipo que no se tienta el corazón para buscar el gol, aunque después no sepa muy bien cómo defenderse.

Ghana tenía la batuta del resultado. Pero no dejó de pelear Corea del Sur, un equipo diseñado para competir por cada balón exhaustivamente. Ya definidos los papeles, interpretaron el suyo tal y como el contexto lo demandaba: recuperar protagonismo con el balón y ser eficaces en los ataques. Un robo en la salida ghanesa se saldó con el gol del descuento por conducto de Cho Gue-Sung, que con un cabezazo revivió las esperanzas de los suyos. Y a eso se agarró Paulo Bento durante los siguientes minutos. Meter el balón al área y esperar imprecisiones del rival, lo cual resultó redituable a corto plazo. El lado izquierdo de Ghana era, en efecto, un punto débil.

Otro centro a la caldera, que los ghaneses vieron pasar, fue rematado por Cho de nueva cuenta. Al igual que contra Portugal, Ghana estaba pagando por sus distracciones. Pero Kudus, su líder futbolístico, apareció de nuevo. El mediocampista del Ajax llegó, por segunda vez en el partido, al área coreana por sorpresa: sin marca, remató de zurda y puso el 3-2. Corea encarnó una misión de urgencia. Son Heung-min, el héroe nacional, pudo tener otra noche de oro, pero se encontró con un Zigi estoico a la hora decisiva. Aunque el peloteo era constante y la sensación de nerviosismo jamás se apagó para los ghanases, aguantaron hasta el final, con todo y los diez minutos de tiempo agregado.

Ghana se llevó los tres puntos y tiene la calificación en sus manos, lo cual, como deja ver su volatilidad, puede ser muy bueno o muy malo. Deberán medirse con Uruguay en la última jornada en un partido que traspira revancha por lo sucedido hace doce años, cuando La Celeste echó del Mundial de Sudáfrica a los ghaneses en una mítica tanda de penales. El aporte de Ghana a este Mundial, sin embargo, ya está definido: nadie se ha preocupado más por dar espectáculo.

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