Ganó inmerecidamente un oro olímpico en boxeo, su vida luego fue un calvario y casi se suicida: "Hubiera preferido lograr la medalla plateada"


ISLA DE JEJU, Corea del Sur.-Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988. La competencia del escándalo del velocista canadiense Ben Johnson, que perdió la medalla dorada por un escandaloso doping. También los Juegos donde la argentina Gabriela Sabatini conquistó la plateada tras alcanzar la final y perder con la alemana Steffi Graf. Y en los que el seleccionado masculino de voleibol liderado por Hugo Conte, Waldo Kantor, Daniel Castellani y Esteban Martínez logró el tercer puesto, llevándose la de bronce. Pero hubo otra historia increíble...

Antes de subir al cuadrilátero para disputar la final de los mediano junior contra el adolescente estadounidense Roy Jones Jr. en el último día de Seúl 1988, Park Si-hun fantaseó con llegar a ser una leyenda del deporte coreano frente a una multitud de compatriotas delirantes de felicidad. Tres rounds después, tenía la medalla de oro, pero no la gloria.

La victoria de Park por un fallo de 3-2 sigue siendo uno de los momentos más polémicos en la historia del boxeo, ya que Jones pareció dominar la pelea de principio a fin. El desenlace generó críticas de todos lados, incluso de los propios surcoreanos, que abuchearon a Park en el podio.

La pelea y el fallo increíble

Jones tuvo una fenomenal carrera como profesional y se retiró en el 2018, con 66 victorias y nueve reveses, como uno de los pugilistas más destacados de todos los tiempos. Ahora es comentarista televisivo y planea un combate de exhibición con Mike Tyson, que estaba previsto para septiembre pero fue diferido para noviembre próximo, producto de la pandemia y de necesidades comerciales.

Park se sintió muy golpeado por lo ocurrido y no volvió a pelear después de los juegos de Seúl. Durante 13 años fue maestro de primaria y secundaria en una localidad rural costera, antes de volver al boxeo como técnico.


En una reciente entrevista con la Associated Press, Park dijo que sueña con que uno de sus dirigidos gane convincentemente una medalla olímpica de oro, lo que representaría una especie de redención para él. Han pasado más de tres décadas y todavía le duele el que su presea dorada sea considerada una mancha en unos Juegos que representaron una especie de presentación mundial de la Corea del Sur moderna.


"Siento un resentimiento que probablemente lleve conmigo el resto de mis días'', dijo Park, quien tiene 54 años y dirige a un pequeño equipo municipal de Seogwipo, en la isla de Jeju. "No quería que me levantasen la mano después de la pelea con Jones", afirmó Park. "Pero me la levantaron y mi vida se convirtió en un calvario''.

Todavía hoy Park se siente mal al hablar de la pelea con Jones. Desesperado por alcanzar la gloria olímpica, Park peleó con una fractura en la mano derecha sufrida durante los entrenamientos. Dijo que ello no importó hasta que se topó con Jones, el único rival que era más rápido que él. Sin poder usar la mano derecha, Park no tenía esperanzas con alguien de la categoría del estadounidense, que mostraba "gran velocidad, potencia y técnica'', según el coreano.

El abucheo en la entrega de premios

"Yo era rápido para ser mediano, pero Jones estaba en otro nivel. Un boxeador sabe si ganó o perdió. Yo sabía que había perdido'', admitió.

Park dijo que se sintió "confundido" cuando el árbitro le levantó la mano y que no veía el momento de bajarse del ring. Se escuchaban una mezcla de aplausos y de abucheos. Más humillante todavía fue el momento en que un programa de TV invitó a los 12 surcoreanos que habían ganado medallas de oro y entrevistó a 11, pero no a él. El conductor lo ignoró completamente.

A Park le llovieron las críticas y lo que describió como insultos "muy ofensivos'', además de llamados para que devolviese su medalla. Asegura que fue una tortura psicológica, "como si te golpeasen con un martillo en la nuca una y otra vez. A menudo pienso que hubiera sido mucho más feliz de haber terminado segundo'', dijo Park.

Depresión y al borde del suicidio

Park dijo que cayó en una profunda depresión y por momentos pensó en suicidarse, y le agradece a su esposa, que lo ayudó a superar esos bajones. La pareja contempló la posibilidad de irse del país, pero empezaron a llegar los hijos y se quedaron. El más joven, Rei, de 20 años, estudia en Louisiana, Estados Unidos, y practica la jabalina. Sueña con ir a los Juegos Olímpicos de 2024.

Si bien no se arrepiente de no haberse hecho profesional, diciendo que seguramente no hubiese llegado demasiado lejos con su estilo -sabía cómo evitar los golpes, pero no le gustaba castigar al rival-, confiesa que sintió cierta envidia al ver los éxitos de Jones. Cuenta que de vez en cuando está en contacto con él.


Después de ignorarlo por mucho tiempo, la Asociación de Boxeo de Corea del Sur le pidió en el 2001 que dirigiese el equipo nacional de boxeo. Desde entonces ha estado varias veces al frente del equipo nacional y dirigió algunos pugilistas talentosos, pero nunca estuvo cerca de un oro olímpico.

El Comité Olímpico Internacional dijo en 1997 que no había encontrado prueba alguna de que haya habido sobornos en la pelea del 88. Estados Unidos había pedido una investigación luego de que saliesen a la luz archivos de la policía secreta de Alemania Oriental según los cuales algunos jueces habían sido comprados para declarar ganadores a los surcoreanos.

AP

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