Debate: ¿hay diferencias entre el huevo que produce una gallina “libre” y la que está en jaulas?

El huevo... ¿es bueno o malo para la salud?
El huevo... ¿es bueno o malo para la salud?

Hace 25 años atrás, los argentinos comían un promedio de 129 huevos per cápita al año. Hoy, el consumo ronda las 305 unidades anuales por persona y el país ocupa el quinto puesto en el ranking mundial, detrás de México (375), Japón (333), Rusia (320) y Colombia (312), según un informe elaborado por la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia).

Para la entidad, los avances que registró la Argentina en materia de consumo de huevos son importantes, donde ese crecimiento no es casual: “Responde a la toma de conciencia de la población y de las comunidades científicas y los reguladores globales de los beneficios que tiene el huevo para la salud, que actualmente ya se recomiendan dos unidades de consumo diario”.

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Así también, figuran “los métodos productivos que desarrolló la industria en el último cuarto de siglo que están a la altura de las demandas de la época, elevando los estándares para garantizar el cuidado del medio ambiente y del bienestar animal y la sanidad humana con innovación y tecnología de excelencia”.

En el primer trimestre de 2020, el consumo equivalente año fue de 298 huevos por habitante
En el primer trimestre de 2020, el consumo equivalente año fue de 298 huevos por habitante


Para Capia, en cuanto a seguridad alimentaria (inocuidad), la producción con gallinas de libre pastoreo es una práctica más dificultosa por los riesgos sanitarios que representa: el animal defeca y orina en el mismo lugar donde pone el huevo, produciendo más huevos sucios y con baja inocuidad

En este sentido, indican que, “cuando algunas iniciativas regulatorias con motivaciones poco transparentes plantean interrogantes en torno de los métodos productivos de la industria y buscan demonizar a la cadena productiva con estigmas y desinformación, resulta necesario explicitar que la producción de huevos en la Argentina se realiza siguiendo todas las normas de calidad y sanidad agroalimentaria exigidas a nivel global, preservando la calidad del producto, la sanidad para el consumo humano y el bienestar animal”.

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“Las prácticas y modelos de producción que se emplean en el país son los más avanzados de la región, comparables con los países más desarrollados del mundo y líderes del mercado”, aseguran.

Cinco claves para tener en cuenta, según Capia

  • Los huevos producidos en el país están alineados con los procedimientos y estándares de probada eficiencia y seguridad que norma la Organización Internacional de Epizootias (OIE), lo que garantiza que son seguros para el consumo humano.

  • Actualmente en el mundo solo menos del 10% de la producción se realiza con los sistemas denominados de libre pastoreo, por los riesgos sanitarios y de bienestar animal y el incremento de costos para el consumidor que implica este tipo de producción, según la entidad. Desde el punto de vista nutricional, los huevos producidos en los actuales sistemas y los de libre pastoreo no tienen ninguna diferencia, mientras que sí tienen diferencias en cuanto a los riesgos sanitarios, de acuerdo al informe. Además, los huevos producidos en los sistemas tradicionales son más amigables al medio ambiente ya que generan menor huella de carbono y huella de agua que los producidos en sistemas libre de jaula.

  • Con respecto a la seguridad alimentaria (inocuidad), según el reporte la producción con gallinas de libre pastoreo es una práctica más dificultosa por los riesgos sanitarios que representa: el animal defeca y orina en el mismo lugar donde pone el huevo, produciendo mas huevos sucios y con baja inocuidad.

  • Está comprobado que los animales de libre pastoreo son más propensos a contraer enfermedades como Influenza Aviar, Cocidiosis, E. Coli, Salmonellas y sufren mayor cantidad de accidentes óseos de distintos grados y mayores índices de mortandad por lote.

  • De todas las proteínas animales, la industria del huevo es la de menor impacto ambiental, pues tiene la huella de agua más baja y la huella de carbono más baja de todas las proteínas. Analizando la producción por gramo de proteína producida, el huevo es la proteína más amigable al medio ambiente.

Esta nota se publicó originalmente el 3 de diciembre de 2021