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Gafas digitales permiten que un niño vea por primera vez a su madre

Christopher Ward Jr. es ciego desde que nació, pero ahora, con 12 años, tuvo la oportunidad única de ver por primera vez a su madre.

No fue gracias a un milagro sino a los avances de la tecnología: el niño usó unas gafas digitales especiales eSight.

El momento fue inolvidable para Christopher y su madre, Marquita Hackley, quien lo acompañó a Washington DC hace unas semanas para participar en una demostración de la nueva tecnología.

“Fue una experiencia abrumadora y emocionante”, contó Hackley a ABC News. Lo primero que su hijo hizo cuando la vio, fue decir “¡Oh, mamá! Allí estás!” Y luego lo escuchó cuando comentó: “Vi a mi madre, y ella es muy bonita”.

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Marquita Hackley y su hijo Chris Ward, cuando este la vio por primera vez. (Foto de ABC News)

El hecho de que pudiera verla, por fin, representó “lo más importante del mundo para mí”, afirmó la mujer.

Ward nació con hipoplasia del nervio óptico, es decir, su nervio óptico nunca se desarrolló plenamente antes del nacimiento. El niño tiene poca percepción de la luz en el ojo izquierdo y muy escasa visión en su ojo derecho, explicó la madre.

Las gafas eSight contienen una cámara pequeña, de alta velocidad, que captura video en directo y lo envía a una pantalla LED en la parte frontal de los ojos del usuario, lo que les permite ver con “claridad visual sin precedentes”, según el sitio web de la compañía.

Además de ver a su mamá, Christopher tuvo la oportunidad de ver un programa de su show favorito, Bob Esponja. En casa tiene que pegarse a la pantalla del televisor, y aun así no ve con claridad. Para poder divisar un objeto tiene que pegarlo a su rostro y aunque usa espejuelos, eso aumenta la probabilidad de que se golpee y pierda la escasa visión que le queda.

Ahora la madre busca recaudar los 15 mil dólares necesarios para costear las gafas eSight, a fin de mejorar la calidad de vida de su hijo.

Aunque Christopher usa el método Braille para leer y escribir, la nueva tecnología le abriría nuevas oportunidades, entre ellas poder asistir a clases regulares como el resto de los niños.

“Christopher es un niño muy cariñoso, siempre feliz y nunca se queja de nada”, dijo su madre. “Voy a hacer todo para ayudarle a conseguir lo que se merece.”